El Empíreo: No tengo dinero, Ni nada que dar

No tengo dinero, Ni nada que dar

Por: Daiyalim Casanova

A medida del desarrollo socio-político de las sociedades modernas se ha venido construyendo por los pilares de las mismas y ciertos caracteres influyentes dentro de ellas, la discriminación positiva. Una serie de dogmas que actualmente se podrían llamar ideologías que buscan desafiar el pensamiento libre e imponer una sola verdad.

Por supuesto que verdades hay muchas , pero siempre deberían estar del lado de la ética,moral y justicia. Por ejemplo, el derecho al matrimonio gay, las inclinaciones religiosas, las preferencias políticas y aún hasta las características raciales; determinan la percepción del individuo hacia el mundo y del mundo hacia el individuo.
Por ello, las ideas no deberían agudizar nuestro entorno sino ampliarlo, considero que no hay nada más decadente que el irrespeto hacia lo ajeno de la verdad propia. Qué de absoluto hay en la vida, sólo quizás el presente y por supuesto las ideas que trasciendan ese momento.

Lamentablemente la sociedad venezolana ha tomado un puesto importante para demostrar este tipo de discriminación, partiendo de un principio que deshonra todo aquel que piense y actúe diferente. Que deja mucho que desear hacia el llamado progreso ya que nadie quiere un lugar, en este caso el país como puede ser un lugar bueno.



La sociedad venezolana se ha sumergido en una atmósfera violenta, insegura, inestable y parapléjica, a pesar de su maravillosa belleza y inmenso potencial. Los dogmas que se han desatado en los últimos años por el pensamiento discriminativo que ha dominado un discurso dentro del marco gubernamental, ha calado en lo más mínimo de la médula espinal venezolana. Las razones de tal entendimiento son múltiples , algunas veces inexplicables para mi persona, por lo que he llegado a concluir que más que una ideología, la revolución del siglo XXI ha mutado en una religión. Porque cuando las acciones de las personas no se ligan a una metodología, terminan siendo un impulso. El impulso a denigrar a quienes piensen diferente, el impulso ha pensar lo mereces todo sin dar nada a cambio, el impulso a considerar tu verdad como absoluta, el impulso de oír y no escuchar , es decir, todas están ideas sí han logrado algo es trastornar al pueblo convirtiéndolo en impulsivo. Y qué más queda sí la abundancia se convierte en una idea compulsiva , es muy difícil palparla porque es pasajera.

Debido a todas estas variables debemos poner en perspectivas quienes están desarrollando las ideas de un país, si bien todavía existen idea innovadoras y proyectos emprendimiento con un largo camino por recorrer, el porcentaje llega a ser muy bajó por este concepto devaluativo. Así las personas que apoyan el sistema actual , defienden el sueño que supuestamente hoy en día cumplen , viven en un estado de inconsciencia que no deja ver otros panoramas y empobrece literalmente su capital , pero más importante sus ideas.


Sin embargo las personas que tienen ideas a largo plazo tienen la responsabilidad de continuar el camino y seguir con la convicción de que mientras mas inclusión social exista mas aportes a un mejor futuro serán posibles. No hay que olvidar que las idea son como un virus y siempre debemos construirlas con bases solidas para que cuando cale en la mente de los que la estudian se desarrolle en un buen sentido. Recordemos que comenzamos a ser pobres cuando dejamos de pensar y empezamos a deambular, permitamonos la abundancia que nuestro país nos muestra todos los días, así no sea a primera vista.




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