El Empíreo: 41

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“Largo fue el combate. Quedamos como si hubiesemos muerto. Cuando abrimos los ojos habian muchas flores heridas, mlatratados silencios, voces que apenas gemian, ruidos sordos de batallas salvajes, pedazos de sangre ya sin rostro, amasijos de palabras chamuscadas que llenaban el aire de un olor peculiar. Al levantarnos, pudimos ver lo perdido en este tiempo de tanta oscuridad. La luz entró por las ventanas, las rejas estaban abiertas, los centinelas se dieron a la fuga, apenas dijimos las ultimas palabras que hablaban de amor, como siempre. Los arboles se habian vestido de nuevo, en las ramas estaban todos los pájaros, y sus cantos poblaron de nuevo el aire. De la orilla llegaban amables los saludos de los poetas salidos ya de las garras del naufragio. Entre cielo y tierra el aire volvió a navegar sin sibresaltos y los hombres recibieron de nuevo el saludo de los dias. En las llanuras del verano aparecieron los caballos con las crines al viento y una carrera serena hacia el resplandor. Cada quien tomó lo que de él quedaba y comenzó a andar apartando la bruma, recogiendo los desechos de la tempestad, descifrando el nuevo tiempo y tratando de encontrar los nuevos puertos. Ningún sitio es eterno. Siempre se anda, no importa si a tumbos, limpiando el equipaje.” -Ruben Osorio Canales
A partir de febrero del 2014, las protestas llevad

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