El Empíreo: Previsiones del futuro

Previsiones del futuro

Por Ivanna Olivares García 

El desarrollo gradual de la historia humana en el planeta tierra, ha permitido una evolución social de los seres humanos y su desenvolvimiento como individuos en sociedad. Esto ha estado dictado por distintos acuerdos sociales, regimenes gubernamentales, tipos de sistema y estados que se han desarrollado a lo largo de la historia.



Pudiésemos remontar el inicio de la convivencia humana en sociedad a los ideales de un antiguo polímata del siglo XVIII, Jean Jacques Rousseau, redactó, entre sus grandes obras El Contrato Social; en la que logra explicar una especie de acuerdo antiguo, realizado por una remota sociedad humana en la que se ceden libertades individuales, es decir la voluntad de realizar lo que se plazca; para obtener una mayor seguridad personal y beneficios, esto implicando la convivencia en la sociedad entre humanos.

A esto se le podría identificar como el inicio más prehistórico del concepto de estado que poseemos en los tiempos actuales. Como previamente fue mencionado, este concepto gradualmente evoluciona a sistemas que con el pasar del tiempo lograrán llegar a lo que conocemos hoy en día.  Ciertamente la creación e implantación de sistemas ha sido un proceso continuo donde se prueban distintas metodologías e ideas de estado aplicadas en sociedades. En búsqueda de un sistema que se adapte realmente a una sociedad. El mundo de las ideas estará presente hasta el fin de nuestros días.

Tomas Moro otro polímata del siglo XV, escribió una novela distópica, sarcásticamente titulada Utopía. En ella se realiza una crítica contundente a los sistemas autoritaristas y sobretodo comunistas, se recrea una llamada “Sociedad Perfecta” cuando en realidad, es todo menos eso. De esta manera es sencillo evidenciar el proceso de evolución gradual de los sistemas aplicados a las sociedades y de alguna manera, el legado que dejan en la historia humana.

Remontándonos a tiempos un poco más actuales y específicos, podemos discutir la aplicación de distintos sistemas en Venezuela.  Donde a lo largo de su historia, se puede evidenciar el gradual cambio en sus sistemas. Iniciando por la etapa de colonización bajo el yugo español hasta la implantación del concepto de Venezuela como República concepto e ideal consolidado en su acta de independencia, tal y como fue estudiado en la cátedra de Mundo Moderno, que evoca el sistema y estado por el que se luchó en su independencia. Es decir, en esta acta se redacta enteramente la verdadera esencia de la sociedad política- gubernamental venezolana. Nuestra patria.

A través de su historia, los venezolanos han olvidado su esencia o su verdadera identidad nacional. De acuerdo al autor Briceño Iragorry, nunca hubo en realidad una identidad venezolana. Al menos así lo establece en su obra “Mensaje sin destino” evoca la idea de una crisis de pueblo  donde la carencia de identidad y conocimiento propio  permiten atrocidades en distintas áreas de la sociedad. Estos conceptos pueden fácilmente aplicarse en la actualidad, el desconocimiento propio, la carencia de identidad como pueblo, entre tantas otras. Evitan que la sociedad venezolana conozca, acepte y celebre su historia. Sus caídas y victorias, para así poder anticipar de alguna manera sucesos previsibles y vividos por las sociedades venezolanas del pasado.

Al carecer de bases con las que se pueda crear una identidad venezolana, donde se pueda refutar conductas u opiniones. Se carece de posibilidades para evitar cuestiones como el revisionismo histórico y caer en gobiernos fatalistas y tiránicos que pueden llevar a la decadencia de esta sociedad.

Es pues,  más que necesario el conocimiento propio como sociedad. La educación de estos valores, ideales y comportamientos realizados en el pasado, para de esta manera poder cultivar un buen futuro como sociedad y evitar futuros errores.

Una sociedad que no se conoce a sí misma, es una sociedad auto-destructiva. Tal y como la que estamos viviendo en la actualidad.

            Por último, gracias a esta cátedra logré reencontrar y conocer el sentido de identidad hacía mi país que antes no sentía ni tenía. A los venezolanos nos falta tanto por aprender, pero por ello no debemos unirnos a ese conjunto aglomerado, más bien debemos aprovechar las oportunidades y saber utilizarlas a favor de la sociedad. Cada vez debemos ser más venezolanos con ideas, en búsqueda del cambio que se necesita para poder recuperar nuestro país. Hoy puedo afirmar que soy una pieza fundamental con los criterios necesarios para formar parte de ese cambio junto con mis compañeros. Una muestra de ella es El Empíreo, que sin darnos cuenta ya somos parte de ese cambio, Venezuela necesita más gente que ame lo que hace.


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