El Empíreo: discurso final, El deber de una comunidad presidencial

discurso final, El deber de una comunidad presidencial

El deber de una comunidad presidencial


En el título IV de la constitución vigente, capítulo I del Poder Público, sección primera, artículo 136 se dispone que el Poder Público se distribuye entre el poder municipal, el poder estadal y el poder nacional. El poder público nacional se divide en legislativo, ejecutivo, judicial, ciudadano y electoral.


Cada una de las ramas del poder público tiene sus funciones propias, pero los órganos a los que incumbe su ejercicio colaborarán entre sí en la realizacion de los fines del Estado.


Según el Diccionario de la Real Academia Española, presidente (del latín presidir) se trata de la cabeza o superior de un gobierno, consejo, tribunal o sociedad. Presidencia n.f. dignidad, empleo o cargo de presidente. acción de presidir.


En Venezuela hemos dejado de lado la división de poderes para favorecer un régimen presidencialista. Presidencialismo n.m. régimen político en el que el poder ejecutivo pertenece al presidente de la república, que ostenta simultáneamente las funciones de jefe del estado y jefe del gobierno. El ejecutivo concentra así todo el poder de la nación.


Los venezolanos nos vemos rezagados en segundo orden cuando los ojos del líder se llenan de la luz encegecedora del poder, mientras la prioridad de la política nacional debe ser siempre el bienestar de sus ciudadanos.


El Presidente de Rafael Fernando Seijas muestra, tal y como lo dice su título, los vicios y virtudes de la política. En un escrito eternamente vigente, el autor desvela las faltas cometidas hacia el contrato por una de sus partes más importantes. El líder se deja llevar y se lleva a los demás con él. Se derrumba la república.


En el apartado Garantía de los Venezolanos, Seijas comienza: No hay en la Constitución página más hermosa que la descriptiva de las garantías de los venezolanos. Es la síntesis de todo un vasto plan político, y la esencia de los principio más elevados y profundos de la moral, aplicados a la ciencia del gobierno.


Los venezolanos somos una comunidad de esfuerzo. Nos debemos a nosotros mismos el respeto de todos los participantes, especialmente de aquellos que se han comprometido con la responsabilidad de guiarnos. El presidente debe liderar a un país a un futuro mejor, a cumplir las metas que en conjunto propusimos al principio del acuerdo, a ser el mejor país posible para todos los que lo componen. La vida en sociedad depende de que cada quien ponga su parte.


En este curso he aprendido que el poder de cada contrato se divide en las distintas partes que lo conforman. Y el pueblo es la más importante de la sociedad. No se le pueden negar sus derechos fundamentales, tenemos derecho a la participación, a la educación y a disfrutar de nuestro país; al mismo tiempo que tenemos el deber de respetarnos unos a otros y colaborar para el bienestar de los demás. Nuestros derechos terminan donde empiezan los de los demás.


Debemos amar a nuestro país más allá de su nombre; y respetar todo lo que lo hace complicadamente hermoso.


No podemos depender de una figura líder, debemos ayudarnos unos a otros en comunidad para sacar adelante el potencial que se esconde tras la fachada del desastre social y moral que vivimos.

Si algo nos ha enseñado el pasado, es que siempre podemos hacerlo mejor.

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