El Empíreo: ¿Qué estás dispuesto a hacer por Venezuela?

¿Qué estás dispuesto a hacer por Venezuela?

Por: Jorge Fernández Lander

Hace poco estuve en una reunión con los papás de un amigo. La gran mayoría de los asistentes estaban desilusionados por el país, por el año pasado, por las próximas elecciones parlamentarias sin fecha y todos alegaban que la oposición tiene que ser más radical, todos estaban completamente desilusionados indicando que no vale la pena votar en las próximas elecciones ¿Tienen razón? ¿Será una pérdida de tiempo?


Inmediatamente recordé una experiencia que tuve en el 2007, la primera vez que voté. El gobierno había planteado una reforma constitucional y la oposición aún decidía si debíamos participar o no en esa elección. Estábamos frente a una oposición débil, dividida y sin un rumbo ni liderazgo claro. A mi no me importaba si la oposición era fuerte o débil, si llamaban a votar o no, yo solo pensaba en ir a votar y ejercer mi derecho que tanto había esperado por años, mostrar con orgullo el meñique manchado con tinta morada era una de las mejores experiencias de mi vida.

En las elecciones del 7 de octubre y del 14 de abril tuve la oportunidad de participar como voluntario para el incentivo y la defensa del voto opositor. Mi contribución fue mínima y se redujo a llamar y contactar a una serie de testigos de mesa para defender el voto. Sin embargo, esta experiencia me permitió ver como jóvenes de escasos 19 y 20 años manejaban salas y centros de llamadas de más de 300 personas. Coordinar a más de 300 voluntarios para trabajen y defiendan una causa el día de las elecciones requiere de planificación, trabajo y esfuerzo. Lo increíble fue que después de las elecciones del 7 de octubre, después de esa derrota que tumbó toda esperanza, uno de estos coordinadores me dijo “tenemos que trabajar aún más para recuperar el país”.

Quienes consideran que votar es una pérdida de tiempo y que la solución es salir a las calles a boicotear, los invito a que se pregunten ¿Quién va a ir a la calle? Yo particularmente no se ni siquiera disparar una pistola de agua, mucho menos una de verdad. Tampoco tengo la fuerza para lanzar objetos y atentar contra los agentes del Estado. Me dirán cobarde, pero no estoy dispuesto a perder mi vida por el país, pasar a ser una víctima más, que mi caso se quede impune. Tanto tú como yo valemos más vivos que muertos. Me niego a ser un mártir más de esta revolución.

Este ha sido el peor año de la revolución. No hace falta ser economista ni sociólogo para darnos cuenta como el país está literalmente quebrado, la inflación galopante y el bolívar devaluado. Creo en la salida pacífica de este gobierno y creo que el cambio es inminente. 

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