La libertad de expresión se está extinguiendo
Autor: Mariana Martínez
El periodista cumple una gran función
en la sociedad, representa pues el ojo del público, conoce lo que los demás no
pueden ver, es por eso que debe descubrir e investigar una realidad y
profundizarla para poder extraer lo más importante de la misma de forma veraz,
objetiva y oportuna para poder sintetizarla, jerarquizarla y finalmente
transmitirla a todo el público, todo
esto para crear una información accesible y digerible. Este profesional no
transmite una información a un vacío, todo mensaje que comunica tiene una
consecuencia, lo que dice afecta el comportamiento de la persona que recibe su
mensaje y en su toma de decisiones, por eso la importancia de la veracidad y
objetividad en la información que ofrece al público el comunicador social.
Es tal la labor que tiene un
periodista, que debe contar con diversas destrezas profesionales, como tener
exactitud y precisión de los hechos y el conocimiento de los mismos para
asegurar una información veraz, tener una buena redacción y manejo adecuado del
lenguaje. El periodista debe entender que es un servidor público y que comunica
algo que influirá en los pensamientos de quien lo recibe, que debe tener capacidad
de discernir entre un hecho verdadero o falso, evitar al máximo la subjetividad,
lo cual requiere de su idoneidad y precisión. Pero sobre todas estas destrezas
las más importantes son las derivadas de su condición humana, las que lo
conforman como individuo, tales como la honestidad, humildad, responsabilidad,
ética, capacidad de asombro y objetividad.
Con relación a la importancia de las
instituciones para el ejercicio del periodismo, existe una institución llamada
Colegio Nacional de Periodistas (CNP), defensor del derecho que tiene el pueblo
de estar informado y el derecho que tiene el periodista al libre acceso a las
fuentes informativas. El CNP está obligado a dictar una serie de reglas o
normas para así garantizar el cumplimiento de la Ley de Ejercicio del
Periodismo y el Código de Ética, este último como una norma de conducta del
periodista y de los medios de comunicación social (impresos, audiovisuales y
digitales) para garantizar al público que el trabajo del periodista es
netamente para servirle. Es por esto que debe ser honesto para no transmitir
informaciones no veraces y ser responsable igualmente para reconocer cuando se
equivoque.
Por otro lado, existen otras
instituciones como los Poderes Públicos, a través de los cuales el Estado
ejerce el control de la nación por el derecho que le ha otorgado el pueblo y la
Constitución. Estos son los poderes ejecutivo, judicial, legislativo, moral o
ciudadano y electoral, cada uno de ellos cumple la función de velar por los
derechos de los ciudadanos y es imprescindible en la democracia, su
independencia, imparcialidad y contrapeso que debe ejercerse entre ellos.
Lamentablemente en nuestro país estas
instituciones no cuentan con la imparcialidad, veracidad y equilibrio que se
les exige, pues son parciales al poder ejecutivo cuando su trabajo no debe
estar ligado a cualquier tipo de actividad política, gremial, sindical o de
índole semejante. Su parcialidad y dependencia del gobierno, afecta
directamente al ejercicio del periodismo. Por ejemplo si el periodista se
dirige a una marcha y con su cámara quiere grabar algún acontecimiento de
importancia, los grupos armados del gobierno lo agreden y le confiscan sus
equipos porque está mostrando la verdad de los hechos. A la hora de exigir sus
derechos por este atropello, el periodista no recibe la ayuda de las
instituciones del Poder Público- que sirven de contrapeso al ejecutivo- como el
Ministerio Público, porque están secuestradas por el gobierno.
El Poder ejecutivo no cumple con el
deber de garantizar el derecho al acceso a la comunicación, porque ha negado las
divisas a los medios escritos (periódicos) para comprar papel bobina,
obligándolos a reducir el número de cuerpos, además de exigirles su autocensura.
Igualmente el cierre de diferentes
medios audiovisuales y la compra de
canales de TV y periódicos por parte del estado por intermedio de terceros
afines al mismo, han hecho en que en nuestro país la libertad de expresión se
haya desvanecido. Las instituciones que forman el Poder Público han impedido a
los periodistas ejercer libremente su labor hasta llegar a la autocensura, como
se comentó anteriormente. Se les ha arrebatado del mismo modo a las personas el
derecho que tienen de leer y de ver lo que quieran y obligarlos a que lean y
vean lo que ellos quieren. El profesional de la comunicación social no tiene
espacio para la crítica y la reflexión
en los actuales momentos.
El estado nos ha convertido por
consiguiente, en súbditos en vez de ciudadanos con un pensamiento libre y a que
la censura afecte seriamente la profesión de periodista en la comunicación de
los hechos.
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