El Empíreo: Narcisismo, mas que un mito una realidad

Narcisismo, mas que un mito una realidad

Por Daiyalim Casanova Muñoz


Uno de los discursos más influyentes para la búsqueda del bien común y la lucha por los derechos de las personas ha sido el Contrato Social por Rousseau. Dicho texto tuvo por idea restaurar la libertad e igualdad de los hombres bajo un estado instituido por medio de un pacto social el cual se instauraba para poner a disposición la voluntad general sobre la individual.

Parte del pensamiento libre que ha generado cambios hacia la humanidad y mejoramiento de las sociedades en el mundo, parten de las bases del contenido que introdujo Rousseau. Una de las frases mas celebres, "el hombre ha nacido libre y en todas partes se halla entre cadenas" nos indica que los derechos de las personas de alguna forma u otra siempre se verán afectados por los derechos del ciudadano que vive o mas bien sobrevive bajo las políticas de un estado. Por ello, es primordial que se deje a un lado los modelos monárquicos y se constituyan repúblicas para así salvar el cuerpo social y realizar acuerdos que contemplen la satisfacción de todos en la medida posible. Hay tener en claro que los pactos sociales buscan la pluralidad y ameritan el orden por parte de la diversidad de pensamiento, debido a que en ningún momento la idea de una sociedad utópica puede relacionarse con un sistema republicano; lo perfecto es enemigo de lo bueno.

Por lo tanto, aquellos que se ven autorizados a definir sus metodologías como parte de una República, contradicen las bases del acta que dio pie al fundamento de las autoridades legitimas. El Contrato social busca que se respete el objetivo del pueblo de conseguir abundancia y paz por medio de la soberanía, y para ello se deben superponer las voluntades generales sobre las individuales. Por ejemplo,en la Venezuela democrática existía un pacto social que en la post-democracia se quebró ya que dejo de haber razones institucionales.  

Muchos acreedores de ser nacionalistas y optimistas por los bienes comunes han burlado a múltiples sociedades determinando su estado como una República, cuando lo único que hay detrás de ellas son intenciones individualistas. En consideración propia, la sociedad occidental está pasando ahora mas que nunca por la etapa Narcisista mas descarada de la historia. Como bien lo dice la palabra, el narcisismo viene de el personaje mitológico que adulaba su belleza física y persistía en ver lo maravilloso de su persona por sobre todas las cosas, así concibo a repúblicas de hoy en día como la de Venezuela y China, ocupadas en emular modelos de gobierno irreversibles, perfectos y productivos donde la única institución portadora de beneficios son los ideales de aquellos que están en el poder.

Siguiendo la linea romántica que describe Rousseau, todo los hombres nacen libres e iguales por naturaleza, pero es necesario introducirse en las leyes estatales para así poder convivir, es decir, un estado de completa libertad individual seria morboso e inconcebible para la felicidad plena ya que la educación, los principios, valores y el respeto ciudadano no merecían consideración alguna en tal situación. En mi opinión este caso se asemeja a lo que viven hoy las repúblicas maquilladas, una ignorancia lo bastante amplia para hacer que las instituciones y la constitución del país no tengan validez.

En consecuencia el hombre se apega a las cadenas arraigadas mas que todo a su libertad moral, ya cuando comenzamos a darle importancia a las posturas del narcisista convertimos en realidad su afán por la atención y olvidamos a las terceras personas, a la comunidad y en resumen al contrato social. Sí es verdad que el hombre al incorporarse a lo social deja de tener la libertad natural con la que nace, hay que recordar que las retribuciones por la libertad humana en conjunto ha permitido que los narcisos del mundo se les quiebre el espejo y vean mas allá de sus narices.




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