¿Populismo en Venezuela?
Por: Fabianna Lovera
Por populismo entendemos que es una forma de hacer política, que emerge en sociedades con sectores o actores que impulsan aspiraciones de inclusión social, siendo su eje definitorio un discurso dicotómico de gran valor movilizador, que construye sujetos políticos antagónicos e irreconciliables: el pueblo y la oligarquía (De la Torre, 2000).
Las relaciones entre la sociedad y el gobierno vienen pautándose en clave populista desde el inicio del primer gobierno de Chávez. El presidente Chávez, puede ser hoy considerado una figura emblemática del populismo latinoamericano. Desde su irrupción en la política venezolana, ha privilegiado la relación directa entre líder y masas a través de una diversidad de mecanismos.
Ciertamente el gobierno venezolano ha confundido la inclusión social con demagogia y populismo, haciendo uso de halagos, ideologías radicales y falsas promesas para conseguir el favor del pueblo, con una manipulación deliberada para ganar el voto, distorsionando la realidad social y económica del país, haciendo creer a los más infortunados que todo es producto de una guerra económica interna orquestada desde los Estados Unidos.
Nada más lejos de la realidad, nuestra situación es producto de años de malos gobiernos, políticos incompetentes y un pueblo que se ha dejado manipular a tal punto que siento Venezuela un país petrolero, los ciudadanos hacen largas colas para comprar productos de primera necesidad, los hospitales en crisis por falta de insumos y su infraestructura en el piso, así mismo las policías y en general todos los servicios públicos.
El caos en Venezuela demuestra que un Gobierno que goza de plenos poderes y los usa para llevar a cabo políticas populistas ha conducido al país a un abismo que pone en riesgo el futuro de varias generaciones.
Por populismo entendemos que es una forma de hacer política, que emerge en sociedades con sectores o actores que impulsan aspiraciones de inclusión social, siendo su eje definitorio un discurso dicotómico de gran valor movilizador, que construye sujetos políticos antagónicos e irreconciliables: el pueblo y la oligarquía (De la Torre, 2000).
Las relaciones entre la sociedad y el gobierno vienen pautándose en clave populista desde el inicio del primer gobierno de Chávez. El presidente Chávez, puede ser hoy considerado una figura emblemática del populismo latinoamericano. Desde su irrupción en la política venezolana, ha privilegiado la relación directa entre líder y masas a través de una diversidad de mecanismos.
Ciertamente el gobierno venezolano ha confundido la inclusión social con demagogia y populismo, haciendo uso de halagos, ideologías radicales y falsas promesas para conseguir el favor del pueblo, con una manipulación deliberada para ganar el voto, distorsionando la realidad social y económica del país, haciendo creer a los más infortunados que todo es producto de una guerra económica interna orquestada desde los Estados Unidos.
Nada más lejos de la realidad, nuestra situación es producto de años de malos gobiernos, políticos incompetentes y un pueblo que se ha dejado manipular a tal punto que siento Venezuela un país petrolero, los ciudadanos hacen largas colas para comprar productos de primera necesidad, los hospitales en crisis por falta de insumos y su infraestructura en el piso, así mismo las policías y en general todos los servicios públicos.
El caos en Venezuela demuestra que un Gobierno que goza de plenos poderes y los usa para llevar a cabo políticas populistas ha conducido al país a un abismo que pone en riesgo el futuro de varias generaciones.
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