Carta de un estudiante a un profesor

Carta de un estudiante a un profesor

Por Luis Genis

 

Me llamo Luis Ignacio Genis, tengo 20 años, soy estudiante de la Universidad Monteávila y curso tercer año de la carrera Comunicación Social. Como dijo Victoria en su carta, lo más seguro es que en este texto consigan errores gramaticales, sintácticos e incluso ortográficos.

Podría decirle, profesor,  que sí, la labor del estudiante es esforzarse por aprender, investigar y zacear esas dudas que surjan en clase; pero como pueden surgir dudas si un estudiante esta distraído o soñoliento.

Y cómo no estarlo, si hemos crecido en una sociedad donde los medios audiovisuales son los más importantes, y por ello hemos desarrollado la capacidad de comprenderlos más fácilmente que un libro con nada más que texto; por lo que muchos de nosotros no logramos los resultados esperados ya que perdemos la concentración y el interés al momento de la lectura.

No pienso que los libros no contengan el mejor de los contenidos, pero a lo largo de mis estudios me he dado cuenta que la nueva generación de profesores, y no me refiero solo a los jóvenes sino a los que tienen métodos más modernos, han dejado más conocimientos en mí que otros que quizás sabían muchísimo y son considerados profesores de primer nivel.

Con esto no cuestiono su sabiduría en la, por el contrario, entiendo que sus conocimientos deben ser inmensos pues dictó clases de esta cátedra por al menos 6 años en esta importante unicersidad

No es que un profesor ortodoxo sea mejor o peor que uno con técnicas más modernas y didácticas, simplemente son diferentes, años atrás no existían tantos métodos y herramientas como hoy en día para hacer la educación más divertida y menos difícil, sin dejar de lado la calidad de esta.

Con esto quiero decir, y ya para concluir, que no es que sus alumnos sean mejores o peores que los de hace unos años atrás, ni mucho menos que usted haya dejado de ser el excelente profesor que presumo es; quiero decir que desde mi punto de vista es una cuestión social, y su vocación como profesor debería hacerlo buscar la manera de llegar a esos estudiantes que, a diferencia de los de antes, necesitan más de los profesores, pues requieren clases más preparadas, con mayor dinámica, y mayor dedicación, para generar así dudas e interés en ellos y provocar que se esfuercen por obtener mayor conocimiento.