El Empíreo: Valiente Cobarde

Valiente Cobarde

Por Daiyalim Casanova Muñoz

Al ser subditos de un sistema donde los derechos fundamentales de los ciudadanos no estan garantizados, nos hemos encontrado con un destino basicamente incomprendido, con una verdad que ignorabamos, con una realidad que no creimos posible.Lamentablemente la astucia de unos cuantos por generar contenido alusivo a una utopía, fantasía y nefasta promesa emocionó a las masas a corto plazo y le dió poder a aquellos deshidratados que actualemente hacen y desansen con los sueños y trabajo de toda una nación.

Vivir para servir, es una filosofía bastante mediocre como para creernos que en eso es a lo que estamos destinados. Nuestra intención de vida como seres humanos y ciudadanos debería ser al contrario, ya que todo aquel que acepte el miedo a vivir se convierte es esclavo de su verdad, auqnue esta sea sólo una percepción del presente. Por ello, la sociedad debe atender a la objetividad de su presente verdad, no hay duda que la ola de corrupción ya se encuentra mas que desbordada ante los ojos de aquellos que la vieron venir y aquellos que nacieron tratando de esquivarla, pero no se lucha desde el miedo, sino desde la razón.

Estaremos luchando realmente? existe alguien que quiere que el hilo conductor de esa Venezuela bonita, intelectual y participativa se restablezca en su máximo potencial?, en definitiva la respuesta es si, pero todos nos hemos colmado de impotencia, incertidumbre e impaciencia por lograr un proyecto a muy corto plazo. Al comprender que el restablecimiento del respeto por la constitución, los derechos humanos, instituciones, y en sí el ciudadano corresponde a un trabajo a largo plazo y en conjunto que debe excluir cualquier señal personalista y mas bien debe abordar un sentimiento altruista, podremos entonces luchar correctamente.

La mínima sensacion de vacío hacia nuestra propia convicción de no tener libertad de acción y pensamiento ha restringuido en su totalidad la perpectiva nacionalista, una visión además que cambia a cada segundo por los continuos atentados hacia la constitución y a los que en ella creen. La tiranía no solo concede el poder absoluto a una persona mediante el engaño, sino que deja al cuerpo social viviendo en manos de la prudencia. 

Ser prudente, simplemente resulta un mecanismo de defensa, la primera opción quizas ante una situación de miedo, entonces nos hemos convertido en seres prudenciales, cautelosos , que piensan las cosas dos veces antes de hacerlas porque saben que alguien está viendo. En cierta medida, hay ocasiones en que la prudencia puede convertirse en cobardia, es decir, cuando las limitaciones del ser humano llegan a ser casi absolutas su esencia lo covierte en cobarde. 

En consecuencia, la esencia de profundos carismáticos ha transicionado a absoultos cobardes. Al vivir en una situacion peligrosa, acobardarse, no esta mal, es un instito del humano contralar sus acciones en situaciones de peligro,sin embargo nos hemos aferrado a precisar y controlar cada minuto de nuestras vidas para no salir heridos en el intento, cabe destacar que nuestra prudencia se ha desarrollado por estímulo-respuesta del amistoso sistema que día tras día nos da la bienvenida a la misería. 

En ningún momento ha existido la intención de concederle una etiqueta de mal gusto a la sociedad venezolana, Simplemente he decidido plantear que no hay porque esconderse de un sentimiento tan genuino como el miedo, sí existen la razones, bienvenido sea. Los venezolanos no sólo hemos llegado de ser prudentes a totalmente cobardes sino que considero que somos valientes cobardes porque hemos por primera vez sido fieles a nuestra autentica razón y lo hemos expresado. En numerosas oportunidades, y sobretodo a lo largo de la toxicidad casi de dos décadas en la que vivimos, se ha participado en los resultados del declive del país, y al aceptar que esta mal los maliciosos actos que obstruyen el desarrollo de Venezuela, se ha puesto un freno a lo que hoy nos duele y preocupa, lo que somos.

Somos valientes por reconocer que somos mas que un pueblo desarmado y somos cobardes por ignorar las acciones del tirano, si bien la cobardía no conduce a la valentía, en este caso estamos absolutamente en lado correcto de la historia siendo "valientes cobardes" porque encarnamos la posición más difícil en la cual las sociedades verdaderamente se dan cuenta en lo que su destino podría desencadenar, la esclavitud.


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