El Empíreo: Magister Dixit

Magister Dixit

Por Daiyalim Casanova Muñoz

Los símbolos siempre contiene un significado en ellos, una historia que se materializa como una clave para asi trascender en algo más profundo que solo la simple historia. Y no se trata de quién es el más astuto, sagaz, intelectual o sabio en el tema, pero si es importante reconocer que la comprensión del signicado de la ideas colma una inconfundible importancia para el desarrollo de las sociedades actuales. Gracias al desarrollo de las ideas hemos pasado de un destino estamentario donde no existía movilidad alguna porque lo que se pensaba no era improtante a una oportunidad de hacerse valer como un individuo, por lo que uno como persona puede llegar a ser. Felicidades a todos aquellos luchadores por exigir la verdad en su vida misma y no esperar que olvido se conviertiera en realidad, cada logro por supuesto esta innudando de dolor, que es inevitable para el hombre por ser lo mas similar a su espiritu, y no pretendo catalogar al espiritu humano como oscuro, pero hay que tener en cuenta que el dolor es parte cercana del ser, tan cercana que cuando nacemos ya podemos palparlo porque la vida por primera vez nos quita la comdidad y serenidad y nos altera los sentidos para despertarnos una vez mas.

Sin embargo, no dejemos que el dolor sea nuestro lema, porque somos absolutmanete mas que eso. Los venezolanos han decidido desde hace muchos años excluirse de una posible ruptura de una sociedad justa, el acta de independencia lo demostró de forma que las generaciones actuales sí se tomaran el tiempo de leerla no podrían explicarse la elegancia con que las palabras descritas en el documento rebasan la barreras del tiempo y compadecen a los que hoy tenemos la dicha de estar físicamente en el mundo. El acta sin duda es el primer indicio de esa búsqueda por un camino vivaz, es el punto de partida hacia un sistema que quería respetar los derechos ciudadanos y proteger la institucionalidad; pero dónde está el símbolo libertador de nuestra partida de nacimiento en la Venezuela de hoy.

Muy sencillo, en el mismo lugar que todas las historias grandiosas del país,en el olvido. Sin querer o con intención, en realidad es díficil la pregunta, concentramos la crisis en épica, las guerras son las únicas historias de las cuales tenemos conocimiento; dónde quedaron las historias de los otros héroes, de aquellos que formaron una opinión cuando no podían, aquellos que inventaron los famosos refranes, dónde estan las historias del maravilloso urbanismo del país. Quizás por el desapego de nuestra identidad que nos atañe desde hace mas de cincuenta años, rompimos lo que Rausseau decía en el contrato social como sustentador del desarrollo, la familia. Pues, sí la familia constituía el motor de los principios y juicios individuales, resultamos huerfanos, temerosos de conocer a nuestros padres por pensar que no le importamos. 

La única corrupción que ha infiltrado nuestro poder de decisión, ha sido la falta de atención hacia las ideas de nuestra propia indiocincracia. Al contrario de Europa, que claramente tiene memoria colectiva por saber que representan la pobreza de su historia, a pesar de su desarrollo, Venezuela es la hija de la abundancia, es decir, somos los niños malcriados que creen que merecen todo porque quizas no tuvieron nada siglos atras. Esta es una convicción que he llegado a tener por esa misma metáfora de que en algún punto nos sentimos huérfanos y para qué buscar respuestas sí somos lo sufiente egocéntricos como para saber que con el carisma que nos caracteriza debemos tenerlo todo.

Y no es cierto que nos abandonaron, por sí acaso alguien llega a dudar, a los primeros indicios de modelos monárquicos y absolutistas nuestros antepasados forjaron su deber ser para simbolizar el nacionalismo como un orgullo y no como una decepción, Probalemente este es nuestro ADN, tal vez somos de paso rápido y no pensamos antes de actuar. Una de los grandes ensayos para explicar nuestra tendencia a olvidar, la expone Mario Briceño Iragorry en "Mensajes sin destino", donde explica que el pueblo venezolano es antihistórico y carece de identidad nacional, es decir, no poseemos ese vínvulo con nuestras raíces y tropezamos con las mismas piedras por no tener visión hacia lo que nos pertenece, preferimos mirar qué tiene el otro antes de mirarnos a nosotros mismo, pero igualmente decimos ser "los mejores". Iragorry, enfatiza en que antes de una crisis politica o económica, nuestra crisis es de pueblo (pensamiento).

Ahora bien, no quiero decir con esto que somos incapaces de conseguir la libertad que tanto ha deseado nuestro pueblo, por el contrario somos más que capaces de construir el país sustentable y contitucional, esto en ningún momento debería mezclarse con situaciones utópicas ya que caemos en falacias e ilusiones preconcebidas de un lugar que ni siquiera existe. Debemos puntualizar en restablecer nuestro sentido patriótico, consiedrar la identidad que nos hace pensar como pensamos hoy en día por nuestro entorno, pero hay que conectar mas bien con esa identidad que nos precede para dar gracias por donde estamos y dejar el pesamiento de merecedor de todo a cambio de nada. 

Este pensamiento intolerante al país que "queremos"(ya incociente porque evidentemente no pensamos en ello) ha sido preparado por otro lado bajo la promesa de lo anteriormente mencionado, una utopía, ese lugar unánime donde todo es perfecto y nadie debate nada porque no existe problema alguno que debatir. Bajo diversas ideologías que han sustentado tanto los líderes de opinión, personajes políticos y partidos, se ha construido un método para acaparar el poder en mayor medida y por ende debilitar la institución, la madre del ciudadano. Sí consideramos nuestra historia política, el pueblo se ha enfrentado en gran medida al personalismo político, en consecuencia tenemos la certeza de que el remedio de los problemas que comprometen a nuestra nación a un destino incierto dependen de un héroe que vendrá a liberarnos cuando el remedio no debe ser en lo absoluto delegarle el poder a una sola persona.

El desenvolvimiento que han logrado los líderes de los partidos políticos en Venezuela ha logrado en los últimos años un control casi perfecto sobre el pueblo,han adoctrinado a ese huérfano y lo han hecho bendecir su "riqueza" que ni siquiera se ha materializado sino que simplemente la ilusión generada por los malintencionados ha sido sufiente para despertar la fe en muchos. El patriotismo que debieramos rescatar se ha convertido en una religión, y ahí está el error, ya que la religiones tiende a volverse fanáticas y llega un punto en que reultan ecolásticas porque no se diferencia la relidad con lo que el hombre llega a creer como verdadero. En tal sentido, no existe libertad individual, no existe respeto al pensamiento diverso, no existe pluralidad, nos encontramos en un sistema que aprovecho la decadente crisis de pueblo y maltrato los grandes pensadores y héroes del país, para trasgiversar aquellos hechos que no conocemos y creemos conocer. 

Me voy a referir a Adriani cuando dice que se puede llegar a confundir el privilegio con la ley, y si es verdad porque a pesar de poseer una contitución que reafirma los derechos ciudadanos, la leyes son en vez de derechos ,limitantes, y los ciudadanos que transpasan esos limites, aqui en Venezuela gozan de privilegio. Pues bien, aquellos que podemos conocer más a fondo nuestra historia, que hemos podido indagar sobre qué simboliza el cocuy, o cómo llegamos a poseer el mejor cacao del mundo, tenemos una voz muy silente a lo que día tras día arremete contra los venezolanos, la tiranía. Y algunos pensaran que es muy extremista decir que un pueblo con tal carisma como este le dió paso a un tirano, pero aquel no ciudadano que se puso la careta de tirano, desconoce la moral y viste su espectáluco de democracia, esa clase de democracia en donde todo el mundo hace lo que le da la gana o cree que puede hacer lo que le da la gana,

El cáncer si bien es terminal es una enfermedad que manipula la mente y no el cuerpo, el pueblo con cáncer necesita estimular sus neuronas para restablecer su equilibro y probablemente esquivar la muerte (el olvido). Nuestras mentes se han colmado de mentiras y han soportado como acta independentista un discurso tan vacío, que de transparente no tiene nada; Venezuela lamentablemete de ayer y de hoy ha repondido al "magister dixit", es decir, lo que "el maestro dice" y sin ninguna base porque no sabe de identidad, escapa continuamente siguiendo las amanezas de lo que el supuesto maestro dice, lo que el tirano dice, porque es el único que todavía creemos que tiene el poder.

En vista de todos estos factores, los venezolanos estamos activamente manipulados por cualquier vertiente, pero hay mucho todavía por hacer para caer en el dolor, dejar que la opresión de los demás nos duela tanto es un pensamiento tan mediocre como pensar que no debemos trabajar por el futuro que queremos. Todo se manifiesta, y por ello hay que levantar opiniones, discutir, escuchar y sobretodo aceptar. Sí humanizaramos a Venezuela probablemente nos recitaría un fragmento del poema de la escritora Antonia Palacios, "una columna en vilo";

"Digo. Digo con voz de nadie. Clamo. Digo. Digo sin lágrimas. Voy diciendo en el olvido. Deshabitada, desdoblada en asaltos. Digo. Digo cada cosa sin nombrarla. Azotada de palabras, de silencios. Digo velando y develando el oculto latido. Digo despierta, viva, hablando de otras cosas, otros asuntos, dejando que el zumbido del habla me detenga, me alcance en agonía. Digo. Digo encorvada, buscando el límite, arañando tierra ajena. Digo extraviada, desterrada, sacada de mi quicio, del umbral de una puerta que fue mía. Digo. Clamo. Invoco. Invoco el humo, su temblor, su densa oscuridad. Digo. Soplo sobre fuego apagado"

No dejemos que Venezuela se quede sin voz, irmersa en dolor, aceptemos que esta fase es parte de nosotros para así poder afrontarla. Es importante reconocer que la vida es un regalo con retorno y para disfrutalo libremente debemos dejar de temerle lo que esta dentro de la envoltura por el simple hecho de no frustrar nuestra alma y su entorno, ya que al llegar a ese punto vivimos como vegetales y suprimimos por completo el derecho a la vida por decisión propia. Dejemos de escuchar "magister dixit"(ese profesor no está acreditado) y comencemos a ser críticos de nuestras elecciones, de la vida, de Venezuela.


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