El Empíreo: En retroceso

En retroceso

Por Alessia Pigna Raulli



Si nos establecemos sobre un período histórico, según libros e historiadores, actualmente pertenecemos a la Edad Contemporánea. Este período es caracterizado por sistemas políticos donde no es posible la imposición arbitraria por sobre los derechos del hombre: se respetan las libertades y se establecen derechos. Hay movilidad entre clases sociales, y se apuesta por el bienestar social. 

En cuanto a la economía, se presenta el capitalismo como un sistema económico con el que las personas pueden dedicarse libremente a la actividad económica de su preferencia: libre intercambio de bienes y servicios sin interrupciones.

¿Somos un país sumergido dentro de la Edad Contemporánea? 

Venezuela cuenta con una Constitución rellena de leyes que la convierten en un país perteneciente a la Edad Contemporánea; pero las personas que le dan su uso, no acatan dichas leyes. 

Hoy en día, se están utilizando políticas antiquísimas: el Presidente se considera un Rey; el Estado no tiene limitaciones de poder; se reduce el contenido del derecho: el hombre no tiene progresividad. En cuanto a lo económico, pareciera que perteneciéramos a la Edad Moderna donde la economía era intervenida por el monarca, pero a diferencia de este, aquí, la intervención, no es orientada a propiciar el sistema productivo de una sociedad. El Gobierno presenta un esquema económico planificado centralmente (marxsismo); los factores de producción son controlados por ellos mismos logrando ahogar la producción nacional (robo).

¿Cuál es el fin de este control?

Evidentemente, el fin del Gobierno es satisfacer sus propias necesidades sin importarle el bien común. El Estado tiene mucho Poder en todos los ámbitos políticos y económicos, generándo corrupción absoluta por parte de ellos. El único resultado: asfixiar al país.

Gracias a estas políticas, y a estas restricciones, el Estado nos está alejando de un sistema económico propio de la Edad Contemporánea. 

Estamos regresando a épocas que se creían superadas. Mientras, países que tienen gobiernos con visiones no lucrativas, han logrado el establecimiento de un lugar donde las leyes son apeladas y donde se le garantiza al ciudadano una mejor calidad de vida tanto en lo social como en lo económico.

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