El Empíreo: Hombres buenos y hombres malos

Hombres buenos y hombres malos

Por Alessia Pigna Raulli.

Foto Cortesía agenciasnn.com
Samuel Huntington en su libro: “El choque de las civilizaciones”, escrito en la década de los 90, afirma que en el mundo del siglo XXI los conflictos bélicos a nivel mundial están relacionados con la religión. Desde hace algunos años, han surgido grupos terroristas como ISIS o Al qaeda. Estos grupos generalmente musulmanes, infunden terror en la población mundial buscando que solo sea aceptada su interpretación de los textos religiosos, y quien no comparta esa misma visión, queda negada de sus derechos y condiciones intrínsecas a la persona.

Además de estos grupos terroristas, que generalmente actúan en países del primer mundo, los países tercermundistas, siguen con conflictos políticos violentos estancados en el tiempo. Nuestro país viene lidiando desde algunos años con una violencia creciente movida por ideales políticos donde somos nosotros los que tenemos que vivir con este mal todos los días.

En el mundo existen hombres buenos y hombres malos. Entendiendo al hombre bueno como un ser que valora al otro como ser humano, más allá de religión, sexo, orientación sexual, maneras de pensar. Y al hombre malo, como aquel que no lo valora, no posee en si una capacidad de aceptar términos medios y condena a quien no comparte sus ideales y pensamientos. Hay que tomar en cuenta que para definir esta condición, hay ciertas primicias que juegan un papel importante como lo son: la familia, la educación, el círculo social, los valores, la ética y la moral, entre otros. Dependiendo de estos factores un hombre será bueno o malo.

El Sr. Dhiyaa Al-Musawi, un pensador y escritor de Bahraini, dijo en una entrevista para Abu Dhabi TV en diciembre de 2009, que los musulmanes y los árabes tienen que reformar su pensamiento religioso, pues ya no va acorde con el mundo moderno, y que la religión se tiene que desligar de la política porque los problemas los está pagando el país, la sociedad civil, y los jóvenes que están siendo comprados con ideales. Dice también que los textos religiosos se están interpretando de acuerdo a intereses de grupos específicos que utilizan un lenguaje que va en contra del progreso. Para Dhiyaa Al-Musawi, las civilizaciones que alcanzan progresar, son las civilizaciones que leen, por lo tanto las civilizaciones que no leen quedan expuestas a ser fácilmente manipulables por personajes con falsas promesas que buscan exparser la maldad a cambio de poder y beneficios personales.

Ser una buena persona no depende de la religión, raza, color de piel, o la cultura; ser una buena persona depende de cuan bueno es tu corazón y como es el trato hacia otras personas.

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