El Empíreo: Reformación

Reformación

Por: Luis Emilio Christiansen

Hagamos un pequeño ejercicio.

Piensa en tus padres. En cómo se llaman y cuántos años tiene cada uno. Trata de recordar más detalles sobre ellos: en qué trabajan actualmente y de qué se graduaron, la edad que tenían cuando te trajeron al mundo, sus números de cédula.

Piensa en ti. En cómo te llamas, cuántos años tienes y en tu fecha de nacimiento. Trata de recordar el lugar. En qué día, en qué municipio, en qué parroquia. En cuántos años tenías cuando tus padres te presentaron como su hijo, el lugar en el que lo hicieron y quiénes estaban allí.

Ahora piensa en la cantidad de veces que le has sacado una copia a tu partida de nacimiento.

¿Dónde está el teleférico más alto del mundo? ¿Qué son los Relámpagos del Catatumbo?, ¿Qué es el Cordonazo de San Francisco? ¿Dónde ocurrió la mayor cantidad de muertes por un deslave?, ¿has escuchado alguna vez la palabra “empíreo”?, ¿cuándo cumple años Caracas?, ¿de dónde son los Diablos del Yare?, ¿en qué barcos llegó a Cristóbal Colón a Venezuela? Y no, no estoy hablando ni de La Pinta, ni de La Niña, ni de la Santa María.

Es muy fácil reírse de alguien porque no sabe algo que la mayoría considera conocimiento general. Quizás es por eso que nos gusta tanto burlarse cuando los participantes de ¿Quién Quiere Ser Millonario? cometen un error respondiendo a alguna de las preguntas.

Muchos defienden esta ignorancia bajo el argumento de que la educación pública venezolana deja mucho que desear, y que la mayoría de la población no puede costearse una educación privada. En principio, esto parece tener sentido, pero luego de hacer un par de preguntas a estudiantes de escuelas privadas es evidente que ese no es el caso.

Una parte importante de los venezolanos de las clases más altas conocen más del exterior que su propio país. Pueden decir que han visitado la calle más ancha del mundo, pero no el teleférico más alto. Tienen fotos con la Casa Blanca, pero no en el Palacio de Miraflores. Saben con exactitud dónde queda Florida en un mapa mundial, pero no pueden ubicar al estado Bolívar en un mapa de Venezuela. Esto último podría pasarse por alto, pero es que hay personas que son incapaces de nombrar a los veinticinco estados de Venezuela; es más, ni siquiera saben que no son veinticinco.

Debo admitir que en algún momento formé parte de esta sociedad ignorante –y en muchos aspectos sigo estando allí – No fue sino hasta hace un par de semanas que empecé a darme cuenta de lo grave que era mi situación y de todo lo que aún tengo que hacer para ponerme al día. Hay cosas que ni siquiera sabía que no sabía.

Al leer esto, puedes llegar a pensar que sabes hacia dónde estoy tratando de llegar, pero te digo de antemano que estás equivocado. Aunque sí es cierto que pienso esas cosas que dije anteriormente, no tengo una postura tan radical sobre el tema.

A partir de este punto creo importante dejar en claro que no estoy aquí para ridiculizarte. No pienso regañarte porque no te has leído el acta de independencia, ni porque nunca has escuchado la palabra empíreo. No me parece malo que nunca hayas visitado el municipio libertador, ni quiero hacerte sentir mal porque viajaste fuera del país. Estoy aquí porque quiero invitarte a la reflexión.

Cuando me pongo a pensar en el porqué de tanto desconocimiento, llego a la conclusión de que hay una falta de interés por conocer datos de este estilo, pero no considero que eso sea malo.

Entiendo que existen personas para unas cosas y personas para otras. Lo que hay que conseguir en la vida es ser feliz. Si conocer todas estas cosas te hace feliz: ¡adelante!, empieza a leer. Pero si eres feliz ignorando su existencia y haciendo otras actividades: ¡adelante! hazlas. No te dejes llevar por la presión social. Lo que sí te digo, es que serás mejor persona que aquella que decide aprender todas estas cosas para complacer a alguien más.

Ahora bien, si decides culturizarte en este aspecto, debo hacerte una advertencia: Así como el no saber estas cosas no te hace peor venezolano, el conocerlas no te hará mejor tampoco. Y es que si al darnos cuenta de que hay cosas que no sabemos, decidimos investigarlas y aprenderlas, tendremos una nueva responsabilidad. Una responsabilidad que nace del saber algo que otro no sabe.

Esa responsabilidad es la que impide que nos guste tanto burlarse cuando los participantes de ¿Quién Quiere Ser Millonario? cometen un error respondiendo a alguna de las preguntas.

Si crees necesaria una reformación en tu educación, empieza a leer y a investigar sobre los temas que crees que debes saber. Pero si consideras que eres feliz siendo quien eres y haciendo lo que haces, te invito a que sigas en eso: Venezuela no necesita de gente que hace cosas porque debe, sino porque quiere. Así llegaremos lejos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Copyright © El Empíreo Urang-kurai