El Empíreo: Conciencia

Conciencia

Por: Daiyalim Casanova

Las circunstancias actuales que presenta un país son producto , resultado y visión de sus antecedentes, a pesar de que los acontecimientos ocurridos en el pasado fueran justos o no. La historia promete muchas veces heroísmo por los obstáculos que la sociedad ha sobrellevado y ha logrado superar. Sí estudiamos hechos como la Segunda Guerra Mundial, revolución francesa, la monarquía española y el feudalismo , por nombrar algunos, se puede decir con toda seguridad que la sociedad moderna enfrentaría con fragilidad acontecimientos como los anteriormente mencionados por su falta de conciencia ante las historia que precede a cada uno de los individuos presentes en este plano material llamado vida en el planeta Tierra.

En el día a día nos encontramos con una sociedad completamente egocéntrica, individualista, pesimista, desagradecida, torpe, frívola, violenta, dependiente, aunque un tanto carismática a pesar de todo. Estos factores promueven una visión sumamente negativa que no encuentra entrelazarse con las exigencias que se han querido sostener en términos de democracia, patriotismo, identidad y respeto por nuestros antepasados. Cabe destacar que no existe en mi testimonió negación alguna de la incongruencia e inestabilidad que las sociedades pasadas hayan establecido, sin embargo la sociedad moderna envuelve una nostalgia de lo que fue y ha podido llegar a ser, posándose en un estado elitesco que obstaculiza tener completa visibilidad de su realidad. Por lo tanto, no existe conciencia social, individual ciudadana o gubernamental, ya que no creemos ni asimilamos lo que somos y por lo contrario en un estado absoluto de conciencia debemos creer y asimilar al ser humano como una parte potencial de todo el universo.
Para ser más específicos, la sociedad venezolana, ha cautivado mi curiosidad por desafiar los valores de una nación , es decir , la tradición . También es cuestionable si en algún momento la tuvimos.

No presumo cuestionar la gentileza de nuestra gente y el orgullo que todo ciudadano puede tener al pertenecer a un país como Venezuela, pero me aferro a la idea de que existe desde el más rico al más pobre un inmenso desapego de lo que ahora es como país, en esencia ha cambiado, para peor en mi criterio para mejor en la mente de otras personas.

Indistintamente de las opiniones (que siempre las habrá) para la construcción de un modelo democrático, independiente, progresista y emprendedor se debe constantemente mirar atrás sólo con el objetivo de entender en donde estamos parados en el presente y para reconocer el por qué de las cosas. Es difícil tomar con responsabilidad la posición de ciudadano de una nación sino se sabe cuáles son sus raíces, porque las traiciones son las que son y que posturas tomen sus leyes.

Constantemente veo que los venezolanos se rigen por el interés, los que viven en el estado de supervivencia no son optimistas y carecen de interés para promover un modelo que defienda los derechos, es decir, no hay conciencia. Y aquellos que han logrado establecerse aún dentro de un entorno libre y protegido por la misma elite, son materialistas e ignorantes de su ciudadanía, es decir, no hay conciencia.
Pareciera que el país es un medio. En épocas donde no habían clases sociales y la pretensión para una mejor vida no era decisión propia, los rangos de cada grupo social solían corresponder a este estado apático, sin embargo se ha acentuado ya que de otro modo no se hubiera independizado el país o creado leyes que defendieran los derechos humanos y mucho menos se hubiera creado una constitución.

Justamente elementos como la constitución actualmente asumen la conciencia del ser humano como algo desconocido. En definitiva hay innumerables factores que han denigrado la esencia del venezolano, responsabilidad? Nosotros mismos, pero cuál sería la razón que diera un despertar de conciencia en la sociedad , ese sería otro tema.

Foto: Braulio Jatar

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