Omar Lares, ¿el último de los maestros del periodismo en Venezuela?
Por: Luisana Díaz Luporsi
Si los jóvenes como “futuro de la sociedad”, como futuros comunicadores sociales, no están al tanto de lo que acontece en el país o al menos en el gremio que intentan pertenecer, ¿Cómo es que realmente podrán construir ese futuro que las generaciones anteriores tanto esperan?
Hace un par de semanas en una clase para alumnos de comunicación social, ya a mitad de carrera… El profesor comentó la desafortunada perdida del periodista Omar Lares. Ni una persona en toda la clase reconoció al personaje.
¿El personaje? Nada más y nada menos que uno de los más importantes periodistas de este país. Alguien que de sus 83 años vividos, pasó 64 en el mundo del periodismo, específicamente trabajando con El Universal desde 1950. Fue reportero de la sección de Deportes, de la cual llego a ser jefe, hasta convertirse en el columnista más leído y respetado del diario. Con su famosa columna dominical llamada Sprit por la cual pasaron importantes personalidades como Augusto Pinochet, Mario Moreno “Cantinflas”, Moshe Dayán, María Félix, Olga Guillot, Rocio Durcal, entre muchos otros más.
Peculiar periodista, que siempre ejerció su arte únicamente a través de su fiel e incansable máquina de escribir Triumph. Nada de computadoras, de Internet, de blogs, Facebook o Twitter. Algo realmente admirable en esta época.
Se especializó como periodista de crónicas, reportajes, columnas, entrevistas a personalidades del deporte, el arte, el espectáculo, la cultura, la ciencia, la política y el “Jet Set”. También destacó como comentarista hípico y deportivo siendo pionero en las transmisiones de béisbol por radio y TV.
Muchos fueron los rasgos destacados de la personalidad del periodista recién fallecido. Como todo un veterano realizaba su trabajo con objetividad. Hombre polifacético, culto, con una escritura impecable, mordaz, atrevido, alegre, informativo y hasta publicitario. Su memoria era una de las virtudes que más admiraban sus amigos y colegas, la manera en que podía describir acontecimientos en los que había participado mucho tiempo atrás. La forma en que relevantes personalidades eran las que posaban abrazando a Omar y no al revés, era otra de las cosas sorprendentes para sus colegas y lectores. Era una persona muy contemplada y querida, parecía estar en otro nivel, uno más allá que los demás, pero nada alejado de la realidad, siempre fue humilde y solidario.
Omar Lares nace en Valera, Edo. Trujillo, el 7 de mayo de 1931 y muere el viernes 10 de octubre, de un infarto mientras se dirigía a corregir su última columna Sprit. Nunca abandonó o descuidó su profesión, ni siquiera cuando presentaba problemas de salud.
Objetivo, informativo, solidario, periodista acucioso al estilo de Óscar Yanes, por nombrar a otro de los duros en este oficio. Era toda una escuela, hoy día sencillamente ya no existe periodismo como el que estos admirables hacían. Polemizar, hacer notas extensas, etc. Ese periodismo se perdió. Una eminencia para el gremio periodístico, y sobre todo un ejemplo a seguir por las nuevas generaciones de comunicadores, es más, por las nuevas generaciones en general, no solo de comunicadores.
Su ejemplo es exactamente lo que debería ser este estupendo periodista para los alumnos antes mencionados al principio de este artículo. ¿Dónde están las mentes? ¿Dónde están las ideas? ¿A dónde lleva tanta tecnología? Entre la misma gente no se conocen, no se escuchan. Tanta tecnología y formas de comunicación nos distraen del presente. ¿Qué pasa con esta generación que les cuesta tanto interesarse? Ya no se ven tantos curiosos o apasionados. Más que todo personas ausentes como si estuvieran allí pero realmente no lo están, cuerpos vacíos o cabezas que explotan como cotufas con cada idea nefasta.
Con esto no hago alusión a que los nuevos periodistas no den uso de las nuevas tecnologías, pues sin radicalismos, a estas herramientas se les puede dar un uso apropiado, pero que no es exactamente el que se le da la mayoría de las veces, sin perder el periodismo de investigación que tanto hace falta, el estilo clásico de escribir, de denuncia, etc. El periodismo se sirve de la propia razón y se debe siempre cuestionar toda fuente, o mejor dicho, todo, en general, apegados al código de ética periodístico. Lares era uno de aquellos periodistas y es por esto que su legado debería perdurar a través de los periodistas emergentes.
Paz a los restos de Omar Lares Rigores.
Hace un par de semanas en una clase para alumnos de comunicación social, ya a mitad de carrera… El profesor comentó la desafortunada perdida del periodista Omar Lares. Ni una persona en toda la clase reconoció al personaje.
¿El personaje? Nada más y nada menos que uno de los más importantes periodistas de este país. Alguien que de sus 83 años vividos, pasó 64 en el mundo del periodismo, específicamente trabajando con El Universal desde 1950. Fue reportero de la sección de Deportes, de la cual llego a ser jefe, hasta convertirse en el columnista más leído y respetado del diario. Con su famosa columna dominical llamada Sprit por la cual pasaron importantes personalidades como Augusto Pinochet, Mario Moreno “Cantinflas”, Moshe Dayán, María Félix, Olga Guillot, Rocio Durcal, entre muchos otros más.
Peculiar periodista, que siempre ejerció su arte únicamente a través de su fiel e incansable máquina de escribir Triumph. Nada de computadoras, de Internet, de blogs, Facebook o Twitter. Algo realmente admirable en esta época.
Se especializó como periodista de crónicas, reportajes, columnas, entrevistas a personalidades del deporte, el arte, el espectáculo, la cultura, la ciencia, la política y el “Jet Set”. También destacó como comentarista hípico y deportivo siendo pionero en las transmisiones de béisbol por radio y TV.
Muchos fueron los rasgos destacados de la personalidad del periodista recién fallecido. Como todo un veterano realizaba su trabajo con objetividad. Hombre polifacético, culto, con una escritura impecable, mordaz, atrevido, alegre, informativo y hasta publicitario. Su memoria era una de las virtudes que más admiraban sus amigos y colegas, la manera en que podía describir acontecimientos en los que había participado mucho tiempo atrás. La forma en que relevantes personalidades eran las que posaban abrazando a Omar y no al revés, era otra de las cosas sorprendentes para sus colegas y lectores. Era una persona muy contemplada y querida, parecía estar en otro nivel, uno más allá que los demás, pero nada alejado de la realidad, siempre fue humilde y solidario.
Omar Lares nace en Valera, Edo. Trujillo, el 7 de mayo de 1931 y muere el viernes 10 de octubre, de un infarto mientras se dirigía a corregir su última columna Sprit. Nunca abandonó o descuidó su profesión, ni siquiera cuando presentaba problemas de salud.
Objetivo, informativo, solidario, periodista acucioso al estilo de Óscar Yanes, por nombrar a otro de los duros en este oficio. Era toda una escuela, hoy día sencillamente ya no existe periodismo como el que estos admirables hacían. Polemizar, hacer notas extensas, etc. Ese periodismo se perdió. Una eminencia para el gremio periodístico, y sobre todo un ejemplo a seguir por las nuevas generaciones de comunicadores, es más, por las nuevas generaciones en general, no solo de comunicadores.
Su ejemplo es exactamente lo que debería ser este estupendo periodista para los alumnos antes mencionados al principio de este artículo. ¿Dónde están las mentes? ¿Dónde están las ideas? ¿A dónde lleva tanta tecnología? Entre la misma gente no se conocen, no se escuchan. Tanta tecnología y formas de comunicación nos distraen del presente. ¿Qué pasa con esta generación que les cuesta tanto interesarse? Ya no se ven tantos curiosos o apasionados. Más que todo personas ausentes como si estuvieran allí pero realmente no lo están, cuerpos vacíos o cabezas que explotan como cotufas con cada idea nefasta.
Con esto no hago alusión a que los nuevos periodistas no den uso de las nuevas tecnologías, pues sin radicalismos, a estas herramientas se les puede dar un uso apropiado, pero que no es exactamente el que se le da la mayoría de las veces, sin perder el periodismo de investigación que tanto hace falta, el estilo clásico de escribir, de denuncia, etc. El periodismo se sirve de la propia razón y se debe siempre cuestionar toda fuente, o mejor dicho, todo, en general, apegados al código de ética periodístico. Lares era uno de aquellos periodistas y es por esto que su legado debería perdurar a través de los periodistas emergentes.
Paz a los restos de Omar Lares Rigores.
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