El Empíreo: Lo que cuesta una vida.

Lo que cuesta una vida.

Lo que cuesta una vida 


Autor: Samantha Henríquez 


La vida es como un espejo: te sonríe si la miras sonriendo. - Mahatma Gandhi 

La vida no es fácil, es un frase que escuchamos a diario. 

Las dificultades de uno nos pueden parecer grandes o muy pequeñas si las comparamos con las nuestras, sin embargo, a menudo escuchamos en las noticias, por la vecina o en la radio, de aquella cosa terrible que le sucedió a otra persona con la que nunca hemos cruzado palabras. Pero es difícil cuando te colocas en los zapatos de ese alguien que la pasa muy mal. Porque La Vida nos sucede a todos, no es solo cosa que pasa en Venezuela o en Francia o en Suiza, sino en todas partes, y aunque la vida conste de buenas y no tan buenas, las malas noticias se suelen escuchar más en un lado que en otro, y esto no deja atrás la importancia y el nivel de impacto de cada uno. 

Piensa por un segundo, ¿qué es lo peor que te ha pasado esta semana? No te juzgues y no digas que no fue nada grave o si fue algo muy fuerte, solo ten en mano ese recuerdo y no lo sueltes. 

Ahora busca en el periódico ¿cuántas personas han muerto esta semana en tu ciudad? dos, quince o cuarenta y tres. Guarda de nuevo ese número en tu mano. 

Cuando lees ese número ¿en qué piensas? - En este país la inseguridad solo crece y crece. - Este gobierno lo que hace es robarse la plata y no cumple con el país. - Vamos de mal en peor. 

Probablemente esos son algunos de los pensamientos que pasan por tu mente cuando te enteras de algo así, ¿pero te has puesto a ver un poco más allá de ese número? No es fácil imaginar algo tan malo si no lo has vivido. 

Las circunstancias de la vida me llevaron a ver es "poquito más allá de los números". Y no escribo esto para invitar a la reflexión. Solo son hechos. 


Foto: El Nacional 


Hospital Pérez Carreño: 15 de marzo - medianoche 

Llegar al Hospital Pérez Carreño a medianoche sin duda no era algo que había hecho en toda su vida, pero pasó. Al llegar, ella se bajó en silla de ruedas en emergencias por un dolor muy fuerte en su pierna, gritaba del dolor, decía que podía sentir como su hueso se rompía. La puerta que te permite entrar a la sala de emergencias estaba cerrada y con dos GNB en cada lado, los enfermeros la ayudaron a bajarse, el esposo se bajó para acompañarla pero no lo dejaron pasar. Uno de los enfermeros dijo a sus hijos y su esposo que debían esperar afuera como todos los demás, mientras señalaba a su derecha el espacio exterior del hospital repleto de personas en colchonetas, abrigos, alimentos y agua, podían tener horas y quizás días esperando porque su situación era "menos importante" que otras y no podían tenerlos adentro. Familiares y enfermos, todos en el mismo lugar esperando a escuchar su nombre para pasar a ser atendidos o recibir la mala o buena noticia. 



No es real hasta que lo vives. 


Estacionaron el carro en una calle oscura al lado de la morgue, un vigilante dijo "Dame 100 ahí pa´que no te lo roben pues". Con miedo caminaron hasta el lugar donde el enfermero les había señalado, se abrazaron, rezaban, se contaban historias para tratar de no pensar en lo malo y sin poder saber nada de su madre que estaba adentro esperando ser atendida. Pasó una hora y nada de noticias, entonces el esposo se acercó a la puerta para intentar pasar. Y pasó. 


Quince minutos después... 

Se escuchan motos llegar a la zona de ambulancias, dos hombres se bajan disparando sus armas al suelo, las personas que estaban esperando afuera salen corriendo a esconderse, se escuchan gritos de estos dos hombres a los enfermeros obligándolos a hacer pasar a su compañero que estaba herido de bala. Se veía la sangre caer de su cabeza, las puertas se abrieron de par en par, el par de individuos escoltaban a su compañero mientras seguían apuntando con sus armas a quienes intentarían cuidar de aquel hombre. 

La tensión se sentía en el ambiente, pero una vez que las puertas se cerraron, quienes se habían escondido regresaban al lugar en donde estaban como si fuese cuestión normal 
aquello que había pasado. 

No había pasado más de cuarenta y cinco minutos y se oye llamar el nombre de un paciente y seguidamente el gritar de uno de sus familiares "Maldita sea me mataron a mi hermano" seguido de un llanto. Otro par de motos llegó al instante y se bajaron dos hombres más y una mujer, aquella última se acercó y en seguida comenzó a llorar y a gritar. Las otras personas que habían llegado empezaron a gritar también con palabras de molestia y desesperación "Voy a encontrar a ese hijo de puta y lo voy a matar, desgraciado". El llanto seguía, se calmaba y seguía, se acercaron a la morgue y los gritos de desesperación volvían cada cuanto. Al cabo de unos minutos llegó la policía, estos se fueron a los quince minutos, seguidamente llegaron otros dos muchachos en una moto, en su mirada se notaba la ira y en su cuerpo tembloroso el poder de hacer algo malo, uno puso su mano en su espalda y sacó una pistola, la mujer que estaba llorando se le acercó y le gritó "Aquí no, te dije, ve a buscar al desgraciado pero no hagas nada aquí". Estos dos últimos partieron así como habían llegado. 

Una hora después... 

Papá había llegado para dar noticias de mamá, ya la estaban atendiendo. Estaba temblando, le preguntaron por mamá, dijo que estaba estable. "Entonces ¿qué te pasa?" le 
preguntaron sus hijos. 

A lo que él respondió. "Ya ese muchacho había llegado muerto, lo pusieron en una camilla al lado de tu mamá y los dos tipos con pistola se arrodillaron a llorar, la sangre la caía de la cabeza y le salpicaba a tu mamá, no me dejaban moverla. Cuando lo vi, tenía la bala todavía en el ojo, estaba muertico y no se podía hacer nada" 

Lágrimas caían de sus ojos. 

Otro nombre llamaban desde la puerta de emergencia. 

Gritos se escucharon. 



Eran gritos de alegría. 


¡¡¡YA NACIÓ!!! 
  


Estos son solo hechos, de la muerte a la vida y de la vida a la muerte, del dolor y de la alegría, todo en minutos, de eso trata todo.

Ahora piensa en ese número que viste en el periódico, no son solo números, es la vida de alguien que se fue y que unos lloraron.

Aquí en Venezuela esos números son lo más grandes de todos los países del planeta, ese terror se vive a diario aquí en Venezuela. Está en tus manos hacer algo para cambiarlo, con tu voz todo se puede. 

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