Un libro de auto-ayuda nacional
Un libro de autoayuda
nacional
"Aún en los peores momentos de nuestras crisis políticas, no se perdieron totalmente aquellos propósitos de honradez, abnegación, decoro ciudadano y sincero anhelo de trabajar para la patria" - Augusto Mijares. Lo afirmativo venezolano
Samantha Henríquez
La autodeterminación de los pueblos puede
llegar a ser considerada como parte de la soberanía nacional de un país,
teniendo en cuenta que esta autodeterminación es el derecho que tienen los
pueblos para tomar decisiones que persigan el desarrollo social, económico,
político y cultural de una nación, debe estructurarse libremente, sin
injerencias externas y estar sometida al principio de la igualdad. Este derecho
a la libre determinación de los pueblos está resguardada en los Pactos
Internacionales de Derechos Humanos y pues a su vez consta con un carácter
polémico que tiene bastante fuerza teniendo en cuenta que según el Comité de
Derechos Humanos, este es un requisito indispensable para la efectividad de los
derechos humanos individuales.
Se puede decir que en
un país en los que poco a poco se han ido perdiendo ciertos valores
fundamentales para el sostenimiento de sociedad y a su vez su pueblo se ha
vuelto poco a poco más antihistórico- según la terminología de Mario Briceño
Iragorry- van debilitando lo que hoy en
día conocemos como ciudadanía.
Venezuela es uno de
esos países de los que tanto se discute. Sin embargo esta discusión es más
negativa a medida que se van reduciendo los límites geográficos. Con esto
quiero decir, que frente a los ojos del resto del mundo, Venezuela se limita a
ser un pequeño discurso con pocas palabras como “Chicas bellas, Chávez,
paraíso, inseguridad”, así en las conversaciones más superficiales. La plática
se va haciendo más destructiva cuando son dos o más los venezolanos los que
hablan sobre su propio país, y aunque ciertamente existe una realidad que no es
la que quisiéramos que fuese, aún quedan pequeños temas de conversación que
serían más gratos y harían apreciar un poco más el país en el que vives.
Se puede decir
entonces que el problema de todo lo negativo se lo debe a la gente que maneja
el país. En gran parte es así, pero volvamos al primer concepto, la
Autodeterminación de los pueblos.
Me dirán que todos
los recursos y soluciones ya están agotadas, que solo nos queda ahogarnos en la
miseria o huir quien pueda. Una vez más yo diré que no, que sí hay solución.
Lo mejor sería un
libro de autoayuda nacional. Esté libro no se imprimirá en físico, este libro
son ideas, es una luz. “La mejor de las luces es la que se difunde, no la que
se concentra.” Basta con llenar en cada casa, en cada colegio, en cada
universidad y en cada oficina, con ideas, de esas que hagan sentir al
venezolano, nuevamente venezolano. Porque acá es más grande el que siente a
Venezuela como suya, que la ama y la respeta, que las dificultades por las que
pasa.
Es necesario entonces
establecer un orden en este libro de autoayuda nacional.
En primer lugar, es
importante tener en cuenta todos los vínculos fundamentales que tiene la
Venezuela moderna con la Venezuela de ayer, cuáles son sus bases ideológicas,
entenderlas y hacerlas cumplir. Ejemplo de ello sería nutrirse de lecturas de
grandes intelectuales, como Rousseau, Juan Germán Roscio o Briceño Iragorry.
En segunda instancia
sería el lograr la comprensión de nosotros, es decir, darle relevancia a lo
bueno y a lo que importa, intentar ver más allá de lo visible, hacer del
discurso simbólico una evidencia de laboratorio, para estudiarla y comprender
el significado detrás de cada símbolo, porque allí se encuentra una idea.
De tercero, es
apoderar las ideas modernas presentes en nosotros mismos. Hacer de lo que nos
identifica como venezolanos, como nuestros. Valorarlo y quererlo. Entender lo
importante que es asimilar la historia del país como algo que nos pertenece
para que al momento de incorporar a nuestro acervo fundamental, los valores de
cultura, estos puedan hacer progresar la nación hacia donde se quiere llegar.
En cuarto lugar, el
hecho de entender que nuestro nacimiento como estado está íntimamente ligado al
cumplimiento y seguimiento de formalismos. Un punto tan claro y tan necesario
de entender. Que nada hecho de manera arbitraria, sin planificación y sin
seguir lo indicado en las normas que nos rigen, puede traer algo bueno. Es
necesario cumplir con las tradiciones, tanto en lo político, como en lo social
y cultural.
Como quinto en esta
lista, se encuentra uno de los puntos más importantes como lo es el
conocimiento propio como eje fundamental para el desarrollo de la vida
individual y social. Es una tarea tan sencilla como leer la historia del país,
y dejarnos influenciar por las ideas que constituyen la base de la nación. Aclarando
que estas ideas son aquellas que dieron paso a la Venezuela actual, son esas
ideas que se encuentran plasmadas en nuestra acta de la independencia o en
ensayos de venezolanos que supieron ver lo que le adolece al país, pero también
las ideas que sirven de referencia para entender lo que sucede o lo que pueda
llegar a pasar, y estar preparados para ello.
Darle importancia a
la razón, como sexto y último punto, que se explica muy bien en sus propias
palabras, darle a la razón lo que es de ella y dejarse guiar por ello. Porque
cuando se trata de los intereses personales muchas veces se pasa por alto
intereses que engloban a todos y perjudican a muchos.
Es realmente
necesario hacer que las ideas fluyan en el país, porque insisto en esto:
El venezolano es más grande que las dificultades por
las que se esté pasando.
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