Capitalismo
Por: Cristina Brunetti
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Foto Cortesía: ciberespacio |
Infinitas veces hemos escuchado hablar del capitalismo, pero ¿sabemos qué significa?, ¿comprendemos lo que quiere decir?, ¿tenemos las bases necesarias para hablar de él?
El término capitalismo proviene de la idea de capital. Por lo tanto, para poder profundizar en el tema que nos compete, lo primero que se debe hacer es dejar claro el significado de la palabra capital. La Real Academia Española lo define como el “factor de producción constituido por inmuebles, maquinaria o instalaciones de cualquier género, que, en colaboración con otros factores, principalmente el trabajo, se destina a la producción de bienes”. Nos encontramos entonces ante un vocablo que supone manufactura, cambio y empleo.
Ya desglosado el concepto de capital, se debe explicar el término capitalismo. La Real Academia Española lo define como el “régimen económico fundado en el predominio del capital como elemento de producción y creador de riqueza”.
Al revisar ambos conceptos, se entiende que el capitalismo es un sistema económico donde la producción y el libre intercambio de ciertos bienes y servicios juegan un rol importante. De igual forma lo juegan la propiedad privada y la movilidad social.
Al hablar de movilidad social nos remontamos a un período histórico que comenzó con el fin de la Revolución Francesa y continua hasta hoy día. Dicho período es conocido como la Edad Contemporánea.
Si se analiza de manera detallada las características de esta edad, se puede concluir nos encontramos ante un modelo que es propio de la contemporaneidad, pues evidentemente, la movilidad social está vinculada a la idea del capitalismo. Se puede concluir así que, si un Estado permite la libre producción y el libre intercambio, se acerca al modelo económico propio de la Edad Contemporánea. Por el contrario, si coloca restricciones en la producción de un bien y en el libre intercambio del mismo, automáticamente deja de ser contemporáneo.
Al hablar de movilidad social nos remontamos a un período histórico que comenzó con el fin de la Revolución Francesa y continua hasta hoy día. Dicho período es conocido como la Edad Contemporánea.
Si se analiza de manera detallada las características de esta edad, se puede concluir nos encontramos ante un modelo que es propio de la contemporaneidad, pues evidentemente, la movilidad social está vinculada a la idea del capitalismo. Se puede concluir así que, si un Estado permite la libre producción y el libre intercambio, se acerca al modelo económico propio de la Edad Contemporánea. Por el contrario, si coloca restricciones en la producción de un bien y en el libre intercambio del mismo, automáticamente deja de ser contemporáneo.
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