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miércoles, 17 de junio de 2015

Un libro de auto-ayuda nacional

Un libro de autoayuda nacional

"Aún en los peores momentos de nuestras crisis políticas, no se perdieron totalmente aquellos propósitos de honradez, abnegación, decoro ciudadano y sincero anhelo de trabajar para la patria" - Augusto Mijares. Lo afirmativo venezolano
Samantha Henríquez

 La autodeterminación de los pueblos puede llegar a ser considerada como parte de la soberanía nacional de un país, teniendo en cuenta que esta autodeterminación es el derecho que tienen los pueblos para tomar decisiones que persigan el desarrollo social, económico, político y cultural de una nación, debe estructurarse libremente, sin injerencias externas y estar sometida al principio de la igualdad. Este derecho a la libre determinación de los pueblos está resguardada en los Pactos Internacionales de Derechos Humanos y pues a su vez consta con un carácter polémico que tiene bastante fuerza teniendo en cuenta que según el Comité de Derechos Humanos, este es un requisito indispensable para la efectividad de los derechos humanos individuales.
Se puede decir que en un país en los que poco a poco se han ido perdiendo ciertos valores fundamentales para el sostenimiento de sociedad y a su vez su pueblo se ha vuelto poco a poco más antihistórico- según la terminología de Mario Briceño Iragorry-  van debilitando lo que hoy en día conocemos como ciudadanía.
Venezuela es uno de esos países de los que tanto se discute. Sin embargo esta discusión es más negativa a medida que se van reduciendo los límites geográficos. Con esto quiero decir, que frente a los ojos del resto del mundo, Venezuela se limita a ser un pequeño discurso con pocas palabras como “Chicas bellas, Chávez, paraíso, inseguridad”, así en las conversaciones más superficiales. La plática se va haciendo más destructiva cuando son dos o más los venezolanos los que hablan sobre su propio país, y aunque ciertamente existe una realidad que no es la que quisiéramos que fuese, aún quedan pequeños temas de conversación que serían más gratos y harían apreciar un poco más el país en el que vives.
Se puede decir entonces que el problema de todo lo negativo se lo debe a la gente que maneja el país. En gran parte es así, pero volvamos al primer concepto, la Autodeterminación de los pueblos.
Me dirán que todos los recursos y soluciones ya están agotadas, que solo nos queda ahogarnos en la miseria o huir quien pueda. Una vez más yo diré que no, que sí hay solución.
Lo mejor sería un libro de autoayuda nacional. Esté libro no se imprimirá en físico, este libro son ideas, es una luz. “La mejor de las luces es la que se difunde, no la que se concentra.” Basta con llenar en cada casa, en cada colegio, en cada universidad y en cada oficina, con ideas, de esas que hagan sentir al venezolano, nuevamente venezolano. Porque acá es más grande el que siente a Venezuela como suya, que la ama y la respeta, que las dificultades por las que pasa.
Es necesario entonces establecer un orden en este libro de autoayuda nacional.
En primer lugar, es importante tener en cuenta todos los vínculos fundamentales que tiene la Venezuela moderna con la Venezuela de ayer, cuáles son sus bases ideológicas, entenderlas y hacerlas cumplir. Ejemplo de ello sería nutrirse de lecturas de grandes intelectuales, como Rousseau, Juan Germán Roscio o Briceño Iragorry.
En segunda instancia sería el lograr la comprensión de nosotros, es decir, darle relevancia a lo bueno y a lo que importa, intentar ver más allá de lo visible, hacer del discurso simbólico una evidencia de laboratorio, para estudiarla y comprender el significado detrás de cada símbolo, porque allí se encuentra una idea.
De tercero, es apoderar las ideas modernas presentes en nosotros mismos. Hacer de lo que nos identifica como venezolanos, como nuestros. Valorarlo y quererlo. Entender lo importante que es asimilar la historia del país como algo que nos pertenece para que al momento de incorporar a nuestro acervo fundamental, los valores de cultura, estos puedan hacer progresar la nación hacia donde se quiere llegar.
En cuarto lugar, el hecho de entender que nuestro nacimiento como estado está íntimamente ligado al cumplimiento y seguimiento de formalismos. Un punto tan claro y tan necesario de entender. Que nada hecho de manera arbitraria, sin planificación y sin seguir lo indicado en las normas que nos rigen, puede traer algo bueno. Es necesario cumplir con las tradiciones, tanto en lo político, como en lo social y cultural.
Como quinto en esta lista, se encuentra uno de los puntos más importantes como lo es el conocimiento propio como eje fundamental para el desarrollo de la vida individual y social. Es una tarea tan sencilla como leer la historia del país, y dejarnos influenciar por las ideas que constituyen la base de la nación. Aclarando que estas ideas son aquellas que dieron paso a la Venezuela actual, son esas ideas que se encuentran plasmadas en nuestra acta de la independencia o en ensayos de venezolanos que supieron ver lo que le adolece al país, pero también las ideas que sirven de referencia para entender lo que sucede o lo que pueda llegar a pasar, y estar preparados para ello.
Darle importancia a la razón, como sexto y último punto, que se explica muy bien en sus propias palabras, darle a la razón lo que es de ella y dejarse guiar por ello. Porque cuando se trata de los intereses personales muchas veces se pasa por alto intereses que engloban a todos y perjudican a muchos.
Es realmente necesario hacer que las ideas fluyan en el país, porque insisto en esto:

El venezolano es más grande que las dificultades por las que se esté pasando.

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