¿SIRVE HUIR?
Por Nathaly Torres
Foto Cortesía: Lee Jeffries |
Sufrir, una palabra dicha sencilla, pero que acarrea sentimientos de dolor, angustia, infelicidad, temor y frustración. Creo que nadie quiere sentir dichas emociones, nadie se despierta en la mañana con la idea de hoy quiero sufrir; sin embargo, el padecimiento forma parte de la naturaleza del hombre y contra ello nadie puede ir.
El Papa León XII, en la encíclica Rerum Novarum de 1891, destaca esta naturaleza del sufrimiento, al señalar la insistencia de los socialistas en eliminar las diferencias sociales por medio de la destrucción de la propiedad privada: “Sufrir y padecer es cosa humana, y para los hombres que lo experimenten todo y lo intenten todo, no habrá fuerza ni ingenio capaz de desterrar por completo estas incomodidades de la sociedad humana”.
El Papa León XII, en la encíclica Rerum Novarum de 1891, destaca esta naturaleza del sufrimiento, al señalar la insistencia de los socialistas en eliminar las diferencias sociales por medio de la destrucción de la propiedad privada: “Sufrir y padecer es cosa humana, y para los hombres que lo experimenten todo y lo intenten todo, no habrá fuerza ni ingenio capaz de desterrar por completo estas incomodidades de la sociedad humana”.
El problema que surge en torno al sufrimiento se presenta cuando aquellas personas pretenden eliminarlo, ¿por qué desaparecer algo que forma parte de la naturaleza del hombre? Los astutos manipuladores se han valido de la forma negativa de ver el sufrimiento para hacer promesas en torno a ella, basándose en una falsa solución, lo que ha traído como consecuencia mayor decepción y sufrimiento al no obtener lo que se deseaba.
Se llega a creer que la única solución a este sentimiento es huir, pero ¿qué haces si en el sitio donde escapaste también hay sufrimiento? ¿Vuelves a huir nuevamente de allí? Pasarías toda la vida yendo de un sitio a otro, escapando de algo que tarde o temprano te encontrará. Por ello, la solución más pertinente que se le puede dar al sufrimiento es aceptarlo, comprender que éste forma parte de nuestra naturaleza y que, por tanto, debemos aprender a vivir con él. Se debe eliminar esa connotación negativa con la que cuenta, para darle paso a su mejor versión: el aprendizaje, el sufrimiento llega a nuestras vidas porque hay algo que debemos aprender, no podemos huir, ni eliminarlo, en nuestras manos está tomarlo como una oportunidad de crecimiento, de desarrollo emocional y espiritual, pues es a través de él que podemos avanzar y mejorar como individuos.
Se llega a creer que la única solución a este sentimiento es huir, pero ¿qué haces si en el sitio donde escapaste también hay sufrimiento? ¿Vuelves a huir nuevamente de allí? Pasarías toda la vida yendo de un sitio a otro, escapando de algo que tarde o temprano te encontrará. Por ello, la solución más pertinente que se le puede dar al sufrimiento es aceptarlo, comprender que éste forma parte de nuestra naturaleza y que, por tanto, debemos aprender a vivir con él. Se debe eliminar esa connotación negativa con la que cuenta, para darle paso a su mejor versión: el aprendizaje, el sufrimiento llega a nuestras vidas porque hay algo que debemos aprender, no podemos huir, ni eliminarlo, en nuestras manos está tomarlo como una oportunidad de crecimiento, de desarrollo emocional y espiritual, pues es a través de él que podemos avanzar y mejorar como individuos.
“Del sufrimiento han emergido las almas más fuertes. Los caracteres más fuertes se forjan a base de cicatrices”
Jalil Gibran
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