Por: Luis Farage Salima
Joseph Beuys: Chaman Moderno
Joseph Beuys, nacido el 12 de mayo de 1921 y fallecido el 23 de
enero de 1986 en Dusseldorf, artista conceptual alemán que también practicó
otras técnicas como la escultura, el performance, el happening, el vídeo
y la instalación. Además perteneció al grupo Fluxus, fue un
reconocido activista ecológico y político, siendo uno de los miembros más
destacados del grupo Los Verdes y se postuló para el Parlamento Europeo en
1979.
La historia de este artista, considerado
como uno de los artistas más fundamentales de la post-guerra y del siglo XX,
esta plagada de factores mágicos y con una visión, considerada por muchos, como
utópica e idealista.
La historia de Bueys inicia el 16 de marzo de 1944 cuando era piloto
de la Luftwafe, durante la Segunda Guerra Mundial, y su avión Stuka fue
derribado sobre Crimea. Tras el choque del avión Joseph Beuys se encontraba
inconsciente, con el cráneo roto y en la nieve al borde de morir congelado
hasta que un grupo de nómadas tártaros, originarios de la región, lo salvaron
al envolver su cráneo con grasa animal, para que ayudara al proceso de
regeneración, y fieltro, para mantenerlo
unido y protegido del frío. Al poco tiempo volvió a un hospital militar en
Alemania y posteriormente volvió al frente hasta la rendición de Alemania, por
lo que estuvo brevemente en un campo de prisioneros de guerra británico. De
esta experiencia traumática, que marcó la vida del artista plástico, estableció
que: “para ser artista hacía falta mucho dolor”.
Este génesis de Beuys es lo que le daría cierto carácter mítico
religioso a su figura. También se relacionaría, y reflejaría, con los dos
materiales más representantes y usados por el artista germano, el fieltro y la
grasa. Por otra parte sería fundamental a la hora de la formación de la
“persona” artística que Joseph Beuys presentaría a las audiencias, al vestirse
con un traje y gorro de fieltro y un bastón.
Este artista alemán nunca quiso crear obras que perduraran en el
tiempo, sino que fueran motivos o impulsaran la reflexión. Esto por medio de la
inclusión de elementos filosóficos, mitológicos, religiosos, científicos,
médicos y religiosos en su intento por crear una sociedad, y una mentalidad,
más humana. Es por eso que buscaba que sus obras fueran, para él, tan efímeras
como la vida.
En su último período creativo, Beuys, analizó, se obsesionó e
interpretó intensamente el chamanismo; volviéndose una filosofía para el
artista que constaba de un pensamiento que evoca un mundo originario en el que
todos los seres viven en armonía y en el que la naturaleza es un órgano más del
ser humano, tan vital como los pulmones o el corazón. En ese sentido se
adelantó a su tiempo, ya que veía al chamanismo como un médico integral, que
armoniza a todos los aspectos del ser humano: cuerpo, espíritu y alma.
Joseph Beuys
representaba el rol de chaman, además de ser la máscara con la que presentaba
su arte, para estimular la energía y creatividad de cada individuo; ya que promovía
la idea, que generó mucha polémica, de que “todo ser humano es un artista y
cada acción una obra de arte” con lo que se retoma la idea expuesta
anteriormente de las obras efímeras.
Además, para el artista nacido en Krefeld,
por medio de la figura chamánica podía concientizar a la gente de su visión y
los problemas que, según él existían en la sociedad moderna. Estos problemas
consistían en que en la modernidad se había avanzado mucho en los ámbitos
materiales, racionales y tecnológicos pero se habían descuidado los
espirituales y creativos, que es en donde radica el verdadero poder de la raza
humana, y que además de ser dejados de lado se ven como sin valor o hasta con
cierto desprecio. Al perder ese vínculo con la creatividad y espiritualidad se
pierde ”la visión del mundo más extensa, que contiene las energías y contenidos
trascendentales”. Es por esto que decidió aparecer en la figura de chaman, ya
que con esto podía “presentarle un ilusionista, y un poco de shock, a una
sociedad que funciona y habla constantemente solo con base en la racionalidad”.
También porque esto le daba la oportunidad de estudiar
las reacciones de las personas por medio de una teoría psicoanalítica que permitía
curar, sensibilizar y educar a la audiencia.
Por otro lado, lo más atractivo de la
figura del Chaman es que en principio esta figura es el puente entre este mundo
y el más allá, por lo que tiene una fuerte relación con la muerte. Beuys se
basó en el chamanismo con la visión de,
en lugar de enfocarse en la muerte como tal, estudiar la vida y los tiempos en
los que vivimos, al alertar acerca de la cercanía a la muerte o la muerte de la
sociedad y de la humanidad en la actualidad y sobre el deterioro del
medioambiente. Con esto buscaba dar cierto aspecto de vitalidad a cosas
moribundas o muertas, y viceversa. Todo eso le daba la posibilidad de hacerlo
de manera ritualista y jugar con la simbología; logrando así, al ser un artista
conceptual, no darle al público un concepto ya establecido sino más bien
provocar en éste un proceso de intriga, lucubración y reflexión que lo llevara
además de lo establecido por el artista, a sus propias conclusiones
sobrepasando así la misma obra.
De las
presentaciones más resaltantes del alemán están “Me gusta América y a América le gusto yo” o también conocida como “Coyote”. En esta obra, el artista, al
llegar a EEUU, fue envuelto en una manta de fieltro y llevado al lugar de la
presentación en una ambulancia con el fin de que no viera ni oyera nada del
país, pasó una semana entera, con solo un bastón y una manta de fieltro, en un
cuarto con un coyote salvaje. El coyote, un animal autóctono de América que
además representaba el ese arcano nativo americano, temática que el artista
alemán trato en la pieza también y el cómo fue cambiada. Al principio del
experimento el coyote, mostrando los dientes y gruñendo, y el artista, envuelto
en su manta de fieltro, se encontraban en esquinas contrarias de la habitación
y se veían con cierto recelo, llegando al punto de que el canino tratara de
desgarrar la manta en la que estaba envuelto el germano. Al pasar los días la
interacción se fue suavizando, cuando Beuys conversaba con el animal, le daba diversos
de sus objetos como linternas, bastón , sus guantes, pedazos de fieltro, etc
con los que el coyote jugaba en ocasiones. Al final del experimento Beuys se
gana la confianza del animal y terminan abrazados, bajo la manta de fieltro. El
objetivo y moraleja de esta obra/presentación era poder restablecer ese vínculo
entre animal y humano remontándose así al origen de los tiempos, cuando el hombre
tenía un fuerte vínculo y respeto por la naturaleza, además de ese estado
naturaleza, en la que los hombres y los animales no eran enemigos sino
compañeros, y restablecer ese contacto con el estado verdadero del ser humano.
Lo importante de este análisis a la trayectoria y propuesta de
Joseph Beuys es rescatar dos ideas centrales, que sirven de enseñanza para todo
el mundo. Lo primero es la frase de “para ser artista se requiere mucho dolor”.
Ya que es este sufrimiento lo que lo forma a uno y le permite sobreponerse a
las dificultades que presenta la vida, sabiendo que ante situaciones menos
adversas todo se dará de manera más fluida, además nunca nada demasiado fácil
es bueno, ya que más allá de volverse monótono y tedioso, no presenta ningún
tipo de reto y por ende no simboliza ningún tipo de superación. Entre la
adversidad es que surgen las mejores cosas, también los obstáculos nos dan esa
“garra” para conseguir las cosas y nos enseñan a luchar y mantenernos fieles a
nuestros valores e ideales. Es por eso que cuando nos enfrentemos a una
situación difícil, ya sea una situación personal, económica, país, etc; hay que
verlo como una oportunidad y pensar en la frase de este artista, ya que el
sufrimiento de hoy puede convertirse en la ventaja del mañana generando
acciones que sean obras de arte.
Finalmente, y en segundo lugar, retomar la propuesta de “Me gusta América y a América le gusto yo”
de volver al estado originario o
fundamental de lo que es el ser humano. Entender que nuestra realidad exterior
tiene sensibilidad y es un órgano más de nuestro cuerpo, ya que queramos o no
afecta nuestras vidas. Eliminar el conflicto que se ha establecido en nuestro
modo de vivir, al plantear la rivalidad entre hombre y naturaleza, hombre y
animal, padres e hijos, profesor y alumno, etc. No quedarnos en lo netamente
racional, rutinario, mecánico y escéptico sino buscar la trascendencia, el arte
y lo espiritual, que está sumamente presente en el mundo que nos rodea y en la
vida. Apreciar la cultura, que el arte y la creatividad está en todos y darle
el debido valor que merece. Volver a esos tiempos donde la naturaleza, los
animales y el hombre eran aliados y compañeros y que todo el mundo pueda ser un
chaman y un artista hoy en día, a su propia manera del modo que los haga más
felices, y puedan abrazar, construyendo así un mejor mundo, a un/su coyote.
Aquí un link con
extractos de la interacción de Beuys con el coyote.
https://www.youtube.com/watch?v=e5UXAqpSJDk
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