Por: Jorge Fernández Lander
¿Cómo estás? ¿Cómo
te sientes? Así normalmente los venezolanos nos saludados día a día y a lo que
siempre, sin importar el estado de animo contestamos: bien, chévere. Así también iniciaron mis martes y jueves durante
los últimos 9 meses, un profesor preguntándole a varios de alumnos: ¿Cómo
estás? ¿Cómo te sientes?.
Al comienzo yo era
de los que solía contestar: bien, chevere;
pero cuando esa pregunta la haces dos veces por semana me fue llevando a la
reflexión, ¿realmente estamos bien? No lo digo de forma personal, cada quien
tendrá sus situaciones para estar bien o no, me refiero como estudiantes, como
sociedad, como país ¿realmente estamos bien?
Y con esto no me
refiero a que tengamos que andar por la vida generando lastima o siempre de mal
humor quejándonos del país, no, esa no es la idea, lo importante es reflexionar
y no quedarnos en lo superficial que vemos en las noticias o que nos impacta
directamente. Al reflexionar, investigar, indagar nos damos cuenta que muchas
de las cosas de nuestro día a día pasan desapercibidas. Tal es el caso, de la
palabra Empíreo, una palabra que al
menos durante todos los lunes del colegio la mencionaba al entonar el Himno
Nacional y jamás se me pasó por la mente averiguar el significado de las
mismas. Y como esa situación, muchísimas otras que fui percatando a lo largo de
estos nueve meses ante la cátedra, esos detalles que te hacen sentir
identificado, parte de algo.
Es decir, al llevar
la reflexión más allá de lo convencional indagas en tus raíces y tu futuro.
Aunque, tal como señalaba Mario Briceño Iragorry, somos una sociedad
antihistórica, y es esta la razón de posiblemente la crisis que vivimos
actualmente como sociedad. Muchas veces nos vemos ahogados en esta turbulenta
situación que vivimos como país sin encontrar como salir de ella. La respuesta
no está en las cartas, el tarot ni nada esotérico, la respuesta está en nuestra
propia historia, nuestras raíces. Conocer a fondo el Acta de Independencia de
Venezuela, ahora después de la experiencia lo considero como un hecho elemental
al estudiar nuestro país. Hay podemos encontrar porque las 7 estrellas de
nuestra bandera y cuestionar con
base el que haya sido cambiada a 8 estrellas, cada estrella no es un antojo de
el gobierno de turno del país, representan las 7 provincias plasmadas en tal
acta.
Si como hombres,
dejamos a un lado el individualismo y nos apegamos al contrato social tratado
por Juan Jacobo Rousseau, se renuncian a egoísmos a favor del bien común.
Durante estos meses pudimos analizar también la encíclica Rerum Novarum escrita
por el Sumo Pontífice León XIII en 1891, en la cual se plantea que la
destrucción a la propiedad privada va en contra de las ideas modernistas trazadas
en dicha encíclica en el que se considera al ser humano diferente el uno del otro
por naturaleza. Entender esto es esencial para la sociedad, es parte de la
educación que requerimos como pueblo, mediante la formación evitamos ser
manipulados por el gobierno o por cualquier otro ente.
En algún momento
escuche decir que la historia no es lineal, por el contrario, es cíclica.
Después de estos meses de aprendizaje puedo comprobar que es totalmente cierto,
al observar el gobierno de turno con un monopolio de poder y sin
institucionalización visualizo una semejanza con lo que hizo Enrique XII,
Otra de las causas
de la crisis que vive Venezuela hoy en día, incluso la sociedad occidental se
debe al abandono de ideas modernistas, las decisiones se toman en base a un
grupo y no al bienestar social. En los últimos meses hemos escuchando tanto
hablar sobre #LaSalida que me lleva a pensar cuál es realmente la salida para
esta situación, desde mi punto de vista esta salida no está en la calle matándonos
unos a otros, tampoco está en Maiquetía tomando un avión al primer destino que
se nos ocurra, la salida está en educar a los ciudadanos, la salida está en
trabajar cada uno de nosotros en nuestra, en dar lo mejor de sí en las cosas
que hacemos, la salida está en ser críticos y no criticones pero principalmente
en aportar, muchas veces nos detenemos a criticar una u otra cosa pero no nos preocupamos
por pensar cual es la solución a dicho problema, incluso, no es solo pensar la solución
es llevarla a cabo en la medida de nuestras posibilidades.
Estoy seguro que así
construiremos país, tendremos la Venezuela democrática que tanto se anhela, en
la que exista reivindicación de los derechos humanos y haya leyes equitativas
para todos, sin importar partido político, religión, ni nada.
Hoy estoy más
convencido que nunca que los jóvenes no son el futuro del país, son el
presente. Esto lo han demostrado con su fuerza, inteligencia y sobretodo su
firmeza para discernir frente al gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario