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miércoles, 17 de junio de 2015

Para entender el presente y el futuro, hay que estudiar el pasado

Por: Jorge Fernández Lander

¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? Así normalmente los venezolanos nos saludados día a día y a lo que siempre, sin importar el estado de animo contestamos: bien, chévere. Así también iniciaron mis martes y jueves durante los últimos 9 meses, un profesor preguntándole a varios de alumnos: ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?.

Al comienzo yo era de los que solía contestar: bien, chevere; pero cuando esa pregunta la haces dos veces por semana me fue llevando a la reflexión, ¿realmente estamos bien? No lo digo de forma personal, cada quien tendrá sus situaciones para estar bien o no, me refiero como estudiantes, como sociedad, como país ¿realmente estamos bien?

Y con esto no me refiero a que tengamos que andar por la vida generando lastima o siempre de mal humor quejándonos del país, no, esa no es la idea, lo importante es reflexionar y no quedarnos en lo superficial que vemos en las noticias o que nos impacta directamente. Al reflexionar, investigar, indagar nos damos cuenta que muchas de las cosas de nuestro día a día pasan desapercibidas. Tal es el caso, de la palabra Empíreo, una palabra que al menos durante todos los lunes del colegio la mencionaba al entonar el Himno Nacional y jamás se me pasó por la mente averiguar el significado de las mismas. Y como esa situación, muchísimas otras que fui percatando a lo largo de estos nueve meses ante la cátedra, esos detalles que te hacen sentir identificado, parte de algo.

Es decir, al llevar la reflexión más allá de lo convencional indagas en tus raíces y tu futuro. Aunque, tal como señalaba Mario Briceño Iragorry, somos una sociedad antihistórica, y es esta la razón de posiblemente la crisis que vivimos actualmente como sociedad. Muchas veces nos vemos ahogados en esta turbulenta situación que vivimos como país sin encontrar como salir de ella. La respuesta no está en las cartas, el tarot ni nada esotérico, la respuesta está en nuestra propia historia, nuestras raíces. Conocer a fondo el Acta de Independencia de Venezuela, ahora después de la experiencia lo considero como un hecho elemental al estudiar nuestro país. Hay podemos encontrar porque las 7 estrellas de nuestra bandera  y cuestionar con base el que haya sido cambiada a 8 estrellas, cada estrella no es un antojo de el gobierno de turno del país, representan las 7 provincias plasmadas en tal acta.

Si como hombres, dejamos a un lado el individualismo y nos apegamos al contrato social tratado por Juan Jacobo Rousseau, se renuncian a egoísmos a favor del bien común. Durante estos meses pudimos analizar también la encíclica Rerum Novarum escrita por el Sumo Pontífice León XIII en 1891, en la cual se plantea que la destrucción a la propiedad privada va en contra de las ideas modernistas trazadas en dicha encíclica en el que se considera al ser humano diferente el uno del otro por naturaleza. Entender esto es esencial para la sociedad, es parte de la educación que requerimos como pueblo, mediante la formación evitamos ser manipulados por el gobierno o por cualquier otro ente.

En algún momento escuche decir que la historia no es lineal, por el contrario, es cíclica. Después de estos meses de aprendizaje puedo comprobar que es totalmente cierto, al observar el gobierno de turno con un monopolio de poder y sin institucionalización visualizo una semejanza con lo que hizo Enrique XII,

Otra de las causas de la crisis que vive Venezuela hoy en día, incluso la sociedad occidental se debe al abandono de ideas modernistas, las decisiones se toman en base a un grupo y no al bienestar social. En los últimos meses hemos escuchando tanto hablar sobre #LaSalida que me lleva a pensar cuál es realmente la salida para esta situación, desde mi punto de vista esta salida no está en la calle matándonos unos a otros, tampoco está en Maiquetía tomando un avión al primer destino que se nos ocurra, la salida está en educar a los ciudadanos, la salida está en trabajar cada uno de nosotros en nuestra, en dar lo mejor de sí en las cosas que hacemos, la salida está en ser críticos y no criticones pero principalmente en aportar, muchas veces nos detenemos a criticar una u otra cosa pero no nos preocupamos por pensar cual es la solución a dicho problema, incluso, no es solo pensar la solución es llevarla a cabo en la medida de nuestras posibilidades.

Estoy seguro que así construiremos país, tendremos la Venezuela democrática que tanto se anhela, en la que exista reivindicación de los derechos humanos y haya leyes equitativas para todos, sin importar partido político, religión, ni nada.


Hoy estoy más convencido que nunca que los jóvenes no son el futuro del país, son el presente. Esto lo han demostrado con su fuerza, inteligencia y sobretodo su firmeza para discernir frente al gobierno.

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