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jueves, 30 de abril de 2015

Cómplices ciegos de una enemistad existencial

Cómplices ciegos de una enemistad existencial
Samantha Henríquez


Aquella tierra cuyas leyes no sancionen ni controlen la barbarie entre o de los ciudadanos, es un país en el que se ha perdido la esperanza. John Davenier

Un pueblo educado no puede ser oprimido porque es capaz de pensar por si mismo. Nelson Mandela


Cuando entras al ascensor, ¿das los buenos días?, ¿das las gracias cuando el mesonero te lleva la comida?, cuando tropiezas con alguien ¿pides disculpas?. Estos son los hábitos de un ciudadano educado, son hábitos que demuestran una buena educación y el respeto que se tienes por tu diferente o semejante. Sin embargo, aun cuando seas un erudito, son tus modales los que definirán quien realmente eres y cómo te verán los demás. 

A nivel mundial este es un problema común que no tiene distinción de clases, y aunque en Venezuela somos conocidos por ser personas chéveres, cálidas y amables, nuestros buenos modales se han ido deteriorando y ahora somos conocidos, por vivir en una "enemistad existencial". Es cuestión de tiempo dicen muchos pero más que esperar a que el tiempo sea la respuesta divina que esperamos a nuestros problemas, no nos damos cuenta que esta "enemistad existencial" es parte de nosotros, y nosotros de ella. Muchos de los venezolanos son miopes a la realidad en la que estamos sumergidas y constantemente solemos culparnos unos a otros de todos los males que nos suceden. No nos damos la tarea de ver que en gran parte la culpa es nuestra. Antes que empiecen a lanzarme flechas de fuego, quiero defender mis palabras.

La tiranía existe gracias a la ignorancia de su pueblo, creemos que por saber quién es Simón Bolívar ya somos amantes de nuestra Patria, pero no es así. Este amor se cultiva con el conocimiento, con la lectura hasta de nuestro pasado más remoto. Se trata de buscar en nuestra naturaleza humana, porque el hombre siempre está sediento de saberes pero si queremos defender lo nuestro de un tirano que pretende arrebatárnoslo, debemos tener nuestras armas preparadas, y estas armas son  nuestros ideales y pensamientos. 

No seamos más "enemigos existenciales", el pueblo está formado por hermanos, unos presos en su ignorancia que está en manos del tirano y otros que disfrutan de la libertad del conocimiento. Somos nosotros quienes ya estamos soltándonos de las cadenas de la opresión que poco a poco podremos ir liberando a aquellos quienes no quieren colocarse los lentes de una realidad que viven día a día pero no son capaces de ver. 

Creamos en la educación, no seamos ciudadanos mediocres, asistamos a clases, analicemos y entendamos, leamos prensa real, seamos críticos, organicemos nuestras prioridades a corto y largo plazo. Es la educación el primer muro que tenemos que construir para darle batalla al tirano, seguidamente personas realmente capacitadas, vendrán con sus ideales para solucionar el resto, en lo económico, político y social. 

Tolerancia y sabiduría para poder vencer. No seamos siendo cómplices ciegos de esta "enemistad existencial".


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