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jueves, 30 de abril de 2015

Tirando al Tirano

Por: Luis Farage 

Hoy en día los términos dictador y tirano se ven como sinónimos. Pero originalmente no era así, por lo cual esclarecer la diferencia es necesaria.

El dictador, originario de roma, ejercía su autoridad por un tiempo no mayor de seis meses, y podía ser reelecto solo una vez más por el senado. En este período quedaban  suspendidos todos los procedimientos ordinarios donde los magistrados se abstenían en el ejercicio de su jurisdicción, excepto los tribunos de la plebe, y nadie podía criticar, censurar ni discutir las órdenes del dictador. Para demostrar su superior magisterio, el dictador marchaba precedido de 24 lictores, frente a los 12 que acompañaban a los cónsules. Todo esto se hacia, y sucedía, con el fin de mantener el orden y la paz en situaciones criticas y extremas, donde el proceso de discusión y burocracia solo entorpecerían las decisiones y perjudicarían al pueblo.

Este título, el de dictador, centralizaba el poder en una sola figura, tanto el poder político como el militar; lo que volvía al dictador en el jefe al mando de toda las fuerzas armadas. A pesar de que a lo largo del tiempo las atribuciones del dictador se fueron aumentando el dictador no podía disponer del Tesoro Público sin la autorización previa del pueblo, ni abandonar la nación (Italia) y además estaba obligado a rendir cuenta de todos sus actos tan pronto terminaba su periodo de ejercicio. También durante el ejercicio de su cargo se hallaba bajo la vigilancia de los tribunos, quienes conservaban toda su autoridad, y quienes se ocuparían de poner alto a cualquier ambición de los dictadores, cuando uno de ellos centrara en sí todos los poderes.

Por otro lado la tiranía, originaria de la antigua Grecia, se refiere a aquel que o aquellos que habían accedido al poder por medio de la violencia derrocado el gobierno, usualmente de una ciudad-estado, generalmente gracias al apoyo popular, pero también mediante la fuerza militar (un golpe de estado militar) o una intervención extranjera. Por ende el tirano ocupaba el poder no por derecho, sino por la fuerza.

Con el correr del tiempo la tiranía se ha vuelto el sistema político por excelencia del autoritarismo. Por lo cual también centraliza todos los poderes en su figura. Para la mentalidad moderna, la tiranía se identifica con el uso cruel, abusivo y desmedido del poder político usurpado. Pero entre los antiguos griegos el término estaba  mucho más relacionado con la demagogia y el populismo, otro aspecto que caracteriza a los tiranos de hoy en día. Los tiranos griegos solían salir de las luchas de clases, contra los antiguos nobles y reyes de derecho divino, por lo cual contaban con el apoyo popular, una de sus herramientas para colocarse en el poder. Pero no pasaría mucho tiempo antes de que traicionaran a quienes los colocaron donde estaban y  a su “lucha justificada”. Aristóteles al hablar de la tiranía establece:

“El tirano sale del pueblo y de la masa contra los notables, para que el pueblo no sufra ninguna injusticia por parte de aquellos. Se ve claro por los hechos: casi la mayoría de los tiranos, por así decir, han surgido de demagogos que se han ganado la confianza calumniando a los notables”

Además, más allá del como descomponen al ciudadano y a la nación, también agrega: “…de modo que la tiranía, que es el peor régimen, es el más alejado de una constitución…”

Una vez aclarado que la dictadura y la tiranía son sistemas distintos, ninguno aplicable en la actualidad. Vemos como la tiranía destaca por ser un tanto peor, ya que atropella más al ciudadano y degenera más a la sociedad. Es por eso que a lo largo de la historia varios autores y pensadores han escrito sobre el tema de la tiranía y como solucionarla.


Entre esas soluciones se ha propuesto el tiranicidio, que consta de matar al tirano. Si bien esa es una solución radical, muchos de los pensadores que han escrito del tema defendiendo esta tendencia han establecido que es como arrancar una mala hierba de raíz evitando que siga propagando su mal. Por otro lado quienes se han expuesto en contra de esto dicen que con esto no habría una solución real, sino que se cambiaria un nombre por otro y el fondo del problema seguiría siendo el mismo. Además que implica la muerte de otra persona.

Por otro lado quienes defienden el tiranicidio han propuesto la diferencia de “ matar no es asesinar”. Que si bien ambas implican la eliminación de la persona una no es vista como un acto morboso, injustificado y psicopático(asesinar) sino el resultado de la defensa propia para evitar el daño de uno mismo. También y quizás el argumento más fuerte de esta tendencia es el Derecho de Rebelión o Derecho de Resistencia a la Opresión. Si bien su nombre lo sintetiza bastante bien no esta de más agregar que se ve como un acto divino, de obediencia a dios, el revelarse y deponer a quien le hace daño a quienes debería de cuidar y colocar un gobierno que velé por el bien común y sea elegido de manera legitima.


Estas teorías de rebelión a los tiranos son lo que han dado paso a las insurrecciones que han dado paso a las republicas y han permitido que la humanidad haya evolucionado, sobre todo hacia la modernidad. Podemos tomar como ejemplo la Revolución Francesa, la Guerra de Independencia Norteamericana y los procesos de emancipación latinoamericanos. Todos estos han permitido que sus sociedades hayan avanzado hacia una mejor calidad de vida y mayor capacidad como estados y dejado atrás situaciones de malestar, depresión y degradación social. Quizás el ejemplo más gráfico de esto en la actualidad, de cómo el tiranicidio permitió que una sociedad avanzara,  fue la muerte por ejecución del tirano italiano Benito Mussoliniquien tras ser fusilado fue guindado como carne en una plaza publica y entregado al pueblo quien lo apedreó, disparó, golpeó y pateó.

Estado y Sociedad ¿Transformación o Continuismo?


Por María Elizabeth Méndez 


Militarismo eficiente? otra genialidad de Weil

Carrera emplea el bolivarianismo-militarismo la esencia de los problemas tanto sociales como políticos en los que toda la sociedad venezolana esta ungida.
Antes de continuar, y para tener mayor conocimiento del tema, es necesario saber que es el militarismo, según  la R.A.E es  la preponderancia de los militares, de la política militar o del espíritu militar en una nación. Por otra parte el “bolivarianismo” refiere a lo perteneciente o relativo a Simón Bolívar, o a su historia, su política.

Un punto fundamental para entender la evolución y el auge del militarismo en la actualidad es entender que para implantar dicha doctrina es necesario desacreditar, apartar e incluso buscar que cada uno de los venezolanos olvide de aquellos hechos socio-políticos del pasado. Haciendo un trabajo constante, pesado y tardío para enviciar los recuerdos históricos de Venezuela y de sus ciudadanos. Se evidencia claramente el estrecho lazo que une este fenómeno, el militarismo, con Venezuela, fenómeno que ha sido una constante para el país desde fines del siglo XIX. Como por ejemplo se evidencia que hoy en día, el gobierno que perpetua y glorifica al “Chavismo”, hace una continua campaña por eliminar de raíces las bases historiográficas que representan nuestra pertenencia histórica. Desde la fundación de un sistema educativo paralelo al gobierno, hasta la privación de los derechos de libertad de expresión, con el fin de borrar la memoria.

La República liberal autocrática nace de donde también nacen los regímenes militaristas, teniendo características en común, como la ineficiencia administrativa, la opresión política, aprovechamiento del poder en el que violan derechos tanto legales como de moral y ética. Estos vicios propios  de la dictadura militarista surgieron cuando empezó a derrumbarse el auge fiscal por el petróleo.
Sin embargo, los cimientos de la democracia seguían latentes, lo que generó su fracaso generando el regreso de la República liberal democrática. En torno a esto, Carrera Damas dice lo siguiente, “Esto hace oportuno que los venezolanos tomemos conciencia de que situada en perspectiva histórica, el curso de la democracia venezolana no difiere notablemente del seguido por algunas otras viejas democracias.”

Para concluir, es necesario tener en cuenta que para entender la realidad de los venezolanos, todos debemos tomar una postura crítica, sentar unas bases históricas claras y con fundamentos. Al lograr una claridad en la memoria histórica de cada uno de los venezolanos, será posible crear una sociedad democrática legítima.
A través de este ejercicio será más fácil identificar críticamente los fraudes que cometen algunos gobernantes turbios, que buscan hacer un cambio ideológico en toda la sociedad, basándose en el bolivarianismo-militarismo. El problema no radica en el hecho de que un militar gobierne a una nación, en este caso Venezuela, el problema va más allá, toca los temas netamente ideológicos, cuando los intereses personales sobreponen el bien común. Cuando se opta por la demagogia para lograr fines personalistas bajo el disfraz de un modelo de gobierno que piensa en lo social, cuando realmente sucede todo lo contrario. Ejemplo claro de éste fenómeno social es el que ocurre actualmente en Venezuela. Sin embargo la tarea es educarnos sobre la historia a largo plazo que por más que no la hayamos vivido, igual nos pertenece.

Por último, la siguiente cita del mismo autor del texto del cuál veníamos haciendo una revisión, expresado en una entrevista de Antonio Sánchez García en “La Historia de Germán Carrera Damas”  deja una clara idea final sobre lo que se venía hablando del militarismo.

*Basado en el autor Carrera Damas