Por:
Leonor Santander
A veces he cometido el error de
catalogar a Venezuela como “un país de mierda”
cuando en realidad la pregunta es: ¿Venezuela es la mierda o lo es la sociedad?
Después de leer un libro llamado “Mensaje sin destino”
de Mario Briceño Iragorry, llegué a la conclusión de que el país no es la “mierda”, al contrario, tenemos un país
que es maravilloso, tenemos playas hermosas, montañas inigualables, un clima
envidiable y además de todo esto tenemos un país que es rico en minerales.
Venezuela es un país que necesita mejores habitantes,
lo digo porque por todo lo que he vivido estos 21 años, me he dado cuenta que
la mayoría, incluyéndome, no hemos aprendido a valorar lo que tenemos.
Cito esta frase que me dejo el corazón chiquito y
arrugado: “En Venezuela,
desgraciadamente, hay, sobre todas las crisis, una crisis de pueblo”. Si
piensas en frío lo puedes ver, lo ves en las personas que no se esmeran por
hacer de este país un lugar mejor, también lo ves cuando vas por las calles y
observas como lanzan la basura al piso, lo oyes por los pasillos cuando dicen:
me quiero ir de este país de “mierda”,
pero lo que no nos damos cuenta es que el cambio no tiene que ser el país, el
cambio tiene que empezar por nosotros y mientras la sociedad venezolana, no se
eduque, no quiera prosperar y no busque motivos para no tener una vida
mediocre, seguiremos viviendo en la crisis cultural y de pueblo que tenemos
desde hace más de 15 años.
Hace nada comencé a cambiar la manera de ver el país,
y empecé a disfrutarlo cada día. Fui al Ávila caminando, una experiencia única,
me sentía en otra Venezuela diferente a la que veo todos los días, basto que
llegará al teleférico, para que la sociedad que nos rodea me dieran ganas de
llorar. A veces nosotros como venezolanos, deberíamos hacer más por nuestro
país y buscar soluciones sencillas, sin
la necesidad de caer en la crítica banal, ya que si seguimos cayendo en esto,
seguiremos teniendo la sociedad que tenemos.
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