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martes, 2 de diciembre de 2014

AB IMO PECTORE

“Con todo mi corazón” famosa frase usada por el militar Julio César en pro de hacer valer su juramento ante la política romana, en aquellos tiempos traicioneros y de conveniencia. “Con toda franqueza; con toda sinceridad; a pecho abierto” son muchas otras interpretaciones que denotan esta frase en latín, su significado es de profunda sinceridad, desde el corazón, órgano necesario para que un humano viva. Decido comenzar así mi humilde artículo para hacer referencia desde mi corazón a mi amada patria Venezuela.

Amada, tostada por el sol inclemente, acariciada por las aguas saladas y dulces que se funden juntas en un abrazo familiar, verde montaña y aire purificador, eso eres bella entre todas, y bendecida como ninguna. ¿Qué pasó mi amada patria? Tantos cantos te arrullaron por tu infinita belleza, y ahora eres denigrada ante muchas otras hermanas.

Desde lo profundo de mi pecho quiero gritar, denunciar el ultrajo que se empeña en quitarte hasta la última orquídea de tus entrañas. Es indebido e impensable que tan bella, con largos cabellos ondulantes al viento, te quieran manchar de nuevo con sangre de tus hijos que una vez se unieron para darte la añorada libertad, ¿acaso se debe correr por aquel incierto de nuevo?

Con toda sinceridad no sé dónde quedó la mirada fiel que velaba por tus ríos y aquel turpial que sobrevolaba airado por el amazonas, jungla de misterios y hogar del salvaje que en ti buscaba abrigo. 
En tu belleza se burla el despiadado que busca oprimir tu innata libertad, pero el opresor no se da cuenta, tu naciste libre, y libre has de quedar por siempre, como lo dicta tu partida de nacimiento porque en tus faldas fértiles, nadie puede venir a proclamar la esclavitud de tus hijos soñadores, que con cantos gustosos arrullan tu temor.

Tranquila, tus hijos no dejamos de luchar por ti, porque tanta belleza no puede estar privada, ni mucho menos reclamada por un tirano, que abraza el araguaney para degollarlo y asfixia a la tonina que pasea sin percatar temor alguno en tus ríos misteriosos.

No te rindas, no te abrumes en el llanto sin salida, pues desde mi corazón te digo, no estás sola, no fracasará tu fe en los frutos que por tantos años diste sombra. Tus hijos no serán acallados, y si acaso eso pasase del todo, con uñas defenderemos tu larga belleza y gritaremos en alto; Venezuela es libre, porque libre la vio mi libertador, y porque su belleza es salvaje e indomable. 

                                                                                                                        Por: Karla Bastidas 
   


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