Por: Luis Genis
Desde hace algunos años hemos estado escuchando con frecuencia la expresión “Amor a la Patria”. Basados en la Real Academia Española, entendemos que amor significa “sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo”; y patria quiere decir “Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos“por ende, el amor a la patria es sentir afecto por ese lugar donde hemos nacido, crecido o vivido.
Curiosamente nosotros los venezolanos contamos con una extraordinaria suerte, pues hemos nacido en uno de los países más hermosos del mundo, tenemos paisajes hermosos, mujeres hermosas y gente de privilegiada inteligencia. Pero parece que no nos damos cuenta de lo que tenemos a nuestros pies.
Contrario a lo que se cree, el amor a la patria no es salir a luchar campalmente contra algún organismo estatal de control de orden público por nuestros derechos. Tampoco solo exigir derechos para todos los venezolanos con la ley en la mano o simplemente aseverar que amamos a nuestro hermoso país. El amor a la patria está en cosas tan sencillas como cruzar una calle en el rallado peatonal cuando es nuestro turno, en no botar basura por la ventana de nuestro auto y en tener fe que el futuro que nos depara un país como este será muy prospero.
Para comenzar a querer a nuestra Venezuela no hace falta más que conocerla tan solo un poco, podríamos iniciar por saber de dónde venimos y quienes somos; Juan German Roscio se encargó de dejar por escrito en 1810, con el acta de independencia, las bases que deberían regir nuestra nación. Conociendo tan solo esto, podríamos argumentar en contra de quienes tomaron nuestro país como su hacienda personal, o contra aquellos quienes, a costa de algo que nos pertenece a todos, decidieron endeudar hasta el cuello nuestro futuro con un país que Pérfidamente aprovecho una mala gestión de gobierno para hacer negocios en los que se beneficia claramente más a un lado que al otro
Intentar comprender por qué un gran porcentaje de jóvenes nos queremos ir al extranjero a buscar nuevas y mejores oportunidades no es muy difícil, pues al graduarnos tendremos muy pocas oportunidades de prosperar, raramente se consigue un puesto con un sueldo que de siquiera para mantenernos por nosotros mismos, y ni que hablar del matrimonio, o mantener una familia.
Pero no es un secreto para nadie que la gran mayoría de estos jóvenes se van, pero dejan el corazón en su país, pues los vio crecer, les dio todo lo que son y todo lo que tienen. Sin dejar a un lado que se van sin sus amigos, sin sus recuerdos, y, en muchas ocasiones, sin sus familias.
Amar a Venezuela es algo que debemos hacer con sinceridad, un país tan hermoso y que nos ha dado tanto merece un esfuerzo de nuestra parte, como toda relación hay que dar para recibir, y los detalles más insignificantes, son los más valiosos.
Por último, quien ama a su patria podrá afirmar junto a Don José Martí que El amor, madre, a la patria no es el amor ridículo a la tierra, ni a la yerba que pisan nuestras plantas; Es el odio invencible a quien la oprime, es el rencor eterno a quien la ataca.
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