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viernes, 31 de octubre de 2014

Menos face, más book


Por: Jeslin Valbuena


foto: www.fotolog.com
En este texto no pretendo escribir líneas eruditas, aún más que eso, espero llegar al corazón. Escribir no siempre es fácil, eso de tomar un montón de palabras dándoles sentido y sentimiento, solo se logra cuando… creo que nunca sabes cuándo. Mas si no se siente inspiración alguna, leer un buen libro siempre ayuda.

La frase menos face, más book es parte de una campaña pro-libros que lleva a cabo una librería mexicana llamada Gandhi. La primera vez que la escuché caló tanto en mí que sentí la necesidad de escribir al respecto. 

Hay libros que llegan a tus manos gracias a una gran persona – un profesor, un abuelo, un amigo… - y de inmediato marcan un antes y un después dentro de ti. Esos libros que te llevan a comprender algo de gran relevancia en tu vida y te dejas guiar por la luz de unas líneas brillantemente escritas. 

Los libros tienen una forma trascendental de transportarnos a un mundo de ideas que quizá nunca antes imaginamos. A veces necesitamos de ese “volver atrás”, olvidarnos de las pantallas y las teclas, y recordar lo que se siente tener el lomo de un buen libro en la palma de la mano, mientras que con la otra pasas las páginas. Sentir que el tiempo del mundo real se detiene. La historia te lleva a un sitio recóndito. Personajes que brillan y cobran vida en tu imaginación. El cerebro activa los hemisferios. Piensas. Se conectan las neuronas. Tu entorno se vuelve insignificante. Y solo entonces, eres ubicuo.

Hace más de ciento catorce años se publicó una de mis obras favoritas. Fue escrita por José Enrique Rodó, y la bautizó como “Ariel”. Guillermo de Torre (1969) explica que la obra Ariel es el breviario de la juventud, una lección de despedida que el maestro Próspero, llamado así por la alusión al mago de La Tempestad shakesperiana, da a sus alumnos. Rodó (1900) explica el significado de dicho nombre:

Ariel, genio del aire, representa en el simbolismo de la obra de Shakespeare, la parte noble y alada del espíritu. Ariel es el imperio de la razón y el sentimiento sobre los bajos estímulos de la irracionalidad; es el entusiasmo generoso, el móvil alto y desinteresado en la acción, la espiritualidad de la cultura, la vivacidad y la gracia de la inteligencia; el término ideal al que asciende la selección humana. (p. 31, 32)

El mensaje de esta obra se centra en inculcarle a la juventud la motivación para luchar por el ser y no por el tener, hace énfasis en que al hombre se le conoce por el obrar, por lo tanto la acción generosa debe ser llevada a cabo competentemente, elevando la espiritualidad.

De igual forma, destaca que la vivacidad, la gracia y la originalidad son virtudes del hombre minoría, del hombre cualificado. Rodó también expresa ideas de origen socrático y platónico planteando que los instintos deben ser gobernados por la razón. El profesor Juan Manuel Rodríguez (1985) explica que el autor funde las dos virtudes del pensamiento occidental: el heroísmo griego y la santidad cristiana.

Uno de los enunciados más significativos y resaltantes de Ariel (1900), desde mi perspectiva, ha sido el siguiente:

…voy a hablaros de nuevo, para que sea nuestra despedida como el sello estampado en un convenio de sentimientos e ideas. Invoco a ARIEL como mi numen. Quisiera ahora para mi palabra la más suave y persuasiva unción que ella haya tenido jamás. Pienso que hablar a la juventud sobre nobles y elevados motivos, cualesquiera que sean, es un género de oratoria sagrada. Pienso también, que el espíritu de la juventud es un terreno generoso donde la simiente de una palabra oportuna suele rendir, en corto tiempo, los frutos de una inmortal vegetación. (p. 33)

¿Tendremos los jóvenes en nuestro espíritu la esperanza, el entusiasmo, la constancia y el vigor que se necesitan para emprender la construcción de -la magna obra- Latinoamérica? (Rodó, 1900)

Por mi parte, no quisiera tener la menor duda, aunque a veces “la aldea global” nos arrastra a mirar una pantalla brillante por horas casi sin parpadear, tengo la esperanza de que las nuevas generaciones (con menos face y más book) luchen por nuevos tiempos y felices destinos.


“…la juventud que vivís es una fuerza de cuya aplicación sois obreros y un tesoro de cuya inversión sois responsables…” (José Enrique Rodó, 1900)

Saber para hacer

Por: Eugenia Santaella


Todos somos seres vivientes, naturales, creados por Dios y dotados de un alma inmortal, somos resultado de la evolución de los primates o mejor conocidos como homínidos, finalmente nombrados Homo sapiens sapiens. África fue el lugar inicio para nuestra evolución y luego se expandió por todas partes del mundo, poseemos un cerebro que tiene la capacidad de pensar, adquirir conocimientos y desenvolver la creatividad.

A lo largo de los años hemos logrado dominar un 10% de nuestro cerebro, lo cual nos ha permitido el crecimiento de nosotros mismos así como el de nuestro entorno. Ciudades, estados, gobiernos, materiales, ideas, industrias, tecnología, religiones, culturas y muchas cosas más hemos podido crear y realizar con tan solo ese porcentaje.

El mundo ha sido una gran materia de estudio y herramienta de progreso para el hombre, todo lo que hemos creado nace de acuerdo a nuestra historia y conocimientos sobre ella. Es fundamental y necesario conocer nuestra historia para saber ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos? Y ¿A dónde queremos llegar? Esta ha sido la única manera para poder haber logrado un avance el cual nos brinda el mundo que vivimos hoy en día.

El estudio de nuestros antecedentes y su historia nos conllevan a entender quiénes somos y el por qué, tener conocimiento sobre todos los acontecimientos anteriores a nuestra vida nos hacen ser personas cultas. Éste es un factor muy importante para nuestras vidas, el de la culturización, ya que nos empapa de conocimientos totalmente indispensables para el comprender las incógnitas planteadas anteriormente y nos hace tener noción sobre las creencias, costumbres, hábitos, habilidades, el arte, la ley y la moral adquiridos por el hombre dentro de la sociedad.

Ahora bien, refiriéndome a la modernidad y viendo todos los logros del hombre, desde el descubrimiento de Portugal y España donde se ve el inicio del mundo moderno en el cual se han tomado elementos de la edad media que hoy en día causan un gran impacto en la sociedad, con certeza afirmo que el conocimiento de nuestra historia es elemental de otra manera no hubiésemos llegado a ser el hombre moderno, gentil, pensador y creador de hoy en día. El mundo sería totalmente distinto, no existiera la educación, las universidades, el estado y la iglesia no serian instituciones independientes y por ende no hubiésemos avanzado. Para finalizar quisiera invitar a todo quien lea este artículo a que se motive y estudie nuestra historia para cada día saber, poder y aspirar más así logrando un mundo mejor.

Compromiso

Por: Victoria Otero Redondo



Dentro de los diversos significados que hay de la palabra compromiso tenemos que es “la obligación contraída por medio de acuerdo, promesa o contrato”. En Venezuela, el 5 de Julio de 1811, se firmó lo que sería el compromiso más importante para la nación y para todos los venezolanos, el acta de independencia. Hoy en día, muchas de las declaraciones por la cual diversos representantes de los estados del país firmaron no se han cumplido.

Este valor, se ha perdido mucho a lo largo de los años. En el caso de Venezuela, el compromiso que se tenía antiguamente como ciudadano, como venezolano, ha sido despojado por una falta de patriotismo muy grave que se está viviendo actualmente. No hay amor a la patria, la cultura venezolana, sus tradiciones, sus fiestas, sus mitos entre otros se han ido perdiendo a lo largo de los años; cada vez hay menos identidad propia hacia lo nuestro, hacia lo venezolano, lo criollo. El compromiso no sólo se manifiesta votando, cantando el himno nacional o poniéndose “la gorra tricolor”, sino que se manifiesta respetando los símbolos patrios, las leyes de la constitución que son fundamentales para un buen desarrollo de cualquier nación, conocer nuestros libertadores y cual fue su legado, cuidar al país, sus paisajes, sus calles, avenidas, entre otros muchos que se podrían seguir nombrando. En nuestro país podemos observar un claro ejemplo de la falta de compromiso cuando el presidente de la República Nicolás Maduro, comentó en una cadena nacional que llegó una señora a decirle “hasta cuando íbamos a seguir con la inseguridad” y la respuesta de Nicolás Maduro fue “que puedo hacer yo” se supone que el señor Maduro es el presidente de la República, adquirió esa responsabilidad, ese compromiso y no lo está cumpliendo.

En el acta de independencia hay un juramento, detrás de la idea de juramento hay una idea de contrato, con el contrato la persona se obliga a cumplir ciertas cosas. Si no se juraba lealtad a Venezuela luego el estado no estaba comprometido a cuidar de la vida del ciudadano, de los bienes materiales etc.

La pregunta que yo me hago como venezolana es hasta cuando vamos a dejar a un lado el compromiso y empezar a trabajar por un mejor país, un país rico con muchas oportunidades, un país donde realmente vale la pena vivir.

Conocimiento Propio

Por: Victoria Cruz


El requisito principal para amar a algo es conocerlo, algo que no se conoce es imposible de amar. Si tú no conoces a tu país, sus principios y lo que lo conforma, ¿cómo puedes decir qué lo amas? y ¿cómo lo puedes defender, de los astutos qué quieren actuar de forma perfidia torciendo el pasado de tu nación?

Mi país Venezuela, es un país lleno de historia, que como toda la historia nos influye y nos representa. El acta de independencia, es el documento más valioso de nuestro pasado, porque es el escrito que nos habla, de dónde venimos y hacia dónde vamos, y es donde se fundamentan los principios de la nación, que todo venezolano que quiere conocer a su país y por ende amarlo debe saber. La libertad, el formalismo, el derecho son algunos de los principios representados en dicho documento.

Conocer el acta es algo fundamental para conocer de dónde venimos pero no solo el acta, sino, todo lo que forma parte de nuestro país. El otro día en una clase, a eso de las 8 de la mañana un profesor me pregunto ¿usted conoce Caracas?, al momento mi mente grito sí, pero cinco segundos más tarde, contrariada, mi respuesta fue no, porque a pesar de que vivo en Caracas, nunca en mis 19 años me he salido de mi zona de comodidad, no conozco el centro en su totalidad, apenas conozco uno que otro rincón, nunca he ido a Petare, El Valle, ni a La pastora, y como estos lugares hay una infinidad de sitios que en este momento tampoco conozco.

Sufro de ser manipulada constantemente y dejo mi historia al libre albedrio de ser borrada e inventada a beneficio de unos pocos, que ven a mi país como un hotel y no como su casa. Pero esto no es un condena porque yo no quiero seguir siendo manipulada, no quiero que borren mi historia, ni quiero volver a cometer los mismos errores que ya se han cometido, y todo esto solo se puede evitar conociendo mi país, sus orígenes, su presente y su pasado, para así tener ideas profilácticas que me protejan del impostor que no busca la verdad, si no desea que la sociedad viva en las sombras.

Y tú, ¿quieres conocer a tu país?

Una lealtad inmortal

Por: Victoria Aloisio

La modernidad en su origen y en su esencia es un fenómeno europeo, pero la expansión de Europa le conferirá una dimensión mundial, a través de la presencia y la interacción de los europeos con otras civilizaciones de ultramar. Como fenómeno esencialmente europeo los elementos de la modernidad ilustran unos cambios profundos en la configuración del universo social. Los hechos más relevantes del inicio de la modernidad son, la quiebra de la unidad cristiana en Europa central y occidental, la secularización del saber, la consolidación de la ciencia y el avance del librepensamiento, todo esto basado en el pilar de la razón, generará actitudes críticas hacia las religiones reveladas. Estos cambios en la cultura y su manifestación en los avances tecnológicos revolucionarán los hábitos materiales de las sociedades europeas. Estos factores dieron camino a un nuevo marco cultural que generará un escenario en el desarrollo del saber, donde el hombre ocuparía el lugar central y más empíreo, en el cual su proyección alcanzaría a su más significativa forma de expresión en el espíritu de la Ilustración y la configuración de Europa como paradigma de la modernidad.
Seguramente debes estar preguntándote qué tiene que ver el tema de la ‘’lealtad’’ con los fundamentos de la modernidad, pues yo también dudé en que este concepto tuviera algo de relación con los orígenes del mundo moderno y asimismo con nuestro país. Para nuestra impresión, este concepto no sólo tiene bastante relación con los fundamentos de la modernidad y de nuestro país, sino que también, por ser una palabra tan poderosa, y si entendemos verdaderamente esta relación, tan solo la palabra ‘’lealtad’’ es capaz de llevarnos en un viaje hacia el pasado, y contarnos la historia de quiénes lucharon para liberar nuestro territorio de la colonización española.

Es por todo esto, que nombré a este texto como ‘’Una lealtad inmortal’’ porque gracias a ese grupo de personas luchadoras, hoy todos los venezolanos somos libres e independientes, y aquí entra la lealtad, la cual debemos demostrar como agradecimiento a ese gran movimiento independentista, un sentimiento tan puro, tan fiel, tan potente que jamás pueda morir, sino que más bien, debe ir fortaleciéndose con el tiempo, y así poder eliminar cualquier tipo de amenaza contra la partida de nacimiento de nuestro país, el Acta de Independencia.

Cada uno de nosotros recibe constantes beneficios del mundo y de las personas que nos rodean. Gracias a los movimientos de independencia de nuestros ante pasados nuestro país nos otorga una nacionalidad, oportunidades de trabajar, recursos para sobrevivir y seguridad. La sociedad, en su conjunto, nos apoya para desarrollarnos y progresar en nuestras actividades. La escuela, y las universidades, que forman parte del legado moderno, nos aportan enseñanzas y la posibilidad de convivir con personas que enriquecen nuestra vida. Todo esto se le acredita a los fundamentos del mundo moderno, a los de nuestra patria.

La palabra lealtad abarca la fidelidad, el amor, y el respeto, que debemos demostrar hacia nuestros libertadores, hacia nuestros símbolos patrios, pero aún más hacia nuestra tierra en su origen y esencia, por ser el legado de ese proceso independentista por el que se luchó, y se anheló. Gracias a ese de desarrollo de la idea de libertad e igualdad, hoy en día somos ciudadanos libres.

En eso consiste la lealtad, en un sentimiento que nunca debe morir, ni ser enterrado. Es el cumplimiento de la ley de fidelidad, de honor, y de hombría de bien hacia nuestra patria, es el compromiso de corresponder con cariño a todo lo que se heredó de la independencia, como una solidaridad que no permitirá que alguna de esas fuentes se encuentre amenazada. La lealtad no sólo es una muestra de aprecio, sino que también ser leales con nuestro país ayuda en gran medida a promover la paz, la justicia, la honestidad y la tolerancia en cada acción. De esta forma, la lealtad contiene y lleva al máximo los valores más importantes de la convivencia, y es una gran expresión de amor. Al demostrar lealtad no sólo beneficiamos a nuestra sociedad, sino también le vamos dando forma a nuestra vida, y poco a poco no convertimos en buenos ciudadanos.

Por esto, la lealtad que debemos demostrar hacia nuestro país debe ser inmortal y trascendente, ya que así, es la única forma de que jamás se desvanezca el legado que nos otorgaron nuestros libertadores, los cuales lucharon para promover nuestra paz, libertad, e igualdad, y así con el pasar del tiempo ese sentimiento de lealtad se fortalezca cada vez más, como una potente arma contra los impostores que quieran amenazar las bases y los fundamentos en los que se dio la independencia de nuestra tierra amada, Venezuela.

Quid ultra faciam?

Por: Verónica Etienne

A sus 17 años, Malala Yousafzai recibe el Premio Nobel de la Paz siendo la persona más joven en ser honrada con el galardón por defender el derecho de los menores, de la mujer, promover la paz pero más importante su amor a la educación que la llevó a vivir desde muy joven infortunios a partir de la prohibición a las niñas pakistaníes de recibir educación por ordenanza de grupos talibanes. Ante su actitud de rechazo a la medida y por querer recibir una educación adecuada casi le arrebatan la vida. Eso no la detuvo en su camino y su mensaje ha sido difundido por todo el mundo.

Cuando pienso en Malala, recuerdo una frase dicha por ella que ha dejado gran impacto en mi vida “En algunas partes del mundo, los estudiantes van a la escuela todos los días. Es su vida normal. Pero en otras partes del mundo, estamos hambrientos de educación... Es como un precioso regalo. Es como un diamante.”

Ella pasó las de Cain para defender su derecho y el de otras niñas a estudiar, siendo atacada a sangre fría por terroristas. Y allí están esas personas, que deberían ser consideradas adultos que han tomado esta decisión por si mismos, ir a la universidad con el menor animo posible y sin motivación alguna.

En sus inicios, las universidades nacieron de la unión del gremio de profesores y el de estudiantes. Habia un interés por aprender, de conocer mucho más y alcanzar la verdad. Hoy en día, los estudiantes no logran ni sentirse identificados con su propia alma mater.

Se ha convertido en una rutina y han olvidado el verdadero fin de una universidad. Olvidaron que lo presentado ante ellos es un regalo preciado, que conlleva un esfuerzo, una oportunidad soñada por muchos que no tienen acceso al conociemiento al que no se abren. Ellos solo quieren un papel que diga que se dignaron a presentarse a sus evaluaciones y mantener notas decentes.

Lastima que no recuerdan cuando en primer año se les inculcó la busqueda de la verdad, la credibilidad que deben poseer y mantener a toda costa, los orígenes del hombre junto con su historia y sobre todas las cosas olvidaron porque lo aprenden. Olvidaron porque ciertas materias vuelven en el tiempo. Olvidaron que está en la naturaleza humana repetir los errores del pasado. Y sobre toda las cosas, no les interesa que es su deber como persona que se dedica a culturizarse cada día cambiar el destino de su futuro, el de su nación y el de su prójimo.

Cuando levantamos la mirada y nos damos cuenta que nuestra nación está decayendo, debería ser acción natural decidir tomar las riendas y causar cambios para bien. Utilizar los conocimientos adquiridos para inculcar en la sociedad valores positivos, sentimientos de pertenencia, compañerismo y transparencia. De unos años para acá, la gente a decidido abandonar la patria y dejar que otro se encargue. Pronto, no habrá nadie capacitado para lograrlo. Y aquel con las ganas, no tendrá el acceso a la educación que tanto anhela y necesita para lograr su fin.

Expertos hablan de una “Sociedad del Conocimiento” la cual debería traerle al país soluciones a los problemas que enfrenta y desarrollo intelectual para mejorar la calidad de vida y aumentar los resultados económicos. Y el chico que se sienta a mi lado en clase duerme profundamente cuando el profesor habla del surgimiento de las universidades.

Aún hay aquellos que no hallan su camino en el mundo, que vagan preguntándose que será de ellos en el futuro mientras tienen la oportunidad de abrir su mente al conocimiento... Toneladas de información vuela sobre su cabeza y aterriza en oídos sordos, necios y llenos de banalidad e incertidumbre. Ellos dan lástima porque no conocen el valor de lo que poseen.

Malala nunca abandonó sus raíces, las defendió y sentenció las malas practicas de los malhechores. Nunca escondió su rostro y su encuentro con la muerte inminente la fortaleció.

Quid ultra faciam? ¿Qué más debemos hacer?

“Hagamos ahora nuestro futuro, y hagamos que nuestros sueños sean la realidad del mañana. ” -Malala Yousafzai

Dicotomía

Por: Tabatha Gonzalez



Para poder empezar comencemos aclarando el significado de la palabra "dicotomía": Este término se refiere a algo dividido en mitades (subdivisión).

En clases pudimos apreciar como en nuestro país se vivió una dicotomía. El poder estaba divido y el pueblo despertó e impuso su fuerza para no aceptarlo.

Mi pregunta es... ¿Hoy en día somos víctimas de una dicotomía? Cada día veo más como el poder está dividido incluso dentro de una misma tendencia política, repetidas veces hemos visto como las leyes no se cumplen y como violentan lo que en algún momento se puso en el acta de la independencia.

Entonces podemos ver como no hace falta tener dos posturas totalmente diferentes para que este término se cumpla.

Amor a la Matria

Por: Samantha Henriquez


El amor como la patria, no son tangibles a una persona.
El amor como la patria, no la podemos ver, oír, tocar, oler, pero sí la podemos sentir, sentir con el corazón y la razón.
El amor como la patria, no es para todos, el mismo sentimiento.
Pero sí algo es cierto es que el amor como la patria, se producen en libertad

Si buscáramos una definición de patria, muy general y objetiva, se entendería como el sentido de pertenencia y el acogimiento de costumbres y leyes de un país, normalmente, su país de nacimiento. Sin embargo esto de la patria va más allá, la palabra en sí tiene una connotación masculina, no obstante muchas veces generamos ese amor a nuestra nación como el amor a una madre, la madre que nos crió, que nos vio crecer, la madre que nos enseñó ciertas normas y las tradiciones del hogar. En nuestro caso, esta madre es Venezuela y es la Matria querida de todos los venezolanos.

Un buen venezolano que ama su país lo debería respetar y defender, esos dos puntos forman parte del patriotismo. Aquel que no defienda su libertad, aquel que no exija un respeto hacia su nación, aquel que permite que personas con un poder mayor dejen que cambien las verdades de un país para su propio beneficio, es aquel individuo que no ama a su matria.

Para amar a Venezuela tiene que haber una unión social, todos con un mismo objetivo, amar y proteger a ese país que le da un techo. Se debe defender los símbolos patrios, los valores fundamentales, las costumbres y la propia historia del país. Aquel individuo que no cumpla con lo anterior, no ama a su matria.

Un mejor ejemplo de amar a Venezuela, es tener aquella sensación que no se tiene con más nada cuando se escucha esa canción que dice así:

“Llevo tu luz y tu aroma en mi piel, y el cuatro en el corazón. Llevo en mi sangre la espuma del mar y tu horizonte en mis ojos (…)”

Amar a Venezuela es respetar su bandera, su himno y su escudo nacional.

Amar a Venezuela es cuidar sus grandes sabanas, sus selvas, playas, montañas y sus ríos. Es estar orgullosos de nuestra enorme variedad de riquezas naturales.

Todo venezolano ama, llora, canta y sueña con claveles de pasión.

Sin embargo, mucho más allá de las miles razones por las que podemos amar a Venezuela, están algunas otras que han hecho a algunos dejarla, dejar al país que les dio abrigo. Y esto va más allá de lo que Venezuela nos pueda ofrecer como nación. Es consecuencia de la estancia en el manejo de poder de personas no aptas para su cargo, son ellos quienes han llevado a aquellas personas cálidas y consideradas unos por otros, a ser personas indiferentes (No hago referencia a todos los ciudadanos, pero sí al menos a la mitad de la población). Hemos llegado a un punto de conformismo al que no se tenía que llegar, nos hemos dejado mentir por varios años, han cambiado la realidad a su conveniencia y se ha generado una turbulenta situación entre dos partes de la sociedad.

La verdad es que como venezolanos no podemos dejar que sigan pisando nuestra patria.

Debemos hacer honor a los fundamentos y bases de nuestro país, a nuestro Gloria al bravo pueblo y a nuestra Acta de la independencia.

Debemos gritar con brío y que muera la opresión, pues bien sabemos compatriotas fieles que la fuerza es la unión.

Amor a la matria, amor a Venezuela.

Nobleza

Por: Ricardo Di Venere

La nobleza es un estrato social, una posición en la sociedad, ya sea otorgada por concesión del soberano o por tradición familiar. Es un puesto favorecido que tenía ciertos beneficios y generalmente tenían alto poder económico y social. Para comprender el término de “noble”, debemos estudiar el contexto en que se situó este estamento de la sociedad española. La forma de gobierno de España era la monarquía absolutista en donde todo el poder recae en un solo individuo o grupo, en este caso, el reinado de los reyes católicos.

La nobleza, proveniente de la Edad Media, es parte de este sistema de gobierno, donde miles de familias lograron a través de un continuo ascenso social conseguir progresar y conseguir la consideración nobiliaria; es decir, los títulos nobiliarios (Archiduque, Gran Duque, Conde, Barón, , Marqués, Vizconde, Caballero Negro, etc.) podían ser otorgados, a través de hazañas o méritos extraordinarios militares, sociales y políticos, por el Rey supremo; o por descendencia hereditaria. La nobleza básicamente era la clase social alta controladora durante la época de las colonias.

Volviendo a la historia, en 1808, Napoleón obliga a Fernando VII a abdicar en Bayona, y proclamó a su hermano José Bonaparte, Rey de España y de las Américas. Mientras se generaba un sentimiento de libertad, igualdad y revolución en este hemisferio, en Europa, España luchaba por su independencia misma de los franceses; y en 1810 se reunieron en las Cortes de Cádiz a escondidas del ejército de Bonaparte, quienes se otorgaron poderes ilimitados y empezaron a velar por la reformación de las instituciones políticas, sociales, económicas y jurídicas y por redactar una Constitución soberana. En 1811 decretaron la abolición del régimen señorial y de los señores jurisdiccionales, quiénes conservaron la mayoría de sus bienes pues sus títulos nobiliarios se convirtieron en contratos de propiedad.

Con la destitución de Vicente Emparan, por el Cabildo de Caracas, el 19 de abril de 1810, el primer paso de una revolución quedo asentada; y con las dudas de la población creciente, la explotación de las riquezas por parte de España durante años y años, y las influencias de las revoluciones francesas y de la Independencia de EEUU; ya dejó de ser un sentimiento, y pasó a ser un plan de acción en la realidad, el 5 de Julio de 1811 se firmó el Acta de la Declaración de la Independencia de Venezuela. Esta frase escrita en el Acta nos hace presenciar el nuevo aire de cambio y revolución que se venía en la historia social del país:

“ (…) y que como tal Estado libre e independiente tiene su pleno poder para darse la forma de gobierno que sea conforme a la voluntad de sus pueblos.”

Es decir, las influencias españolas en todo sentido cesaron y cambiaron la forma de gobierno y los sistemas sociales, la monarquía española fue expulsada y la nobleza española con ella. Se instauró un sistema de gobierno completamente distinto a lo conocido, fue un paso importantísimo hacia la igualdad social del ser humano pues todo paso de girar en torno a formar parte de la nobleza, a ser un gentil, un ciudadano de la República creada, el ideal de nobleza perdió validez.

Nuestra Identidad

Por Patricia Fernández Schrunder

La Real Academia Española define identidad como el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. Teniendo este concepto en cuenta, se puede decir que la identidad nacional es la identidad mencionada anteriormente, solo que basada en el concepto de nación. En otras palabras, es el sentido de pertenencia a una sociedad que comparte características diversas, como la historia, la cultura, la organización social y la política.

Nosotros los venezolanos tendemos a identificarnos con la arepa, la gaita y hasta el béisbol, pero pasamos por alto nuestros verdaderos orígenes, como son el Acta de Independencia, el Himno Nacional y nuestra misma bandera. Lamentablemente los venezolanos tenemos la tendencia a desligarnos de lo que nos hace identificarnos con nuestro país, ya sea porque no tenemos el mínimo interés en ello, por falta de incentivo en conocer objetivamente nuestra historia (una historia que a nivel básico ha sido glorificada a niveles de fantasía) o porque los ligamos a la forma en la que los gobiernos, a lo largo de la historia de la Venezuela moderna, han tergiversado el significado de estos símbolos para manipular al pueblo con el objetivo de perpetuarse en el poder.

Pero estas razones realmente no excusan el comportamiento apático asumido por el venezolano, pues si hemos de llamarnos originarios de Venezuela, primero debemos saber qué es Venezuela, cómo nos originamos, de dónde provenimos, forjando así un sólido sentimiento y sentido nacional con el que nos identifiquemos como una sociedad soberana y de pensamiento autónomo. Deberíamos tener siempre la iniciativa de conocernos como sociedad para así evitar engaños y oponernos ante cambios inconcebibles como lo sería la octava estrella en nuestra bandera, la cual, claramente, no ha de existir, puesto que en nuestra Acta de Independencia se aclara con precisión y sin lugar a dudas que son siete provincias las que forman a Venezuela como una República. Incluso, se ha modificado el Escudo Nacional de manera que el caballo blanco esté corriendo completamente hacia la izquierda, buscando manifestar la imposición de una corriente ideológica del partido político de turno en el poder, desdibujando los ideales precursores de lo que en principio debiese ser conocido como nuestra identidad nacional.

Así que debemos dejar de lado nuestros prejuicios irracionales e indolencia, y asumir nuestros deberes como ciudadanos pertenecientes a una sociedad, donde, al conocer a mayor profundidad nuestra identidad, quiénes somos y de dónde provenimos, se pueden eludir así falacias ingeniadas por hombres que buscan reescribir nuestra historia para manipularnos maquiavélicamente con tal de hacernos unos extraños frente a nuestra propia identidad.


Fundamentos

Por: Nathaly Torres

En nuestro día a día utilizamos palabras que creemos conocer y entender perfectamente, pero a veces no nos damos cuenta de la importancia y connotación que lleva consigo dicha palabra, una de ellas es fundamento. El diccionario de la Real Academia Española (RAE) se refiere a fundamento como principio y cimiento en que estriba y sobre el que se apoya un edificio u otra cosa, y razón principal o motivo con que se pretende afianzar y asegurar algo.
            Basándonos en la primera definición de la RAE podemos advertir que si una estructura no cuenta con unos cimientos o fundamentos firmes, todo aquello que sea construido encima se caerá. Esto nos permite comprender y hacer una analogía con la condición social, económica y política de un país, si no existe un fundamento correcto y concreto sobre el que se desarrolle una nación, tendremos entonces un país que poco a poco irá en detrimento.
            Por otro lado, refiriéndonos a la segunda definición indicada por la RAE entendemos al fundamento como aquello que surgió para asegurar algo, tal es el caso del Acta de Independencia, declarada el 5 de julio de 1811, ésta nace por la necesidad de confirmar y asegurar la emancipación que realizaba Venezuela de la corona española.
            En el acta figuran, en primer lugar, todos los motivos por los cuales deciden independizarse y, posteriormente, las ideas, características y derechos sobre las cuales se fundará la nueva república autónoma, entre ellos destacan la importancia del republicanismo y de la democracia.  
            Desde entonces celebramos todos los 5 de julio de cada año el día de la independencia, sin embargo, si nos dedicamos a preguntarle a un par de venezolanos qué se celebra en esa festividad muchos no sabrían, otros tendrían una pequeña noción y solo un grupo muy reducido comprendería todos los significados y motivos que se encuentran detrás de dicho día patrio. Y es aquí donde radican muchos de los problemas con los que contamos hoy en día, todo sería muy distinto si cada uno de los venezolanos se detuviese un momento a analizar y comprender cada uno de los aspectos señalados en el Acta.
            La República de Venezuela tiene sus fundamentos en el Acta, que yo me atrevería a decir son perfectos, pues en ellos está expresado todo lo fundamental para comprendernos como una nación independiente, libre y con derechos. Así como cada individuo cuenta con una partida de nacimiento donde se acredita la existencia de esa persona y sus orígenes, se podría decir que el Acta es la partida de nacimiento del cuerpo social venezolano.
            Como consecuencia de este desconocimiento de nuestros fundamentos, surge una sociedad con una falta de identidad, es decir, una sociedad sin conocimiento de sí misma, de sus características, cultura y orígenes que la diferencian de otras sociedades o naciones.
Cuando una persona o una colectividad carece de identidad se convierte en una sociedad fácil de manipular, pusilánime y autodestructiva. Es decir, no conocer las premisas bajos las que se instauró mi país, da oportunidad a que cualquier otra persona venga a decirme algo de la historia que puede ser totalmente falso o cambiarla a su favor y, debido a ese desconocimiento, yo le creería y no tendría como refutarlo.

            Como individuos de una nación, es imperante que tengamos un amplio conocimiento de nuestros fundamentos, señalados en el Acta de Independencia, pues, en palabras del ex presidente de Francia, François Mitterrand: “desconocer nuestras raíces, separarnos de ellas, constituye el gesto suicida de un idiota”.



Fuente foto de Acta: http://www.victoriavial.com/?Seccion=fichanoticias&id=3320


Fuente foto de edificio construyendo: https://myespacioposterous.wordpress.com/2012/04/page/3/




Fuente de firma de Acta: http://www.datuopinion.com/independencia-de-venezuela

Omnímodo


Por: Natalia Torres de Ponte

“Su poder es omnímodo”, 

“Tiene un conocimiento omnímodo sobre historia”, 

“Su influencia es omnímoda sobre el país”, 

Por el contexto de las oraciones anteriores podríamos intuir el significado de la palabra omnímodo. Si aún así no se entiende el verdadero sentido, no hay ningún inconveniente ya que todos los días se pueden aprender algo nuevo que nos permita no solo aumentar nuestro vocabulario y sí entender mejor lo que leemos o lo que nos dicen.

Hace poco también desconocía su concepto y al escuchar la palabra omnímodo mi mente lo asociaba a omnipotente, creo que por la similitud en su escritura, para mi sorpresa resultó luego que son sinónimos y realmente tienen relación. Según la Real Academia española, se entiende por omnímodo: Adjetivo. “El que lo abraza y comprende todo”. Como sinónimos de dicha definición tenemos los términos: Absoluto, integral, omnipotente, general, total, en fin, todo lo relativo a algo completo y sin límites.

Al profundizar más en esos conceptos es imposible no percatarse que la mayoría de las veces “omnímodo” va unido a la palabra “Poder”, es decir, “Poder omnímodo” y ha sido en ese contexto que conocí la palabra. Al revisar nuestra historia nos encontramos con diversos momentos de “Poderes omnímodos o absolutos”. En la edad media, por ejemplo, el feudalismo como régimen, se basaba en el poder omnímodo del señor feudal sobre sus siervos, donde estos no tenían voz activa para nada. Vale resaltar que el mando de los señores feudales era tal que poseían derechos absurdos como el IUS PRIMAE NOCTIS (Primera noche), donde podían mantener relaciones con cualquier dama perteneciente a los feudos.

El régimen autócrata es otro caso de un poder omnímodo, en la autocracia (poder en sí mismo) el gobernante ejerce un mando absoluto sobre la sociedad. Este sistema de gobierno fue adoptado por los soberanos de Egipto para expresar el carácter ilimitado del poder que ejercían y porque no hablar del Absolutismo, una ideología donde el que gobierna no posee ningún tipo de limitación institucional, fuera de la ley divina y se caracteriza por la ausencia de división de poderes.

En nuestra partida de nacimiento como venezolanos, nuestra Acta de Independencia, Venezuela no solo ve la necesidad de formalizar un Estado sino que rechaza completamente las ideas absolutistas que la colonia de España ejercía en estas tierras pues querían ellos obtener un poder omnímodo sobre sí mismos. Otras situaciones dejan en evidencia el control omnímodo en la historia de Venezuela y del mundo. Definitivamente es un término que está bastante relacionado a la vida y a la misma situación actual del país, donde quien se encuentra en el poder cree tener la potestad de cambiar las cosas según le conviene, piensa que su poder es tan integral que realiza un revisionismo histórico por puro capricho sin fundamentos y argumentos válidos para ello.

Cada día se aprende algo nuevo y debemos siempre querer ser mejores. Concluyo con un sincero deseo de que todos aspiremos tener un conocimiento lo más absoluto o mejor, omnímodo posible sobre lo que nos rodea, sobre quiénes somos y hacia dónde vamos.

Foto: foroalfa.org 

Trascendencia

Por: Mariana Martinez

La transcendencia significa ir más allá de algún límite el mismo, impuesto por la naturaleza o por la adversidad. Este concepto demanda superar, sobresalir y penetrar lo contrario a la inmanencia, una realidad que permanece encerrada en sí misma que no cambia.

Va “más allá” porque pasa por encima de lo ya establecido como las leyes y se separa de las mismas. Hay muchas personas que gozan de esta cualidad, pues han superado los límites que la sociedad y el mundo les ha impuesto, o la misma naturaleza, como puede ser alguna persona con una discapacidad que logra algo importante, de relevancia, o bien un joven que se le ocurrió inventar algo totalmente nuevo que cambiaba totalmente los paradigmas como Steve Jobs que creó la marca “Apple” por decir un ejemplo. La trascendencia exige cambios, de pasar dentro a fuera de un determinado ámbito, un espacio a otro no permite a la persona quedarse inmóvil.

El objeto de la trascendencia se reduce a un resultado, una consecuencia de carácter relevante que deja una huella. Es por ello que debe ser un hecho, persona o cosa significante, no puede ser algo carente de bases o sustento, debe tener un valor, un por qué.

Me recordé especialmente de esta palabra, en la clase de Fundamentos del Mundo Moderno, puesto que profesor nos dijo que no podíamos comenzar la materia sin antes conocer nuestras bases. Empezó separando el título de la materia, y nos explicó que en esta clase no íbamos a leer puras cosas modernas o actuales sino antes debíamos revisar lo que viene antes, lo que permitió ese resultado, es decir los fundamentos, las razones, los orígenes, y más importante: las ideas.

Nos explicó que todo, absolutamente todo proviene de una idea, de un conocimiento, y que a partir de esa idea se podía lograr muchas cosas. Así mismo se puede ver la “transcendencia” como una idea, que sobresale entre tantas. Un gran ejemplo es la lucha por la independencia de nuestro país, que aunque pareciera loco porque no tiene analogía con los ejemplos anteriores, es importante que lo mencione y dirija mi ensayo hacia este hecho de gran magnitud.

Hago especial referencia de este hecho porque me parece que puede explicar mejor lo que es la transcendencia. El poder de los españoles sobre América fue un suceso que no solo afectó a los habitantes de este nuevo mundo, sino a los que estaban fuera de él. Los límites, abusos y agresiones impuestos a la fuerza por los españoles hacia los venezolanos- refiriéndonos a nuestro caso- fue de un índole grave. La ausencia de libertades, justicia e igualdad eran inminentes, tanto así que convirtieron al pueblo en sumiso y quitándoles la esperanza. A pesar de esta infinidad de restricciones y de una realidad adversa, alguien tuvo una idea de cambiar aquella situación. Se entendió la situación y se aceptó enfrentar los límites que se imponían como la injusticia y decidir cambiarlo. De aquí surgen las ideas hacia la libertad, de pasar de ese entorno catastrófico a otro prospero.

El gran paso hacia la independencia se dio con bases, se entendió el significado de la unión, la lealtad, el compromiso y sobre todo la defensa de los derechos justos y legítimos. Y que como dueños de un territorio se tenían privilegios que no debían exigir pues ya eran dados por naturaleza.

“Más allá” de la independencia o nuestra separación de los españoles, se logró algo más, algo que superó todo y que es inmortal pues es inherente a nuestro y ser, y estas son las ideas que nos dejó este hecho, como la libertad, la soberanía, la dignidad humana, produjo una consecuencia que fue plasmada en un documento un 5 de julio de 1811 donde se ratifica lo que es nuestro, el cual debemos defender con el corazón y el alma.

No sé si en aquel momento los protagonistas de la historia pensaron si lo que hicieron iba a tener trascendencia, pero de lo que estoy segura es que sabían que ese gran paso se quedaría estampado en la historia “(…) A cada uno de los habitantes, que uniéndose de corazón y resueltos de veras, firmes, fuertes y constantes, sostengan con sus facultades corporales y espirituales la gloria que con tan sublime empresa adquieren en el mundo, y conservarán en la historia con inmortal renombre”.

“Conservarán en la historia con inmortal renombre” esta es la transcendencia, demuestra la inmortalidad de nuestra alma, que nuestros pensamientos pueden traspasar fronteras, que no somos tan pequeños frente al universo, y que nunca debemos ser sumisos sino al contrario defender nuestra dignidad para que no nos arrepintamos a la larga. La trascendencia nos exige ser correctos, asumir nuestra realidad y ser responsables a la hora de cambiarla y además ser leales a cualquier juramento.

¿Que si los principios escritos en el Acta de Independencia siguen vigentes, es decir todavía se aplican? Yo diría que si siguen vigentes pero han sido ignorados por el régimen actual de nuestro país. Como una película colombiana que vi acerca de la vida de Simón Bolívar llamada “Bolívar, soy yo”, donde el protagonista “El Libertador” se pregunta porque lo que en un principio se quiso para nuestro país ya no existe y que nada de lo que ve se parece a su sueño de libertad. La trascendencia de algo en la historia, está ahí pero puede ser ignorada, mal utilizada o incluso cambiada. Es por eso la gran importancia que tienen los fundamentos en una persona, el actuar exactitud, escrupulosidad y circunspección todos ellas dirigidas a fomentar la rectitud y transparencia en las persona.

Foto: Julio 2012, "201 Aniversario de la firma del Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela", consultado el 30/10/2014 en http://fuerza-armada-bolivariana.blogspot.com/2012/07/201-aniversario-de-la-firma-del-acta-de.html?m=1

La importancia de la Identidad Nacional.

Por: María José García

Es importante penetrar en el concepto de Identidad Nacional, y saber exactamente el significado para una nación esas dos palabras. La Identidad Nacional son todos los elementos o características que unen a una nación o un pueblo, como es el idioma, las costumbres, los símbolos patrios, la historia, etc… Vale acotar que la Identidad Nacional no se establece mediante el poder legislativo (las leyes) ni por la Asamblea Nacional; es un desarrollo político-social que debe ir avanzando a medida que va transcurriendo el tiempo.

Estoy segura de que todos o la mayoría nos hemos preguntado si nos sentimos identificados con el país donde vivimos, si lo queremos y algo muy importante si lo respetamos y lo conocemos lo suficiente. Estamos acostumbrados a ver con buenos ojos los países que visitamos. Vemos todo lo bueno sin darnos cuenta que esos países también tienen problemas e imperfecciones, sin ver todo lo bueno que tiene Venezuela, esto es un gran error de nosotros los venezolanos, ya que, si no queremos lo nuestro como vamos a estar bien.

La Identidad Nacional tiene sus raíces en el pasado remoto, en nuestro caso la población es el resultado de un complejo proceso de mestizaje. Los primitivos habitantes eran los indígenas a los que se sumaron los conquistadores venidos de España y más tarde los africanos traídos como esclavos. Esto a dado lugar no solo a una etnia peculiar sino también a una cultura propia.

Foto: Donaldo Barros

Soy ciudadano, soy todos los ciudadanos


Por: Gabriel Ascione


Si se hiciera el experimento de preguntar a las personas qué significa ser venezolano, probablemente la gran mayoría respondería “haber nacido en Venezuela”. De igual manera, si se preguntara qué significa ser un ciudadano, responderían “vivir en determinada ciudad” y no estarían completamente errados.

La RAE define ciudadano como:
1. adj. Natural o vecino de una ciudad. U. t. c. s.

2. adj. Perteneciente o relativo a la ciudad o a los ciudadanos.

3. m. Habitante de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos políticos y que interviene, ejercitándolos, en el gobierno del país.

4. m. hombre bueno.

5. m. Aquel que en el pueblo de su domicilio tenía un estado medio entre el caballero y el trabajador manual.
Ambos conceptos, a pesar de definirnos como personas y ser parte integral de quienes somos, son abordados con extrema simpleza y superficialidad.

Estos mismos encuestados asegurarían, sin vacilación alguna, que sienten amor por la patria, orgullo de ser venezolanos pero, ¿cómo se puede sentir orgullo por un mero espacio geográfico? Tiene que haber algo más.

La superficialidad con la que se definen y manejan estos conceptos trae consigo una terrible consecuencia, el egoísmo. Se habla del hombre y el territorio que ocupa, se habla de sus derechos como ciudadanos, pero no se habla de sus deberes, más importante aún, no se menciona la conexión entre las personas que conforman la ciudadanía. En términos cotidianos esto se puede explicar con la siguiente analogía: la mayor parte de las personas se siente orgullosa de pertenecer a su familia, siente amor y defendería hasta la muerte a sus familiares. Nadie diría que se siente orgulloso de pertenecer a su familia porque viven en tal o cual urbanización, y si lo dijeran, se les consideraría como personas mezquinas.

Lo mismo sucede con la nacionalidad y la ciudadanía, si no se reconoce a los demás como parte de nuestra propia identidad, si no se entiende que todas las personas que nos rodean son parte de nosotros mismos, el amor que podamos sentir a la patria sería banal y mezquino.

Cuando un niño o inclusive un adulto no quiere comer, existe una frase cliché que inevitablemente se utiliza: “¿tú sabes cuántos niños en África se están muriendo de hambre?” y aunque no carece de validez ni de veracidad esta afirmación, es un reflejo de un fenómeno que ha existido en Venezuela desde que puedo recordar, y es que se viven realidades paralelas dentro de un mismo país. Consecuencia de ese egoísmo al que nos ha llevado la superficialidad, ignoramos las penumbras de los ciudadanos que forman parte de nosotros mismos e inconscientemente buscamos transportarlas tan lejos de nosotros como nos sea posible.

No es ningún secreto para nadie que la situación económica, social y política del país se encuentra en un estado delicado, pero realmente ¿qué tanto conocemos, de primera mano, sobre cómo afecta la situación a todos los sectores de la población?

Hace aproximadamente un mes, la salud de mi abuela se ha deteriorado. Debido a eso, he tenido que pasar gran parte de mi tiempo en el Hospital José Gregorio Hernández ubicado en Los Magallanes de Catia.

La situación del hospital es extremadamente precaria. Debido a la cantidad de percances que han tenido, el acceso al área de emergencias está limitado a un solo familiar por paciente, los demás deben esperar en el estacionamiento. Impera en toda la zona un olor a cloaca tan potente que da nauseas a los visitantes y es cotidiano caminar entre ratas que se han apoderado de las instalaciones. Se suma a todo esto además, el hecho de que está ubicado en una zona extremadamente peligrosa y que es común escuchar como en esa misma cuadra son asesinadas varias personas a la semana.

Lo curioso, en mi experiencia, es que estos elementos llevan a las personas que ahí se encuentran a desarrollar un verdadero sentimiento de fraternidad y camaradería. La siguiente anécdota ilustrará perfectamente a que me refiero.

Un viernes a las ocho de la noche, el doctor de turno me explicó que debían realizársele unos exámenes de sangre a mi abuela, pero que el hospital no contaba con los reactivos necesarios para hacerlos, así que debía tomar la muestra de sangre y llevarla hasta la clínica La Arboleda (por ser la más cercana) y realizar las pruebas en ese laboratorio. Había dos señoras que se encontraban en la misma situación y como mi padrastro tenía su carro y me iba a dejar en la clínica, decidimos ofrecerles la cola a las señoras.

Al llegar a La Arboleda, las señoras entregaron la muestra de sangre y se les informó que en dos horas podían retirar los resultados. Cuando fue mi turno, el encargado del laboratorio me indico que ese recinto no poseía tampoco los reactivos necesarios para las pruebas que yo había solicitado hacer y me sugirió dirigirme al Hospital de Clínicas Caracas, ubicado a algunas cuadras de ese lugar.

Ya eran las ocho y media de la noche y mi padrastro había regresado a la casa para recoger algunas cosas que iba a llevarle a mi mamá quien iba a pasar la noche con mi abuela. El plan era que de regreso él nos recogería en La Arboleda, a mí y las dos señoras, para llevarnos de vuelta al José Gregorio Hernández. Mientras yo trataba de resolver qué iba a hacer, las señoras me miraron e inmediatamente dijeron: nosotras te acompañamos caminando hasta allá para que no vayas solo porque esta zona es demasiado peligrosa a esta hora.

Para mi este acto de generosidad fue sorprendente. No había visto, mucho menos recibido, una muestra tan desinteresada de compañerismo, más aún si se considera que eran dos personas a las que había conocido media hora antes y que el riesgo que yo corría caminando por esas calles a esa hora, lo corrían ellas también.

Esas señoras, quienes me contaron que no habían terminado la escuela primaria, sin tener una definición académica de la palabra ciudadano, comprenden a la perfección lo que significa.

Ser ciudadano va mucho más allá de tener derechos y de vivir en determinada ciudad. Ser venezolano es muchísimo más que haber nacido en Venezuela. Ser un verdadero ciudadano y sentirse orgulloso de ser venezolano es entender que somos responsables los unos de los otros. Que los aciertos de una persona que vive en Cotiza son los aciertos de alguien que vive en La Lagunita, así jamás se hayan conocido, y que el sufrimiento de una persona en Las Minas, lo padece también una persona que vive en Los Palos Grandes.

Mientras vivamos sin entender que la belleza de ser ciudadano radica en el compromiso que eso implica, seremos simplemente salvajes letrados pero jamás verdaderos ciudadanos.

“Ningún hombre es una isla” decía John Donne, yo digo que ningún venezolano es una isla, no porque necesitamos de los demás para poder vivir, ni tampoco porque por nuestra naturaleza vivimos en sociedad, sino porque en esencia cada venezolano forma parte de nosotros y más importante aún, debemos darnos cuenta que cada uno de nosotros forma parte de todos los venezolanos.

Hay que abrazar esa responsabilidad, así como una madre cuida a su hijo o como una hermano mayo cuida a su hermana menor, debemos sentirnos orgullosos de nuestra verdadera identidad, interesarnos por la vida de las personas que nos rodean y no solo las de aquellos que viven en la misma “realidad” que nosotros.

Si me preguntaran hoy que significa ser ciudadano respondería que es la obligación de ser la mejor persona que se pueda ser, que es el honor de sentirse responsable por todas las personas a las que nuestra vista puede alcanzar. Es el derecho pero también el deber de participar en la política. Ser un ciudadano es ser todos los ciudadanos. Ser un venezolano es ser todos los venezolanos.

Foto: educiudad.webnode.es

Ideas Antídoto

Por: María Victoria Ferrara


¿Qué es realmente amar a tu país? Durante 15 años hemos sido receptores de un discurso sin fondo sobre “amor a la patria”, esa supuesta patria de la que hemos sido víctimas de la venta, del rechazo, del deterioro, de la miseria, de la pobreza y sobre todo de la ignorancia. Porque no hay peor ignorante que el que no quiere aprender, ni hay peor ciego que el que no quiere ver. Esa poca importancia que le han dado a la educación ha hecho que los ciudadanos sigan creyendo en esta mentira, una mentira que aunque me cueste decirlo ha destruido nuestra generación y por lo menos las próximas tres. Porque la educación no solo viene del colegio, viene del hogar.

Para volver a implantar los valores sociales en una sociedad no solo hace falta cambiar de gobierno, hace falta proponerse a revertir esa mentalidad de pobre a la que hemos sido sometidos, hace falta trabajar en esas ideas antídoto. Un antídoto tiene como función contrarrestar los efectos de algo que nos perjudique, entonces, como venezolanos tenemos que buscar ese antídoto que nos ayude contra esa ola de ignorancia que nos ha llevado a perder lo más valioso de nuestro país, nuestra hermosa gente.

Volvamos al principio, ¿Qué es realmente amar a tu país? Amar a mi país es evitar que nos quiten nuestra identidad nacional, es saber sobre nuestra historia y sentirnos orgullosos de ella, es estudiar para poder ser profesionales y ejercer nuestra profesión en Venezuela. Amar a mi país es no sentirse rechazado cuando estamos en el exterior, es sentirnos orgullosos de lo que más nos identifica en el mundo, nuestra idiosincrasia. Pero, sobre todo, lo más importante de amar a nuestro pais, es no renunciar a ella, porque si nosotros no curamos esa gran herida que nos han abierto nadie lo va a hacer por nosotros, porque vamos a botar a la basura nuestros hermosos paisajes y nuestra hermosa nacionalidad al irnos del país.

Busquemos nuestro antídoto, yo sé que cada uno de los venezolanos tenemos los mismos intereses, entonces no dejemos de lado nuestra igualdad social ni dejemos que nos desunan, y busquemos la cura que nos haga volver a tener ese pais que tanto extrañamos, lleno de nuestra hermosa gente.

“AQUEL QUE NO CONOCE LA HISTORIA, ESTÁ CONDENADO A REPETIRLA”. Napoleón Bonaparte.

Por: María Gabriela Rodriguez Ivanac


Aquellos que no conocen sus raíces, están predeterminados a cometer los mismos errores que sus antepasados. Latinoamérica principalmente, por ser un continente tan joven, necesita de ciudadanos que seamos críticos y que reflexionemos sobre su historia y su situación actual, para saber qué nos ha llevado a estar en este punto y así poder cambiar nuestro futuro. En Venezuela todos sabemos que el 5 de julio se celebra la Declaración de Independencia de Venezuela, y que días más tarde se llevó a cabo la firma del Acta. Pero eso es todo, la gran mayoría de los venezolanos no sabe nada más. Si no conocemos nuestra historia, ¿qué podemos esperar de nuestro futuro?

Quien no conoce su historia, hipoteca su futuro y es vulnerable a ser manipulado. Lo que hoy se vive en Venezuela es un fiel ejemplo del revisionismo histórico. Nuestros símbolos patrios han sido condenados, por el capricho de un mandatario y por la ignorancia de un pueblo que nunca ha comprendido el valor de esos símbolos. Los estados están conformados por tres elementos que son: el territorio, la población y la tradición, y los símbolos patrios forman parte fundamental de la tradición de un estado.

Si conociéramos por encima, el Acta de Declaración de Independencia de Venezuela, sería fácil comprender que se dio para liberar al pueblo venezolano del yugo español, de la calidad de esclavo. Nuestra Acta plasma que cualquier gobernante que entregue a su pueblo en calidad de esclavo, será inhábil para gobernar. Calidad de esclavo no significa solo estar encadenado y ser el sirviente de algún español, significa también trabajar para otro país y no para el bienestar propio, teniendo que vivir para subsanar las deudas que un gobernante adquirió, hipotecando a su país.

En nuestra Acta se plasma el triunfo de la libertad sobre el despotismo, pero hoy en día parecemos haberlo olvidado. Nuestro propio himno nacional dice: “y si el despotismo levanta la voz, seguid el ejemplo que Caracas dio”, pues es una forma de recordar el hecho histórico de que fueron los caraqueños los primeros venezolanos en lanzar el grito de Independencia. En el Acta de Independencia, y en el trasfondo de los símbolos que nos dan identidad como nación, hay un sinfín de bases y fundamentos que tienen una importancia directa en la vida de cada ciudadano de este país. En ese documento y en nuestro propio país, hay fundamentos tomados de la modernidad, que hoy tienen máxima vigencia. Todo esto forma parte del acervo de una nación, de sus costumbres y de sus orígenes. Forma parte de la conciencia de quiénes éramos y qué pasó, para comprender quiénes somos y qué pasa.

Abarcando un poco más que nuestra historia, la encíclica Rerum Novarum, escrita por el Sumo Pontífice León XIII en 1891, plantea una disputa entre la clase obrera y los ricos, entre los que trabajan y los que tienen el capital. La relación entre las clases sociales debería ser de complementariedad, no de rivalidad, pues esta última solo beneficia a los hombres turbulentos y astutos, que normalmente son quienes lideran, generando odio entre las clases. Con solo darle un vistazo al planteamiento, es fácil afirmar que esto es un vivo ejemplo de lo que hoy vive Venezuela, pues se encuentra dividida y llena de resentimiento producto de unos mandatarios que sí parecen conocer la historia y la han usado a su favor. Lo que pasa en Venezuela no es nuevo y la historia se ha encargado de demostrarlo. Sería correcto entonces afirmar, que el que no conoce su historia, se auto condena a repetirla Si conociéramos la historia, comprenderíamos que muchas cosas que pasan en el presente, vienen del inicio del Mundo Moderno, y que conocerlas nos podría permitir anticipar lo que puede ocurrir. Un profesor me afirmó una vez: “Venezuela y Latinoamérica siempre están pariendo futuro”, y es precisamente por el hecho de no echar un vistazo hacia atrás y comprender que desde un principio hemos querido comenzar desde cero, eliminando nuestro pasado.

Foto: Juan Andrés Parra

Nacionalismo


Por: María Gabriela Mendez

Nación, quizás una de las palabras que aporta mas imágenes mentales. Una bandera ondeando, un escudo, política, hombres en traje. Definitivamente una palabra difícil de tragar, es sin duda, una palabra contundente. Al ser nombrada aporta cierta escrupulosidad, rigidez, orden. Por otro lado, al pensar en “La nación Venezolana” la mente viaja hasta una playa, una montaña, camina por bellas artes, observa el andar rutinario de las personas en una plaza. La mente humana es, sin lugar a dudas, una maquina fascinante.

Al asociar la palabra “Nacionalismo” con Venezuela, mi mente es bombardeada con distintas imágenes, confusas. Por un momento pareciera que estuviese cambiando los canales velozmente. Periódicos, desconcierto, metrópoli, smog. Un sin fin de imágenes corren cada micro segundo. Irónico, la palabra nacionalismo implica unión, cultura, tradición, tolerancia.

El nacionalismo, no es más que un conjunto de palabras para describir el convivir diario de millones de personas, que en un territorio determinado realizan sus actividades cotidianas, viven en sociedad. Pero al formar parte de esta nación, comparten igualmente, una cultura. Esos individuos, se rigen por el mismo sistema económico y social. Se ven beneficiados o afectados por un sistema político. Podría ser reducido a un gran hogar. Actualmente la cultura, el amor por la patria y la nación se ven un poco disgregadas en la sociedad Venezolana. Esto ocurre por el desamparo a los cimientos del país. Los ciudadanos venezolanos, en la actualidad repiten el patrón que en tiempos de antaño, realizaron los españoles sobre tierras Venezolanas.

Los cimientos o bases de una nación son aquellos que propulsaron la sociedad actual que hoy convive en ella. El acta de independencia de Venezuela, es la base, el fundamento, marca el inicio de la sociedad venezolana. Es, por así decirlo, el acta de nacimiento de la nación. Ese simple documento, le garantiza a cada ciudadano ser quien es y en realidad les permite saber quienes

Deberían ser como ciudadanos venezolanos. El acta de independencia contiene los valores, derechos y deberes que un ciudadano Venezolano por nacimiento debería tener. En ella se encuentra plasmada la cosmovisión de los antepasados, aquellos que lucharon y defendieron su nación en contra del desamparo Español. Define en tinta los ideales en los que fue fundado ese país.

Entonces es, por derecho innato de cada ciudadano el deber de conocer, apreciar y entrañar sus fundamentos nacionales. Cada individuo debe proteger y reclamar los derechos patrióticos de su país. Es incluso necesario que los ciudadanos, especialmente pertenecientes a Venezuela, puedan refutar inclusive preservar los bienes de su nación. Realmente un término como “revisionismo histórico” no debería acercarse a la puerta venezolana.

Es vital para una sociedad democrática y funcional, que sus integrantes estén conscientes de los valores sociales fundados en su país. Pero sobre todas las cosas, que se sientan orgullosos del suelo en el que nacieron. Independientemente de la política o situaciones adversas que se opongan a este sentimiento. Los ciudadanos deben sentir aprecio, cariño y amor por su patria. Las situaciones desfavorables del presente sólo deben ser motivadoras o propulsoras a las soluciones sociales. Utilizar métodos actuales para restaurar la soberanía nacional y la identidad social. Los venezolanos principalmente deben sentir un arraigo natural hacia su tierra madre y por consiguiente sentirse orgullosos de la misma. No dejarse llevar por situaciones momentáneas en su nación y siempre sentirse orgullosos de sus orígenes y de su nación.

Fotografía por Héctor Ordéñez. De su portafolio http://hectoraom.wordpress.com/