La historia forma parte de todos los seres humanos y
sociedades. Es aquella que nos permite como individuos obtener un punto de
referencia para una sociedad actual o futura. De igual manera funciona en las
sociedades, permite que obteniendo referencias pasadas, sea posible tomar
referencias, aprendizajes para el futuro.
Esta afirmación puede aplicarse en distintos aspectos
sociales, tales como la política, la vida personal, los patrones sociales de
una comunidad específica etc. Pero también se puede aplicar en lo más amplio de
las sociedades. Entre muchas otras cosas la historia mundial y humana se
divide, en 5 etapas que pueden acertar
el desarrollo de los humanos y sus avances. Entre estas 5 divisiones siendo
ellas: La prehistoria, Edad Antigua, Edad Media, Moderna y la edad
contemporánea. Podemos esclarecer distintos legados de las mismas que han
permitido a las sociedades antiguas avanzar hasta las actuales.
Muchas de estas etapas históricas han permitido a las
sociedades avanzar, aprender y evolucionar. Todos estos avances han ocurrido de
manera gradual, desde su más mero comienzo como una simple idea hasta el legado
que han dejado a la sociedad humana.
Como por ejemplo El estado que hoy en día es la principal estructura de
todas las sociedades, en su principio no fue más que una idea. Que en su
progreso creció hasta lo que hoy en día podemos apreciar. Rousseau plantea en
su obra titulada “El Contrato Social”
una teoría del avance de esta idea de “Estado” Planteándolo como un
acuerdo mutuo de sociedades antiguas en la que despojan sus libertades
primitivas permitiéndose a sí mismos entregárselas a un ente mayor que podrá
administrar la sociedad y su seguridad. Esto explica o avala la trascendencia
de una idea.
La modernidad como etapa histórica, dejó un legado que
trascendió hasta nuestras sociedades actuales.
Por ejemplo, permitió el proceso de secularización entre la iglesia y el
estado, dando paso a un concepto de estado libre de religión o dogma. Igualmente
como producto final permitió la reivindicación de la soberanía, la
reivindicación de la ciudadanía y del estado.
Todos estos conceptos e ideas modernas permanecen palpables en las
sociedades que actualmente rigen el mundo.
La historia y sobretodo la historia de las etapas como
la moderna, permiten que las sociedades actuales posean pensamientos e ideas
profilácticas que preserven sus decisiones de sociedad basándose en el pasado
para un porvenir futuro. Siempre y cuando
no se rechace su propia historia, sino más bien se conozca y se asimile desde
sus inicios, podemos permitirnos así un mejor futuro que posea la identidad arraigada
de esa nación, sino, seguiremos cometiendo los mismos errores una y otra vez sin lograr algún tipo de avance, sin poder acceder a temas tan básicos como por ejemplo valores de cultura y genio nacional y, finalmente, convertirnos (aunque en muchas partes como en nuestro país, ya está sucediendo) en una sociedad fracasada con una gran crisis de pueblo.
Escrito por: Ana Karina Garcia
No hay comentarios:
Publicar un comentario