Autor: Mariana Martínez Venegas
Para
comenzar este discurso quisiera empezar con esta frase que una vez oí en
clases: “No depende de cuántas neuronas
se tengan sino cuantas veces, las mismas se conectan entre sí”
Debo confesar que esta frase me afectó un poco ya que
venía de haber oído siempre hablar de expresiones coloquiales, como las personas
“inteligentes” son las que tienen más neuronas y las que no lo son, no tienen
ni una. Pero en realidad no es así, porque no importa cuántas neuronas
tengamos sino cuantas veces las usamos de verdad.
Podemos vivir con nuestras neuronas pero las mismas
pueden estar pasivas, no quieren conectarse entre sí. Al no hacerlo no se pueden
producir las ideas.
Una idea no la podemos ver ni tocar, es la forma o
representación que le damos a algo a partir del razonamiento o de la
imaginación, es el conocimiento más básico, puro y racional. Proviene de
nuestra capacidad de adquirir y aplicar el intelecto.
Pero… ¿Por qué hablar de las ideas? Bueno lo interesante
de las ideas es que ellas permiten que surjan los conceptos, los mismos son la
base de todo conocimiento. La cantidad y variedad de conocimientos que
hoy día poseemos están ahí gracias a una idea precursora.
Para entender a la sociedad en que vivimos y por qué las
cosas son o están puestas de una forma determinada debemos o es conveniente
conocer las bases en las que se sustentan los conceptos que dieron pie a los
conocimientos o estructuras que observamos hoy en día.
Desde la forma en como nos organizamos en nuestro
territorio proviene de un concepto en este caso político como el Estado. Como
el hombre es bárbaro por naturaleza y vela únicamente por sus intereses
personales surgió la idea de organizar a un montón de personas para poner orden
a la vida de todos.
Todo lo que observamos hoy día, las formas políticas como
el capitalismo provienen de algo, no llegaron de la nada, tuvieron un antes, desde su concepción (idea) hasta un después, hoy día. Tiene una teoría
predeterminada pero una práctica imprevisible.
Al principio en la Edad Media el sistema político era la monarquía
y el sistema económico el feudalismo, había desigualdad étnica con el sistema
de castas y no había movilidad social. Bueno o malo fue una idea de organizar a
la sociedad que más adelante a partir de los errores del pasado y la
adquisición de nuevos conocimientos fueron mejorando estas formas.
Es decir, las bases además de ser el apoyo principal de
las ideas, son también el principio de otras, están ahí para que surjan otras
ideas que las mejoren, una constante proliferación de conocimientos.
A partir del absolutismo reinante en la edad media, en la
edad moderna surgieron nuevas ideas, se intentó cambiar paradigmas y tratar de
hacer las cosas de otro modo. Se pensó la idea de colocar límites al poder por
primera vez ya que el Rey no tenía siervos, aparece la figura del parlamento y
se decreta que el poder político no puede sobrepasar los derechos de las
personas.
Hoy día estamos en
la edad contemporánea o postmodernidad donde gracias a los periodos precedentes
hemos llegado a distintos conocimientos como la necesaria limitación del poder
por sus graves consecuencias, el respeto de los derechos, las clases sociales
dejando atrás los sistemas anteriores ahora hay movilidad social, el
capitalismo como sistema económico del occidente donde hay libertad económica.
Todo dirigido al bienestar social.
Para que ideas como estas mencionadas anteriormente
produzcan un cambio importante no pueden nacer de un individuo solitario surgen
en conjunto entre las personas y el contexto que rodea ese descubrimiento. Y
para que las ideas como dije anteriormente se formen necesitan de otras que le
anteceden para que puedan tomar una forma definitiva.
Las crisis son el momento inesperado para que la
generación de ideas aumente, ya que exigen movilidad cerebral, necesita de
constantes soluciones para producir cambios en la situación actual. Las crisis
han incitado a cantidades de autores a plasmar sus ideas a veces locas pero muy
acertadas en distintas obras o libros.
Por ejemplo Tomás Moro no hubiese escrito su gran obra
“Utopía” sino se le hubiera ocurrido demostrar que el estado ideal o perfecto no
sirve ni existe y atreverse a plasmarlo en una obra. O a Ezequiel Martínez Estrada no
hubiese hecho su obra “La Cabeza de Goliat” sin antes haber pensado en la idea que le mostró la abundancia del análisis superficial o
externo sobre el profundo. Quizás si él no hubiese mostrado al mundo su
idea, no hubiésemos pensado jamás en eso o no hubiésemos concientizado que no
usamos nuestros cinco sentidos para obtener un análisis profundo y que solo caminando podemos conocer nuestra ciudad. Es decir, las
ideas ajuro deben ser compartidas pues reflejan no solo bases sino
experiencias, nos enseñan a mirar con otros ojos. Las ideas están activas
siempre, nacen y en seguida les dan paso a otras.
Para entender nuestra situación actual es indispensable
leer estas obras, por ejemplo “Mensaje sin destino” de Mario Briceño Iragorry a pesar
de haber sido escrita en 1951 revela la gran “Crisis de pueblo” que hemos
venido arrastrando desde siempre. Leer esa obra nos hace reflexionar por qué
estamos como estamos y además nos otorga la solución. Esta obra nos da luces
y nos muestra todo lo que hemos borrado y dejado atrás, nos enseña a que
debemos aprender de nuestros errores para no continuar cometiendo los mismos.
Esta obra parte de la idea de que somos un pueblo sin
densidad histórica, de baja autoestima, de “borrón y cuenta nueva” que explica
nuestra crisis institucional, educativa, política, económica…
Para lograr hacer las cosas bien, debemos olvidar la
tabla rasa, y empezar a escribir a partir de nuestras bases, ¿Cómo? Intentando no acostumbrarnos a la inmovilización, la acomodación… para lograr un
verdadero cambio se debe hacer algo que nunca se hizo antes, debemos generar
ideas y no tener miedo a expresarlas.
Las ideas no siempre surgen de una persona fuerte y
rígida a veces surgen de personas que tienen miedo a los cambios pero quieren
intentar algo distinto y nuevo. Por eso las ideas surgen de las crisis porque son los
momentos en donde se nos pone a prueba.
Como una vez a alguien se le ocurrió cambiar las cosas y
plasmarlas en un Acta de Independencia que después se convertiría en la partida
de nacimiento de un país y sus fundamentos, también unos alumnos se atrevieron
a hacer las cosas diferentes a pesar de que tuvieron miedo e incertidumbre ante
una nueva materia... un nuevo reto.
Por eso siempre las buenas ideas aumentan en los momentos
de crisis...
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