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jueves, 18 de junio de 2015

El discurso detrás de una idea


Por: María Elizabeth Méndez

No me resulta difícil recordar el comienzo. Un comienzo que, en lo personal, fue un tanto entristecedor y casi humillante. Cierro los ojos y sólo viene a mi mente un profesor y una pregunta: ¿Alguno sabe qué significa la palabra empíreo o la han escuchado alguna vez?. No nos tomó más que segundos para poder afirmar con rotunda certeza que nuca, jamás habíamos escuchado de lo que se nos hablaba. Por si quedaba alguna duda, el profesor se tomó la tarea de ir preguntando personalmente a todos y cada uno de los que llenábamos las mesas del aula; y todos ratificamos no saber nada del significado de la palabra empíreo. Sin embargo, y para impresión del profesor, un alumno levanta la mano y comenta “Yo creo haber escuchado esa palabra en el Himno Nacional”. Ese fue el inicio de una experiencia llena de aprendizaje y de ideas. Fue todo un compromiso, tal cuál lo dice la partida de nacimiento de nuestro país -nuestra Acta de Independencia-, un compromiso como el auténtico juramento, escrupuloso, circunspecto y exacto. 

Sin duda alguna no fue tarea fácil. ¿Quién dijo que ir por el camino del bien siempre sería fácil y cómodo?. Tal como su nombre lo dice “Fundamentos del Mundo Moderno”, los fundamentos son las bases y cimientos que, en este caso dan pie que conozcamos de dónde venimos para así poder saber hacia dónde nos dirigimos. Haciendo una revisión exhaustiva y cargada de un ejercicio intelectual, en pro de nuestro beneficio. Me atrevo a afirmar que los venezolanos en general somos un pueblo que carece de memoria histórica. Tal como lo definió Briceño Iragorry, somos un pueblo antihistórico.  Alguna de las razones que influyen a esto, y la que personalmente ha vivido mi generación es sencillamente porque las tiranías destruyen la coherencia colectiva. Basan su discurso en las almas viejas, abatidas y derrotadas. Creando un ambiente de tensión y desacuerdo entre las partes que más bien deben ser complementadas entre sí.

Sin ir muy lejos el caso de la encíclica Rerum Novarum del Papa León XII habla precisamente del punto fundamental o la raíz de lo que para mi es el problema que vivimos todos y cada uno de los venezolanos. En dicha proclama del Papa León XII se busca dar luces al pueblo sobre lo perjudicial que puede llegar a ser un gobierno socialista, habla del acuerdo y de las partes, partes que se complementan y no están hechas para denigrarse ni para menospreciar a alguna de las mismas. Resulta doloroso ver cómo si existe la raíz de los problemas con los que acarreamos hoy en día y simplemente no nos surge atractivo conocer e indagar.

Durante toda la jornada nos dedicamos a leer entre líneas, a no conformarnos sólo con lo que vemos, sino a ir más allá. Como por ejemplo Tomás Moro, quien en su obra Utopía se dedicaba a hablarnos entre líneas de un ideal republicano bajo una perspectiva monárquica.

Más adelante Mario Briceño Iragorry nos permitió ir revisando la historia de una manera que nos diera ciertas luces para enfrentar esta crisis de pueblo que venimos viviendo desde hace años. Nos aporta ciertas ideas antídoto que nos permiten la profilaxis para defendernos de cualquier elemento que nos turbe la mente. Todo se resume a ciertas ideas que pueden explicar los problemas de la actualidad. Inicialmente, la crisis de pueblo en la que hay carencia de densidad y continuidad espiritual. Luego que somos un pueblo antihistórico (como anteriormente mencione) y si lo somos porque nos hemos centrado en recordar solo la historia bélica y se ha olvidado la historia de los civiles. Nos hemos enfocado en sustituir la historia de los hombres por la liturgia de las efemérides, sin saber con exactitud el contenido de esas fechas. Por ultimo pero no menos importante, el predominio del hombre o del nombre sobre sus ideas ya que los hombres nos extinguimos, nuestras ideas permanecen.

Si algo nos queda claro de toda la experiencia que vivimos es que el esfuerzo por retomar el país que queremos no se queda en las meras palabras, en las simples ganas de querer. Tenemos que actuar con contundencia, tomar un postura basada en las ideas. Resulta curioso ver como nos basamos en grandes pensadores, escritores y autores que a través de sus obras nos enseñan que ya ciertas cosas que vivimos ocurrieron en el pasado y que debemos cargarnos de conocimiento para no cometer los mismos errores. Suena interesante ver cómo obras y escritos que datan de hace años, incluso hasta 100 años atrás, puedan ser luces para la actualidad.

He aquí el fruto de este aprendizaje, el fruto de mucho esfuerzo por conocer y crecer. Hoy escribo mi discurso final sobre esta maravillosa experiencia que me permitió crecer no solo como persona sino como ciudadana, como venezolana. Aquí se refleja el esfuerzo de todos los alumnos y la dedicación y entrega de un profesor. El empíreo ha sido un increíble experiencia como comunicador, como venezolana y como joven que tiene unas ansias inmensas de conocer.

No permitamos hablar de venezolanaje sino de venezolanidad, no confundamos a los impostores que buscan engañarnos. Y tengamos siempre un inmenso amor a la “matria”.

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