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miércoles, 17 de junio de 2015

Damisela en peligro

Por: Silvana Lezama García

Durante varios años me he preguntado que se puede o al menos que puedo hacer para mejorar el estado en el que se encuentra mi país. El año pasado pensé que la solución era salir a la calle y protestar por todos los derechos que me han robado, al principio gritaba consignas, me paraba frente a un guardia nacional y le decía que por qué no se quitaba ese uniforme que le quedaba grande, luego lloraba de indignación cuando comenzaba la represión. Me costaba mucho entender por qué hacían eso, de hecho aún me cuesta muchísimo entenderlo.

En algún momento del año pasado me di cuenta que no valía la pena estar en la calle si el resto del país estaba apático, solo pensaba que no era justo que yo arriesgara mi vida por la calidad de vida de otros. Sonará egoísta, pero luego de pasar por lo que pasé creo que merezco pensar así.

Al principio me sentía orgullosa de mi misma cuando escuchaba a las personas diciendo “ahí van nuestros jóvenes, el futuro de nuestro país a reclamar lo que es nuestro”  pero ahora lo que siento es molestia. Es decir, si yo soy “el futuro” del país ¿por qué tengo que salir yo y arriesgar mi vida por el país que ellos perdieron?  No es mi culpa que el país esté como está. Yo nací en el año 1993 y el gobierno de Chávez empezó en el año 1999, por ende yo solo tenía 6 o 7 años de edad ¿qué idea podía tener yo de lo que estaba pasando en mi país?

Quiero aclarar antes de tiempo que no estoy escribiendo esto para culpar o solo decir cosas malas de una generación, que viene siendo la generación de mis padres, que respeto profundamente pero creo que no actuaron como debían en su momento.

Es importante destacar que la situación de Venezuela hoy en día va más allá de la mala gestión del gobierno, esto es un problema que ya es de sociedad y calidad humana. Porque, no es posible que personas que tienen diferentes ideologías no puedan estar juntos en el mismo lugar sin insultarse o peor aun agredirse físicamente. No es posible que un teléfono valga más que la vida de un venezolano. No es posible que cuando un perro muere por negligencia en una tienda de mascotas se genera más furor en la sociedad que con cualquier otro problema que vivimos día a día, es bastante probable que si yo hoy coloco en cualquier red social como se llamaba la perrita la mayoría responderá sin pensarlo dos veces, Cotufa.

Me preocupan mucho las generaciones que vienen detrás de la mía, nosotros logramos educarnos con un sistema en el que no estaban metidas las raíces de una ideología, se podría decir que desde el inicio nos enseñaron que todas las ideas son buenas, que si alguien pensaba diferente a nosotros no debíamos criticarlo sino escucharlo e intentar debatir para llegar a un consenso, al tener eso como base creo que es más sencillo tener un pensamiento mas crítico y quizás analítico.

Pero ahora vemos como en los colegios públicos prácticamente se adoctrinan a los niños bajo las ideas de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora (árbol de la tres raíces), entonces si ellos ya crecen con “el chip” de que solo eso es lo correcto ¿qué esperanza queda para Venezuela? Puede que existan niños que en sus casas los eduquen bien, pero pasan más tiempo en las escuelas que en sus casas.

Honestamente veo como mi país se hunde en la miseria, así como el resto de los venezolanos también lo ven y lo viven. Gracias a Dios corrí con la suerte de nacer y crecer en un ambiente en el que nunca me ha faltado nada, pero ¿qué pasa con los que no tuvieron esa suerte? Ahí es cuando sale a la luz a frase de “aquí no se vive, aquí se sobrevive” esas personas viven día a día. Un bolívar es igual a un día más para vivir. No apoyo en lo absoluto a las personas que dicen “ellos son pobres porque quieren”, me parece una falta de todo porque la mayoría de esas personas se esfuerzan más para sacar adelante a sus seres queridos, que los que se encargan de hablar sin conocer.

Vivimos en un país en el que sabemos más de la historia de Estados Unidos o Cuba que de la nuestra. Podemos decir sin problema alguno cuando es el Día de la Independencia en EEUU pero nos confundimos al responder la nuestra. Conocemos las fechas patrias como los días de puente y nos molestamos si no caen jueves, viernes o lunes. En cierta forma si no conocemos parte de nuestro pasado es un poco difícil lograr formar un buen futuro, no digo que sea imposible, solo que es un poco más complejo.

Bertolt Brecht tiene una frase que es perfecta para describir a Venezuela “desgraciado el país que necesita un héroe”. Además de todos los problemas que nombré anteriormente creo que éste es el más contundente de todos. La sociedad venezolana sea chavista u opositora está siempre a la espera de un ”héroe” que los saque de su miseria. Siempre hemos necesitado que aparezca un sujeto a rescatarnos, como en las películas de niños que siempre llegan un príncipe a salvar a la damisela en peligro. La sociedad venezolana no es más que una damisela que está esperando ser rescatada.


Hasta que la sociedad no entienda que cada uno es su propio héroe es muy difícil que logremos un cambio. Para mejorar algo tan grande como un país primero debes mejorar tú.

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