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sábado, 28 de febrero de 2015

Haz lo que digo, no lo que hago

Por: Verónica Etienne

Originalmente este artículo se titulaba “Cadenas”. Estaba inspirado en la primera frase de El Contrato Social de Jean-Jaques Rousseau que exclama ‘El hombre ha nacido libre y, sin embargo, por todas partes se encuentra encadenado’ y nunca he olvidado desde la primera vez que me acercaron a este ilustre autor en bachillerato.

Pero mis hábitos literarios no me permitían escribir libremente sin hacer una previa investigación. Lo que empezó como una búsqueda de inspiración para saber en qué dirección y con qué tono trabajar el escrito terminó no solo tumbando el esqueleto inicial de lo que iba a escribir sino que me hizo rehacerlo todo y poniendo en peligro el tiempo límite de entrega.

Pero no podía simplemente sentarme a escribir falacias cuando en verdad quería desahogar otras inquietudes. ¿Cuántas veces ofrecemos consejos pero hacemos exactamente todo lo contrario en nuestra propia vida? ¿O conocemos a alguien que lo hace regularmente? El escenario no es ajeno a nosotros y lo podríamos llegar a considerar cotidiano: ocurre, lo evadimos o nos hacemos los indiferentes y seguimos con nuestra vida. Aunque poco sano, nos suena entendible.

¿Pero qué ocurre cuando una figura ilustre cae en este mal hábito? ¿Dudarías del hombre cuyas ideas políticas influyeron en gran medida toda una revolución [francesa], desarrollaron las teorías republicanas y el crecimiento del Nacionalismo?

La carencia de Emilio

Emilio, o de la educación es un tratado filisófico sobre la naturaleza del hombre escrito por Jean-Jacques Rousseau en 1762.

Una mirada más profunda a sus enunciados, más allá del famoso "El hombre es bueno por naturaleza", realizando paralelismos con la vida de su propio autor nos permite ver que sus experi


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