Por: María Gabriela Méndez F.
Venezuela, un nombre que representa distintas cosas para millones de
personas. País de inmensa riqueza, hermosos paisajes geográficos, gente calida,
país tropical, país petrolero. Para mí Venezuela es mi hogar.
A lo largo de mi educación y de estos cortos 20 años que he vivido, me
he criado en uno de los mejores países del mundo, y esto lo digo sin titubeo
alguno. Sin importar a donde haya viajado, jamás he conseguido un país que
tenga la calidad de personas que tiene Venezuela, esa chispa inevitable que habita
en cada uno de nosotros, los venezolanos.
Mario Briceño Iragorry, renombrado autor, diplomático, historiador y
abogado Venezolano, publicó en 1951 un libro titulado “Mensaje sin destino” en
el cuál menciona dentro de muchas otras cosas. Una supuesta “Crisis de Pueblo”
que ha afectado al Venezolano desde sus principios.
El maestro Iragorry, hace referencia a la falta de identidad que tienen
los Venezolanos. Como muchas veces destacan más sus efemérides sin entender el
verdadero significado de las mismas. Como de una manera u otra, los venezolanos
han rechazado su verdadero inicio. La colonización.
Es cierto, a lo largo de la historia los venezolanos destacan las heroicas
hazañas realizadas por el libertador y todos aquellos que participaron en la
guerra de independencia, el increíble hecho de liberarnos del Yugo español,
aquellos opresores que vinieron a invadir nuestra tierra sagrada. Si bien es
cierto, que la separación de España era un cambio necesario y que la Corona
española abandonó a sus colonias con la abdicación de Fernando VII. España
también formó a Venezuela, nos brindo nuestro nombre, culturizó y educó a
aquellos que más adelante levantarían la bandera de la patria.
España inevitablemente, forjó y sembró el camino para que Venezuela se
desenvolviera más adelante como una nación única. Es irrevocablemente parte de
nuestra historia y nuestro pasado. Por ende, los venezolanos deberíamos estar
orgullosos de nuestros orígenes, no observarlos simplemente como un momento
obscuro y negativo. Al rechazar nuestras raíces y destacar simples hechos heroicos
realizados por un grupo selecto, olvidando así a los civiles que también
vivieron esos momentos y hasta sufrieron aún más en los terribles tiempos de
guerras independentistas.
¿Por qué la historia de nuestro pueblo no es igual de importante?
Destacamos a nuestros héroes y no al pueblo. Los venezolanos sin duda, poseemos
un confuso origen, una nacionalidad, que me atrevería a decir, en muchos casos
es superficial. Porque a un país lo forja su historia y al rechazarla,
olvidarla o desconocerla se rechazan su propio pasado.
El maestro Iragorry, definitivamente acertó al describir esa crisis de
pueblo. Es increíble la vigencia que mantienen sus escritos, hoy en día
Venezuela realmente vive una crisis de pueblo, crisis de identidad y de
nacionalismo. Quizás si reconociéramos nuestro pasado y estuviéramos conscientes
de cómo esa historia forma nuestra propia historia, aprenderíamos de errores
pasados para forjar un mejor futuro.
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