Por Alessia Pigna Raulli.
Desde siempre hemos escuchado, bien sea de nuestros padres, profesores o líder político, alabanzas hacia los héroes de la patria. Escuchamos decir cosas como “Simón Bolívar liberó a Venezuela” o “Francisco de Miranda fue el primero en querer la libertad de nuestro país”; y vemos como crecemos con eso. Pero ¿Qué hay detrás de la idea de ‘libertad’?
Muy bien explicaba Mario Briceño Iragorry, en su ensayo Mensaje sin destino, que “… También nos valemos del Libertador para cubrir, con los resplandores de su gloria lo opaco y menguado de nuestra realidad cívica. Y como es Padre de todos, cualquiera se cree con derecho de interpretar sus pensamientos, y aun de ponerlos al servicio de intereses foráneos.”
Precisamente lo que le ocurre a Venezuela, o mejor dicho, a los venezolanos, es que nos hemos quedado estancados en las historias bélicas, en nombres y fechas importantes; nos tratan de enseñar simplemente “quién fue el mejor”, cuando nació y murió y contra quienes peleó. Pero nos quedamos ahí, sin saber entonces el “por qué” de las cosas; el porqué de cada idea.
Si desglosamos y analizamos cada línea de la cita anteriormente mencionada, apreciamos que:
1) “… Nos valemos del Libertador para cubrir, con los resplandores de su gloria lo opaco y menguado de nuestra realidad cívica”. Hemos dejado a un lado la historia cívica venezolana. Se conocen los nombres de los héroes más no sus ideas. Es decir, hemos convertido al hombre en algo trascendente, y no a sus ideas que es lo que debería permanecer.
2) “Como es Padre de todos, cualquiera se cree con derecho de interpretar sus pensamientos...” Además, gobiernos han logrado un revisionismo histórico con esas ideas para lograr el bien propio, para lograr mantenerse en el poder y manipular al pueblo.
Precisamente lo que le ocurre a Venezuela, o mejor dicho, a los venezolanos, es que nos hemos quedado estancados en las historias bélicas, en nombres y fechas importantes; nos tratan de enseñar simplemente “quién fue el mejor”, cuando nació y murió y contra quienes peleó. Pero nos quedamos ahí, sin saber entonces el “por qué” de las cosas; el porqué de cada idea.
Si desglosamos y analizamos cada línea de la cita anteriormente mencionada, apreciamos que:
1) “… Nos valemos del Libertador para cubrir, con los resplandores de su gloria lo opaco y menguado de nuestra realidad cívica”. Hemos dejado a un lado la historia cívica venezolana. Se conocen los nombres de los héroes más no sus ideas. Es decir, hemos convertido al hombre en algo trascendente, y no a sus ideas que es lo que debería permanecer.
2) “Como es Padre de todos, cualquiera se cree con derecho de interpretar sus pensamientos...” Además, gobiernos han logrado un revisionismo histórico con esas ideas para lograr el bien propio, para lograr mantenerse en el poder y manipular al pueblo.
Entonces, es fácil denotar la carencia de profundidad y densidad del pueblo venezolano ante la historia de Venezuela. Quedarnos estancados en esto, le otorga el poder al gobierno de querer mal interpretar cualquier idea y lograr hacer lo que le plazca; busca perseguir las ideas, cambiarlas y confundir al pueblo. No podemos quedarnos con lo que nos dan, no podemos quedarnos en lo básico, tenemos que ir más allá de lo que nos enseñan.
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